Escribir opiniones fraudulentas bajo una identidad falsa es ahora, para la justicia italiana, un delito. Después de seis años de contiendas jurídicas, y después de una sentencia que obligaba a Tripadvisor a pagar una multa de medio millón de euros por conflicto de intereses, los tribunales le han dado la razón a los dueños de negocios: vender reviews falsas es una violación de la ley.
PromoSalento: es la empresa de venta de críticas de Tripadvisor manipuladas que ha estado en el punto de mira de la justicia italiana en el caso cuya resolución acaba de dictaminarse. La sentencia tiene consecuencias más firmes de lo que podríamos pensar, porque al propietario de PromoSalento se le ha condenado a 9 meses de prisión. Es una infracción penal.
Tripadvisor de cada día: 455 millones de usuarios, 600 millones de comentarios y subiendo. Es la plataforma de viajes más popular del mundo, con miles de empleos derivados pendientes de la app. Muchísima gente lo usa como fuente de referencias, tanto para elegir su hospedaje como para decidir el restaurante que visitarán durante su viaje. Y sin embargo, su sistema de garantías de la veracidad del comentarista es muy inferior a la de Amazon. No obliga al usuario a verificar la estancia o visita al local criticado, lo que crea opiniones falsas. Uno de los últimos ejemplos, el bar de Altsasu, que de ser un establecimiento para vecinos se llenó de presuntos turistas criticando el, según ellos, deplorable servicio (la web ya lo ha solucionado).
Los del búho, encantados: al conocerse la sentencia de Italia, la compañía ha corrido a hacer una serie de comunicados alegrándose del resultado judicial. No hay nadie más interesado, según ellos, que disuadir a vendedores de opiniones. En 2015 pusieron en marcha un sistema de chequeos más intenso que les permitía detectar las granjas de comentarios. Entonces ayudaron a cerrar más de 60 empresas fraudulentas. Desgraciadamente, y como hemos visto en el caso Italiano, se la siguen colando.
The Shed at Dulwich: el ejemplo de todo lo que está mal en nuestra relación con esta plataforma y sus muchos agujeros de seguridad. Un periodista que previamente había trabajado escribiendo reviews falsas para la web, se decidió a crear un restaurante ficticio en Londres y llenarlo de comentarios positivos. A las pocas semanas se convirtió en el más valorado de la ciudad. La compañía apenas hizo nada para verificar la credibilidad del local, tardaron semanas en dar de baja el anuncio y a día de hoy Oobah Butler, el periodista troll, sigue sin estar bloqueado en el foro.
Lobby contra lobby: la otra cara de la moneda son los grandes conglomerados hosteleros, que son los que han conseguido llevar a Tripadvisor o a sus comentaristas a los juzgados, especialmente en Inglaterra y Francia. Ejemplos: en Barcelona un hotel amenazó a un cliente con emprender acciones legales si no retiraba su crítica negativa sobre el establecimiento. En la misma línea, un hotel de Blackpool, Inglaterra, incluyó en sus condiciones quedarse con el dinero de la fianza si dejaban una valoración negativa al término de su estancia “por los daños causados”. A su imagen, se entiende. La industria no lleva nada bien haber cedido una enorme parte de su reputación a los usuarios y a una empresa ajena a sus circuitos. Aunque es el mismo Tripadvisor quien les da la solución: si pagas, puedes hacer que tu local parezca mucho mejor.
Siempre podremos acudir a la voz más templada en este debate: Myla Reservas.