La tasa de natalidad en Europa se sitúa en 1,59 niños por mujer, la cifra más baja en décadas. Ante un escenario donde cada vez más países de la UE no tiene asegurado el reemplazo generacional, Finlandia está comenzando a pagar un bonus por niño nacido para impulsar la natalidad y Estonia destina una media de 520 euros mensuales para contribuir económicamente a la crianza de las familias de tres o más miembros.
10.000 euros. La localidad finlandesa de Lestijärvi refuerza económicamente cada uno de los nacimientos que tienen lugar en su territorio, una aldea habitada solamente por 725 personas. Cada pareja que tenga un hijo y cuya intención sea criarlo en el pueblo recibirá 10.000 euros por parte de la administración municipal. Desde que la medida se aplicó en 2013 han nacido 60 niños, casi el doble de los nacidos durante los siete años anteriores a la medida, cuando nacieron 38.
¿A qué se debe? Aunque la tasa de fertilidad de Finlandia no sea de las más catastróficas de Europa también ha decrecido en la última década. En 2008 se situaba en 1,85 niños por mujer y en 2018 la cifra descendió a 1,4. Teniendo en cuenta que el reemplazo generacional en Finlandia se sitúa en 2,1 es lógico que desde el ámbito local quieran impulsar la natalidad más allá de lo que lo hace el Estado.
Pero el bonus anterior no es la única medida monetaria enfocada a incrementar el número de nacimientos, la localidad de Miehikkälä (2.000 habitantes) lleva varios años testeando este tipo de políticas. Actualmente, se han comprometido a entregar 10.000 euros a las familias con un nuevo miembro, pero a diferencia del cheque de Lestijärvi, el dinero se repartirá a razón de 1.000 anuales durante los primeros diez años del niño.
Tendencia en otro países. Hungría también está apostando por la medidas monetarias para asegurarse el reemplazo generacional sin tener que recurrir a la emigración. Para ello, este verano el gobierno anunció una nueva medida: un préstamo de 30.000 euros para las parejas que formen una familia. Aquellas que en un plazo de cinco años regalen tres nuevos vástagos a Hungría, no tendrán que devolver el dinero. Por el contrario, los que tengan menos o se divorcien sí tendrán que hacerlo.
La excepción de Estonia. Con el objetivo de remontar las bajas tasas de fertilidad que presentaban a comienzos de los 2000 (1,32 niños por mujer) el gobierno diseñó un marco de políticas conciliadoras (PDF) que incluía bajas de maternidad de hasta tres años de los cuales, el primer año y medio, la madre cobraría su sueldo íntegro. Esta medida logró incrementar la tasa de fertilidad hasta el 1,67 registrado en 2018.
Como guinda del pastel, en 2017, Estonia aprobó una nueva medida para apoyar económicamente la crianza de los hijos y fomentar las familias de tres miembros. Por el primer niño los estonios reciben 60 euros, por el segundo otros 60 y por el tercero 100. Además, todas las familias de tres o más miembros cuentan con otro bonus mensual de 300 euros. Es decir, una familia con tres hijos recibe todos los meses una ayuda del Estado de 520 euros hasta que éstos cumplan 16 años.
Caída demográfica. Occidente actualmente tiene más perros que niños y de no revertirse, la tendencia es más favorable para los canes que para los humanos. El ocaso demográfico es una realidad tangible en Europa donde la tasa de fertilidad se sitúa en 1,59 niños por mujer, el dato más bajo de las últimas décadas. De hecho, si se cumplen las previsiones que están actualmente sobre la mesa, para 2050 la Unión Europea representará solamente al 5% de la población mundial, de los cuales (si este escenario no cambia) la mayoría serán personas jubiladas o a punto de hacerlo.
Imagen: Dan Smedley/Unsplash