No es lo mismo la teoría que la práctica. Es un clásico que se repite. Muchos creen que los cursos de defensa personal que realizan en los gimnasios, a los que han dedicado horas de vida, les servirán para batir a sus agresores, para sobrepasar con su técnica la violencia mal encauzada. Para ganar con el cerebro el salvajismo quinqui. La tragedia de la candidez.
El cóctel lo ponía todo en bandeja para quedar como nuevo héroe del barrio: un cabreo monumental ante lo que parece un conflicto automovilístico. Dos individuos dispuestos a batirse mientras decenas de coches pitan y se enfadan ante el colapso que están montando en la rotonda de Mijas-Costa, Málaga. Sacas tus chacras, tus gestos de intimidación del adversario, patada giratoria incluida. Y el otro, que también sabe algo de técnicas de luchas, acaba dándote un par de patadas y te deja en menos de veinte segundos por los suelos mientras el de la moto también se anima a repartir algo de estopa.
Ojo lo que ha pasado esta mañana en una famosa rotonda de Mijas-Costa. Mirad el vídeo sin reíros a ver si podéis. pic.twitter.com/06lYaI7nL0
— Jorgenberg (@JorgeAguilar_5) May 30, 2017
Desde una posición lateral y flexionada, cerrando la cintura y con un giro de cadera, el nuevo Malaguita ha vuelto a demostrar la futilidad de la inexperiencia, los del otro lado de la teoría de combate quedan bendecidos por el espíritu de Bud Spencer que sujeta la pierna del zagal mientras el otro conductor enfurecido le aplaca en el suelo. Juego sucio, desde luego, pero la calle no cree en esos conceptos.
El video subido por Jorgenberg está causando sensación en la red, y es comprensible que este moderno Bruslí le esté alegrando la jornada a medio Internet. Aunque eso sí, aún no está confirmado que no se trate de una imagen en exclusiva del nuevo rodaje de la segunda parte de Un día de Furia versión andaluza. Esperaremos a las declaraciones oficiales de sus protagonistas, que a estas alturas deben ser los luchadores más populares entre los grupos de Whatsapps de media provincia.
Una versión anterior del artículo hablaba de exhibición de "jiu-jitsu" y no de "kung fu" en el titular. En realidad, la torpe caracterización de arte marcial de nuestros protagonistas se asemeja más al juego de golpes del kung fu que a la lucha más ortodoxa del jiu-jitsu.