Hace unos días, el primer ministro de Japón, emitía una grave advertencia sobre la crisis demográfica del país, diciendo que estaba "al borde de no poder mantener las funciones sociales" debido a la caída de la tasa de natalidad. "Es ahora o nunca", señalaba, refiriéndose a que, o se revierte esta caída o el futuro será mucho más gris. El gobierno lleva lanzando diferentes iniciativas para impulsar los nacimientos, algunas de ellas las hemos resumido en Magnet. Por desgracia, muchos de estos programas no han tenido demasiado impacto en las cifras, que siguen descendiendo.
Sin embargo, existe un pueblo que sí lo ha conseguido, que ha logrado disparar su natalidad a tres hijos por familia.
Nagi.
Pero antes de entrar a hablar del pueblo al que han sonreído los dioses de la fertilidad, es necesario comentar el contexto actual del país asiático. Menos de 800.000 niños nacieron en Japón el año pasado, el número más bajo desde que hay registros comparables. El país también tiene una de las expectativas de vida más altas del mundo. Estas tendencias han provocado una creciente crisis demográfica, con una sociedad cada vez más envejecida, una fuerza laboral debilitándose y una cantidad insuficiente de jóvenes para salvar una economía estancada.
La tasa de fertilidad total, o el número medio de hijos que se espera que una mujer dé a luz durante su vida, debería ser superior a 2,1 para que Japón retenga su población. Como decía Elon Musk recientemente en Twitter: "A menos que algo cambie para que la tasa de natalidad supere la tasa de mortalidad, Japón eventualmente dejará de existir".
¿Por qué? Los expertos señalan que algunos de los factores detrás de esta baja tasa de natalidad son el alto coste de vida del país, el espacio limitado y la falta de apoyo para el cuidado de los niños en las ciudades. Por otro lado, las actitudes hacia el matrimonio y la formación de familias también han cambiado en los últimos años, con más parejas posponiendo ambos, a veces frustrados por la presión laboral y el pesimismo económico.
Es por eso que el gobierno ha lanzado varias iniciativas para abordar la disminución de la población, incluidas nuevas políticas para mejorar los servicios de cuidado infantil y las instalaciones de vivienda para familias con niños. Algunos pueblos rurales incluso han comenzado a pagar a las parejas que viven allí para que tengan hijos.
Hasta hace unos años, Nagi, un pueblo de unos 5.700 habitantes, era famoso por haber inspirado la mística "aldea oculta de la hoja" de ninjas representada en la serie de manga Naruto. Ahora atrae a los medios locales por su creciente tasa de natalidad. Los visitantes, incluido el presidente de Japón, llegan al pueblo en busca de un valioso secreto: cómo tener más bebés.
Las mujeres en Nagi tienen de media casi tres hijos. En 2019, llegó a 2,95. Esa cifra lo destaca en un país donde la media está más cerca de uno que de dos. Japón en general se sitúa cerca de 1,3, teniendo Tokio una media de 1,15, la prefectura de Osaka, 1,31, la prefectura de Aichi, 1,45 y la prefectura de Fukuoka, 1,44.
¿Cómo lo han conseguido?
La principal razón es que ha puesto la lucha contra la baja tasa de natalidad de Japón en la parte superior de su agenda y las familias reciben ayudas varias para la crianza de los hijos. Los padres no pagan más de 420€ al mes por la guardería de su primer hijo, la mitad de ese precio para el segundo hijo y gratis para el tercero. Tampoco pagan los libros y materiales escolares. Además, reciben el equivalente a 1.000€ al año por cada niño en la escuela secundaria. Los cuidadores también reciben ayuda de ancianas que cuidan a los niños por una suma nominal.
Por otro lado, se ha introducido un programa de asistencia financiera para que puedan vivir en casas con tres dormitorios y una sala de estar, comedor y cocina por una tarifa mensual de solo 345€. Y la ciudad también comenzó a cubrir todos los gastos médicos de los menores.
Aunque lo cierto es que, tal y como se menciona en este artículo de The Wall Street Journal, se necesitaron dos décadas para elevar la tasa de natalidad y se requirieron sacrificios como recortar proyectos de obras públicas. Los fondos necesarios se recaudaron reduciendo el número de funcionarios municipales y miembros de la asamblea municipal.
Las cifras sobre la natalidad de la región no han tardado en despertar el interés de las ciudades vecinas y del turismo en el país, que ya viajan de peregrinación a Nagi, como si este "milagro" pudiera contagiarse. Pero a medida que los visitantes comenzaron a presentarse para presenciar la magia de Nagi en grandes grupos, el ayuntamiento comenzó a facturar a las delegaciones el equivalente a 73€ por persona. Es decir, para entrar al pueblo como turista hay que pagar.
Eso sí, si eres una persona joven que quiere mudarse a la ciudad y tener hijos, la historia es a la inversa: la ciudad ofrece el equivalente de hasta 4.400€ para parejas de 20 años que registran su matrimonio en la ciudad y hasta 2.200€ para parejas de 30 años.
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