Si eres mujer y asciendes tienes más posibilidades de divorciarte que si eres hombre

Dos mujeres hablan en una oficina.
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La brecha de género sigue presente en la sociedad y aún muchas mujeres la sufren en el ámbito laboral. Los casos de desigualdad salarial, falta de paridad y de conciliación afectan a millones de mujeres en el mundo. Y, si ya costaba romper ese techo de cristal existente en muchas empresas, las mujeres tienen que pagar un precio personal mucho más alto que si el elegido para el ascenso es un hombre. ¿A qué nos referimos? A una probabilidad superior de divorcio.

Un estudio revela que los ascensos a puestos directivos aumentan exponencialmente la probabilidad de divorcio en el caso de las mujeres, pero no afectan a los matrimonios de los hombres. Para llegar a tal conclusión, los investigadores suecos Olle Folke y Johanna Rickne analizaron qué sucede cuando los hombres y mujeres casados promocionan en el ámbito laboral. En las empresas, solo tres años tras el ascenso les valieron a ellas para divorciarse. En el caso de las elegidas para cargos públicos, las cifras son incluso más elevadas: un 15% de divorcios en los tres primeros años y hasta un 25% a los ocho.

Edad y diferencia salarial. Los divorcios, además, son más frecuentes en las directivas que tienen en común una serie de rasgos. En concreto, en aquellas que tienen una mayor diferencia de edad con sus parejas o que viven en hogares en los que, con su ascensos, la distribución de ingresos escapa del modelo habitual de dominancia masculina (esto es, que la mujer pasa a aportar más del 40 % de la renta familiar).

¿Por qué sucede? Situémonos en contexto: no es descabellado afirmar que aún vivimos en una sociedad en la que muchos matrimonios se rigen por normas tradicionales: ellas son más jóvenes que ellos y ellas son las que se encargan del hogar y de los hijos. Y lo cierto es que estos ascensos pueden desafiar lo que la pareja, específicamente el hombre, esperaba en la relación. Es muy común en la mayoría de los países que se priorice la carrera profesional de él. Y es lo que desprende la investigación.

Podríamos decir que romper esas expectativas y el poder financiero posterior que puede provenir de un ascenso puede perturbar ese precepto establecido dentro de la relación. Y puede ser difícil de equilibrar, especialmente para un hombre cuyas necesidades habían estado bien cubiertas con la situación anterior. Es decir, la promoción acaba creando un desajuste entre las expectativas y los resultados y esto acarrea mayor estrés cuando los roles necesitan ser renegociados. De hecho, las parejas que tienen asumida una mayor igualdad de género en ese aspecto son las que siguen unidas.

Vida Doméstica. Y no solo eso, esas mujeres que se divorcian de los hombres son también las que menos apoyo reciben por parte de sus parejas. La mayoría de casos en los que ella se ve obligada a seguir haciéndose cargo de la casa o de los hijos. Se ve en ocasiones cuando ella se ve abocada a coger el permiso maternal, sin que él se plantee en ningún momento el cuidado de los hijos porque está más centrado en su carrera profesional, algo que ella sustenta. En muchos sentidos, las mujeres siguen siendo las que más concilian. Ellas son las que adaptan su carrera profesional a la familia, y las que se ocupan en mayor medida de las obligaciones de la casa, según los estudios de igualdad de género.

¿Cómo solucionarlo? Nos surge entonces esta pregunta: ¿están condenadas las mujeres CEO del mundo a vivir una vida solitaria? La respuesta depende en gran medida de cómo se conciben las relaciones en los distintos países. Según uno de los autores del estudio, incluso en países igualitarios como Suecia, "las mujeres tienden a perpetuar la narrativa del 'príncipe en el cuento de hadas', casándose con hombres mayores que tienen una situación económica mejor". Una solución podría pasar por buscar relaciones más igualitarias desde el principio, y que no nos llegue la sorpresa después.

La directora ejecutiva Charlotte Sundåker, de 38 años, aseguraba en un artículo de la BBC que el hecho de que su pareja actual sea más joven que ella, ha sido de ayuda para que no tuviera prejuicios que acarrearan problemas en su relación. "Es de otra generación y trata de desafiar las viejas formas de ser hombre", comentaba.

La parte buena. No obstante, el hecho de que existan estas altas tasas de divorcio es sinónimo, al menos, de que se ha vuelto mucho más fácil para hombres y mujeres ocupar altos cargos en los negocios sin una pareja a tu lado. Esto se ya lo hemos visto en política, donde en ocasiones parece que tienes que estar casado para atraer votantes. Al final, la sociedad ha aceptado que las separaciones en realidad podrían ser algo no tan negativo. Porque, tampoco es algo coherente permanecer con la misma persona toda la vida si no va a respaldar tu carrera.

Imagen: Unsplash

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