La Isla de las Discusiones y la Isla de los Acuerdos: el peculiar modo escocés de resolver conflictos

La Isla de las Discusiones y la Isla de los Acuerdos: el peculiar modo escocés de resolver conflictos
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En medio del lago Leven, en las highlands escocesas, florecen las islas de Eilean Munde y Eilean a’Chomhraidh. Enmarcadas por el paisaje de Glen Coe (un valle otrora tierra del clan Macdonald que quizá reconozcas de películas como Harry Potter y el Prisionero de Azkaban o Highlander) han heredado y sido testigos de las historias de revueltas, batallas y violencia que tanto han caracterizado a esta parte del Reino Unido.

Estas son sus historias:

Eilean Munde, La Isla Cementerio

Separada de las demás por pocos metros, la primera es una isla-cementerio a medias entre South Ballachulish y Callart que recibe su nombre de San Fintan Mundus (San Fintán de Taghmon), un santo ortodoxo que construyó su iglesia en la isla en el siglo VII. Compartida por los Stewart de Ballachulish, los MacDonald de Glen Coe y los Cameron de Callart, estos tres clanes cuidaron de Eilean Munde conjuntamente incluso en épocas de disputas entre ellos.

A cada clan le correspondía un puerto de la isla, todos conocidos como "Ports of the Dead", a los que se llegaba en barca desde Glen Coe con aquellos familiares a los que se quería enterrar. Si por algún motivo un clan no podía acceder a la isla desde el puerto que le correspondía, la barca debía volver a tierra firme e intentarlo de nuevo en otro momento.

Aunque ya no se permite enterrar a nadie en Eilean Munde, hoy todavía son muchos los que allí peregrinan para esparcir las cenizas de sus seres queridos.

Eilean a' Chomhraidh, La isla de las discusiones

Islas Las tres islas, juntas. (Richard Dorrell/Geograph)

La segunda isla, Eilean a' Chomhraidh, es más pequeña que su vecina y se la conoce mejor como la "La isla de las discusiones". Esta isla era un punto de encuentro para todos los vecinos de la zona con disputas pendientes o conflictos que se habían prolongado en el tiempo sin que se llegase a una resolución. Cargadas de whisky, queso y galletas de avena, allí se enviaba a ambas partes para aislarlas del resto y favorecer, así, que resolvieran sus diferencias y acercaran posturas.

Una única regla regía su viaje: nadie podía abandonar la isla hasta que consiguiesen hacer las paces.

Eilean na Bainne, La isla del acuerdo

Una vez enterrada el hacha de guerra, aquellos que habían sido enviados a "La isla de las discusiones" encendían una hoguera para hacerle saber a sus vecinos que todo se había solucionado. Luego, ponían rumbo a otra isla, Eilean na Bainne, o La isla del acuerdo ("Isle of Covenant", donde se elaboraba un acuerdo que se sellaba a posteriori.

Alastair McLain y la masacre de Glen Coe

Si bien el último entierro que tuvo lugar en Eilean Munde fue el de Christina MacDonald Sharp (descendiente del clan MacDonald) en 1972, hubo otro que marcó un antes y después en la tranquilidad de Glen Coe y las islas que descansan en su lago.

Cuenta la historia que una vez Guillermo III ganó la guerra contra su tío Jacobo II (1691), el nuevo rey de Inglaterra, Irlanda y Escocia decidió ofrecerle un perdón real a todos los clanes escoceses que se sublevaron en su contra. La única condición para obtener dicho perdón era que cada clan le jurase lealtad antes del 1 de enero de 1692.

Peter Graham Tras la masacre de Glencoe, un cuadro de Peter Graham (Commons).

Bien por chulería, bien por una jugarreta del destino, Alastair McLain, duodécimo jefe de Glen Coe, esperó hasta el 31 de diciembre de 1691 para prestar su juramento. No obstante, no pudo hacerlo hasta el 6 de enero, y fue esta "falta de respeto" la que sirvió de detonante para que el seis días después, el 12 de enero de 1692, 120 soldados se presentasen en Glen Coe bajo el pretexto de cobrar impuestos. Esa misma madrugada, a pesar de estar sujetos a las leyes de hospitalidad, se alzaron contra el pueblo y perpetraron la masacre que terminó con la destrucción de casi todo el clan.

Aunque como concepto estas islas pueden llegar a parecer muy curiosas o fascinantes (durante los 1.500 años en los que la Isle of Discussion se utilizó como corte de arbitraje solo una de las mediaciones acabó en asesinato) lo cierto es que no sabemos ni creo que podamos saber realmente qué tipo de conflictos se resolvían ni cuáles eran los acuerdos a los que se solía llegar.

Las anécdotas sobre enemistades y conflictos que perduran y se alargan en el tiempo siempre tienen algo que engancha, bien sea el odio acérrimo que Batman y Pingüino se profesan durante años con religiosa devoción, o los continuos reproches que se lanzan Aaron Burr y Alexander Hamilton en su melodioso ni contigo ni sin ti. Uno quiere saber cómo empezó, cuál fue el origen de todo, cómo terminará. ¿Conseguirán hacer las paces algún día? ¿Llegarán a entenderse en algún momento?

En este caso, supongo, nos quedaremos con la intriga.

Imagen: Jim Burton

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