Mientras nosotros decoramos nuestro belén, nuestro abeto de plástico o el alféizar de la chimenea pensamos en la alegría de la fiesta, en estar con los nuestros. Tal vez algunos, incluso, en el fondo religioso de esa noche en la que María y José llegaron a belén y un obispo le regaló juguetes a todos los niños. Lo que es seguro es que muy pocos de nosotros pensaremos en Yiwu, cuando es precisamente esa ciudad un rincón crucial en torno a la celebración de estas fechas tan señaladas.
Porque si la mitología cristiana es la cabeza del cuerpo de la Navidad, Yiwu son sus piernas. Una ciudad costera de la provincia de Zhejiang, que desde los últimos 20 años ha sido el gran centro de producción de todos los bienes de consumo de esta y otras fiestas.
En concreto, el 60% de toda nuestra decoración se hace aquí. Nuestras bolas, nuestros muñecos de Papá Noel y pequeñas figuras de muñecos montados en trineo... todo lo que puedas imaginar lo hacen cientos de miles de empleados de estas tierras. Como cientos de otras commodity cities construidas al calor de la producción occidental, el crecimiento de Yiwu fue enorme, y en poco tiempo se convirtió en el centro neurálgico de varios productos "de alta calidad y bajos precios", como ellos mismos de propocionan.
En esencia eso quiere decir que buena parte de los objetos de los bazares que vemos en nuestras ciudades vienen de esta pequeña ciudad, que para 2001 ya ocupaba el puesto 19 de potencia económica de entre todos los condados de China. Como la mejor manera de hacerse una idea de lo increíble que es este lugar es a través de imágenes, dejemos que sean ella en el siguiente video las que te muestren cómo es por dentro esta navideña región oriental:
Yiwu, la fábrica de la Navidad, pero... ¿por cuánto tiempo?
Como se ve en el video, otra cosa interesante de Yiwu es que, a pesar de que a nosotros sus condiciones laborales nos parezcan lamentables, son para buena parte de los ciudadanos chinos unas ofertas de trabajo hasta cierto punto positivas.
Como comentaban dos empleados en The Guardian, ellos fueron a la ciudad desde sus respectivos pueblos con la idea de aceptar un trabajo temporal que a la vuelta les permitiese fragmentar las sustanciosas ganancias para los meses siguientes o para sufragarse bienes y servicios que, con los salarios de los pueblos de interior no podrían costearse. Entre 2008 y 2009, la renta per cápita de la región aumentó un 9%. El ciudadano medio de Yiwu ganaba 30.841 yuanes de dinero neto, mientras que la media del sueldo chino para personas rurales estaba en torno a los 13.000.
Porque al tiempo que el gigante asiático está gestando una creciente clase media, los trabajadores chinos van ganando en diferentes áreas más derechos laborales. Trabajos de menos horas y mejores sueldos. Este gran marco, aplicado al foco de Yiwu, es lo que ha logrado que uno de los mayores centros de producción de lo que después se consumirá en occidente haya ido poco a poco aumentando la calidad de vida de millones de personas. Pero eso, en el mundo de a deslocalización empresaria, también tiene consecuencias que ya se están haciendo notar.
Porque siempre hay otros competidores dispuestos a bajar los precios. Las compañías online Alibaba y Made in China, por ejemplo, permiten la venta directa por Internet, en vez del modelo de venta al pormayor organizado en Yiwu. Los precios de estas empresas citadas, además, son bastante competitivos (emplean a gente proveniente de otras regiones, como Taiwan o Vietnam), y mientras en los distritos de Yiwu puedes encontrar 400.000 productos decorativos navideños, en Alibaba dispones de 500.000 objetos distintos y sin tener que viajar hasta China para comprarlos.
Así que es posible que Yiwu ya haya alcanzado su cima productiva, y que en los próximos años viva un retroceso manufacturero. Eso sí, por el momento, este sigue siendo el gran centro de operaciones de los elfos que de verdad se encargan de poner en marcha la Navidad.