Era el 15 de junio de 1969, un hombre conocido simplemente como Bruno decidió comprar un par de botellas de vino, unas salchichas y otros alimentos, armó un puesto de comida discreto debajo de un árbol dentro de una zona boscosa en el norte de Italia, donde se puso a vender con la esperanza de arrancar un negocio; para final del día había vendido todo y así nacía Ai Pioppi, un restaurante familiar.
Pero no se trata de cualquier restaurante, Ai Pioppi es famoso porque en él encontramos lo que Bruno ha llamado "un parque de atracciones ecológico", es debido a que Bruno ha sido el responsable de fabricar cada una de las atracciones con sus propias manos, un trabajo que le llevó poco más de 40 años, algo sin duda ha valido la pena.
Ai Pioppi, el fantástico restaurante con parque de atracciones ecológico
Cuando Ai Pioppi cumplió un mes, Bruno contactó a un herrero para fabricar unos ganchos donde colgar algunos de sus productos, lamentablemente (o afortunadamente) el herrero se encontraba muy ocupado en ese momento por lo que no pudo realizar el trabajo que Bruno necesitaba, es así como nuestro héroe decidió aprender a soldar, una tarea en la que resultó ser muy bueno, al grado de empezar a construir unos pequeños cochecitos para llevar a los visitantes a dar un paseo por los alrededores.
Al ver que la gente se entusiasmaba con esos paseos, que eran un atractivo único para un restaurante, Bruno decidió dedicar más tiempo a fabricar atracciones más complejas, es así como comenzó a fabricar columpios, toboganes de varios niveles, balancines, giroscopios, extraños juegos cinéticos, unos algunos que sólo dan vueltas, hasta montañas rusas para adultos y niños.
Al día de hoy Ai Pioppi cuenta con 50 atracciones donde algunas incluso poseen sistemas motorizados, donde el mérito es que Bruno ha dedicado 40 años de su vida en hacer crecer la experiencia de visitar su restaurante, todas las atracciones han sido fabricadas por él gracias a su auto-aprendizaje y su capacidad desconocida de soldar e instalar.
Por supuesto Ai Pioppi se ha convertido en un lugar de referencia a visitar en Italia ya que el concepto que maneja es único en el mundo, donde Bruno ha mencionado que toda la inspiración ha sido en las formas de la naturaleza y los patrones de movimiento que se presentan en este bosque, por ello ha logrado que se integren de forma perfecta, ya que uno de los objetivos era preservar el lugar y no dañarlo con las atracciones.
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