Una versión anterior de este artículo se publicó en 2016.
El conflicto ucraniano ha resucitado la posibilidad de un enfrentamiento nuclear. Uno apaciguado, pero plausible al fin y al cabo. Como vimos en su momento, hay más de ocho mil bombas nucleares capaces de acabar con toda la humanidad de un plumazo. Dado que sabemos lo que pasó en Hiroshima y Nagasaki, además de en las pruebas en ignotas regiones de la tierra realizadas décadas después, es posible saber qué pasaría si todas las cabezas nucleares se detonaran el mismo día. Y hay quien ha decidido llevarse las consecuencias a un mapa.
Es el caso de Alex Wellerstein, del Instituto Stevens para la Tecnología de Nueva Jersey. Wellerstein es el responsable de Nukemap, una pequeña aplicación que permitía testar el alcance de casi todos los diseños de armas nucleares del mundo en cualquier ciudad de la tierra. Los resultados visuales, sobre la ciudad de uno mismo, eran sobrecogedores, porque no sólo se contabilizaba el número posible de víctimas, sino también el alcance de la radiación. Ahora, Wellerstein ha aprovechado el trabajo del Future of Life Institute (FLI) para actualizar la aplicación y convertirla en un mapa bastante chulo.
¿Cómo? Gracias al trabajo previo realizado por el FLI. La organización ha accedido al inmenso archivo de objetivos militares nucleares liberado por el National Security Archive de forma reciente. En él, se glosan los mil y un puntos susceptibles de recibir un ataque nuclear por parte de Estados Unidos durante la Guerra Fría, en el corazón de las hostilidades nunca concretadas entre la potencia occidental y la Unión Soviética. Wellerstein ha cogido esa base de datos, le ha dado una forma más bonita y, además, ha introducido variables basándose en Nukemap.
Se pueden observar diversas variables. Una de las más llamativas es el alcance de la radiación y del impacto de las cabezas nucleares en función de su potencia. La más notable jamás fabricada y probada por Estados Unidos es Castle Bravo (lanzada sobre el atolón Bikini, en medio de la nada del Océano Pacífico, en 1954), y generó una energía equivalente a quince megatones de TNTd. El mapa supuesto de Wellerstein permite elucubrar qué hubiera pasado con explosiones de 10 megatones.
En función de las bombas, las víctimas mortales oscilarían entre los 80 millones de personas y los 800 millones de personas. Es solo un modelo, pero da una idea del riesgo al que el ser humano se enfrenta con las armas nucleares. El resultado del mapa es este, aplicado a España: