Hace unas semanas, la Secretaria del Ejército de los EEUU, Christine Wormuth, explicaba que el país corría riesgo de quedarse atrás en la carrera militar contra China si no conseguían reclutar suficientes soldados. "Podemos desarrollar todos los nuevos sistemas de armas de la más alta tecnología, pero si no contamos con personal talentoso y motivado para usarlos no tenemos nada que hacer".
El ejército de EEUU se enfrenta a la misma escasez de mano de obra a la que se enfrentan las empresas. El ajustado mercado laboral ha hecho que sea cada vez más difícil encontrar y contratar trabajadores. Y le está pasando lo mismo al Ejército, que tiene actualmente una fuerza laboral actual de 466.400 personas, un 25% por debajo de su meta de reclutamiento para este año.
Dado que las ofertas de trabajo siguen siendo elevadas y las empresas ofrecen salarios y beneficios mejores, muchos jóvenes han optado por otras carreras en los últimos años. Y ni los bonos de 50.000 euros del Ejército para reclutar han resuelto el problema.
Pero es que la caída de reclutamiento se atribuye a muchos otros factores, incluida la pandemia y una disminución de la condición física entre los jóvenes. Incluso si millones de ellos comenzaran a acudir a las filas, la mayoría serían rechazados. El 77% de los jóvenes de 17 a 24 años no calificarían para el servicio militar, según un informe del Pentágono. Y no solo eso. Otros motivos por los que la mayoría de la Generación Z no es apta son la obesidad, el uso de drogas y los tatuajes.
Otro problema es lo que el Ejército llama "propensión a servir". En este momento, solo el 9% de los jóvenes dicen estar interesados en alistarse. Y es en este punto en el cual el Ejército está utilizando todas sus bazas. Una de ellas, pagar a influencers atractivas por hacer propaganda del Ejército en TikTok. Bienvenidos al mundo de las E-Girl de batalla, o cómo el Ejército de Estados Unidos está tratando de reclutar a la generación Z con la ayuda de un par de tetas.
the US military is struggling with a shortage of new recruits, and is using sexualized social media propaganda to lure young men into signing away their lives pic.twitter.com/BCxacQbnhj
— ☀️👀 (@zei_squirrel) January 18, 2023
"No vayas a la universidad, conviértete en agricultor o soldado”, dice entre risas la influencer conocida como Haylujan en un video para sus 363.000 seguidores de TikTok. Totalmente maquillada, pecas dibujadas y uniforme militar, esta joven de 20 años es el rostro de una nueva generación de E-girls que obtiene millones de visitas online en sus redes sociales.
Hailey Lujan, también conocida como @lunchbaglujan en TikTok, es empleada de la división de operaciones psicológicas (OPSIC) del ejército de EEUU. Pero a diario publica TikToks y fotos en Instagram que juegan con esto mismo, atraer a una gran base de público masculino para que se interesen por el Ejército. Para ello, publica selfies dentro de helicópteros o sujetando rifles de asalto, con hashtags como #pewpew y #militarycurves. Los vídeos están, claramente, sexualizados.
Resulta algo desconcertante que te esté hablando sobre búnkeres mientras se maquilla, pero, vistas las cifras de su canal, funciona. La teoría, según KnowYourMeme, es que el Ejército de EEUU está usando a Hailey y a chicas como ella para conseguir que los "simps" (o desesperados) se alisten.
@lunchbaglujan coolest job in the world #goarmy #101stairborne ♬ original sound - jenna
Se trata de un fenómeno global
Pero Haylujan no es la única E-girl que usa el atractivo sexual para atraer a posibles reclutas, hay todo un submundo en el hashtag #miltok de TikTok. Entre ellas destacan Bailey Crespo, Kayla Salinas o Bella Porch, que también sirvió en la Marina durante cuatro años antes de viralizarse en TikTok en 2020. Y lo cierto es que es algo que ocurre en todos los países. Natalia Fadeev, conocida como Gun Waifu, es una influencer israelí y soldado de las FDI que utiliza el cosplay para difundir propaganda a favor de Israel entre sus 756.000 seguidores.
Nadie hubiera imaginado hace una década que este tipo de propaganda hipersexualizada iba a convertirse en un arma del Gobierno de los EEUU para "transformar" la violencia de la guerra en algo kawai e inocente. Y que se consiga así enervar sentimientos nacionalistas en los jóvenes reclutas.
El año pasado saltó el rumor de que el Ejército de los EEUU invirtió millones de euros para reclutar influencers de Twitch con el objetivo de "crear videos de contenido original que muestren la amplia gama de conjuntos de habilidades que ofrece el Ejército". Aunque se centraron más en los e-sports como Call of Duty, es otro ejemplo de cómo el Internet de hoy en día es un buen rincón para llamar la atención de la generación Z.
@lunchbaglujan where is my Target Audience
♬ im not a bad guy - reira
La guerra entre Rusia y Ucrania ha acentuado aún más la tendencia. Las mujeres soldados han recurrido a lo largo del conflicto a las redes sociales para compartir videos y fotos de ellas en su intento por ganar la guerra propagandística. En el bando ucraniano, los clips de chicas con uniformes militares bailando, jugando en los cuarteles e incluso sosteniendo balas se han vuelto virales en TikTok e Intagram. Una de ellas, Katiusha, presenta una serie de videos bailando sexy en los barracones. Su cuenta ha crecido rápidamente a casi 70.000 seguidores.
Otra cuenta presenta vídeos de tres jóvenes reclutas posando juntas en maniobras en el bosque, fingiendo azotarse en sus barracones y durmiendo en sus habitaciones. La cuenta tiene la siguiente biografía: “Niña del corazón camuflado”. Iryna Greytsarovska, otra influencer tiene: "Ucrania por encima de todo".
Este fenómeno no es algo nuevo. La utilidad estratégica de este arquetipo erótico ya se hizo evidente durante la Segunda Guerra Mundial, cuando la producción de carteles de pin-ups se convirtió en una industria en crecimiento. La mayoría representaban lo mismo: belleza occidental posando de manera sugerente.
Debido a su uso masivo en los distintos frentes bélicos, pero también en casa, el papel del pin-up fue importante y, muy rápidamente, las autoridades comenzaron a usar esta iconografía como símbolo del esfuerzo de guerra. Algunas revistas empezaron a publicar fotos semanalmente por decisión del Secretario de Guerra de EEUU, que consideraba que las pin-ups eran esenciales para mantener la moral de las tropas.
En una entrevista, Hugh Hefner, creador de Playboy, relató: "Tras la escuela, armado con mi diploma, me uní al ejército. Al igual que cualquier niño que hace su servicio militar, tenía lo mínimo indispensable: un uniforme, un casco y una pin-up". Hoy en día, ese chaval tendría el TikTok lleno de Haileys.