¿Perjudican las infracciones de copyright a las ventas legales de ocio? ¿A las industrias del libro, cine, música y videojuegos? Es una pregunta clave en la que los responsables de estos negocios siempre lo han asumido como una máxima incuestionable. Y sin embargo, alguien tenía que intentar comprobarlo empíricamente. Lo ha hecho la Comisión Europea en un estudio financiado con fondos públicos que, como hemos visto ahora, ha tratado de enterrar.
Una descarga no es necesariamente una venta perdida
360.000 euros de inversión, varios profesionales de la firma holandesa Ecory a cargo y entrevistas durante meses a 30.000 participantes de distintos países de la UE donde se les preguntaba por el contenido más demandado en cada respectivo campo en los tres años previos a las encuestas. ¿Has visto Mad Max Fury Road? ¿Cuántas veces? ¿Por canales legales o ilegales? Y por último, dinos detalladamente cuánto pagarías por estos productos para consumirlos la primera o la segunda vez si te damos la opción de conseguirlos de manera legal.
Los resultados, aunque difiriendo en algunos puntos, coincidían en general con los descubiertos en otros estudios previos del mismo corte. Dependiendo del ámbito entre un 14% y un 35% de los encuestados había descargado alguna vez en el último año contenidos vía streaming, descarga directa o P2P.
Pero, como nos dicta la deducción lógica, de tener la obligación de consumir mediante pago y con un precio de mercado, no todos los usuarios estarían dispuestos a pagar por ver aquella peli o jugar a aquel juego. Hay gente que, de no haber alternativa gratuita o más barata que la que te ofrecen las compañías, probablemente disfrutaría de otros contenidos o formas de ocio.
Y eso es lo que se ha descubierto, variando el porcentaje de incidencia según género, país de origen, edad del participante y forma de ocio. Salen mejor parados los libros, ya que el 81% de los usuarios afirma estar dispuesto a pagar un precio mínimo dentro de la oferta legal, una media de 15.80 euros.
En cambio sólo el 27% de los internautas harían lo mismo cuando se trata de películas: el precio medio de los resultados de los encuestados de lo que los europeos estaban dispuestos a pagar para ver una película es de 6.90 euros, que estadísticamente está por debajo del precio medio de una entrada de cine.
Ayudando a los videojuegos, perjudicando a los taquillazos de Hollywood
Esta es la frase de las conclusiones del estudio que no gustará a las grandes compañías:
En general, los resultados no muestran evidencia estadística sólida de desplazamiento de ventas por infracciones de derechos de autor en Internet. Eso no significa necesariamente que la piratería no tenga ningún efecto, sólo que el análisis estadístico no prueba con suficiente fiabilidad que existe un efecto directo.
Otra de las revelaciones del estudio era que, según sus datos, las descargas podían tener incluso un efecto positivo en las ventas de juegos de manera legal. Algunos usuarios lo prueban y, si les gustaba lo que había realizado el estudio o conseguían una mejor experiencia por la vía legal, demostraban estar más dispuestos a pagar por una copia comercial.
Aunque sí hay un punto donde este análisis demostraba que compartir contenidos en la red puede afectar negativamente. Es el caso de los blockbusters, donde el Torrent le hace perder las ventas de cuatro de cada diez entradas: "los resultados muestran una tasa de desplazamiento del 40%, lo que significa que por cada diez películas recientes vistas ilegalmente, se consumen legalmente cuatro películas menos".
La selección interesada que hizo la UE de los resultados
Tras meses de espera, cuando se recibieron las conclusiones en mayo de 2015 la organización trasnacional decidió archivar el informe, sólo accesible mediante una petición expresa como así ha hecho Julia Reda, un miembro del Parlamento Europeo en representación del Partido Pirata Alemán y que ha sido quien ha dado el aviso al resto de medios de lo que se decía en su interior.
What the @EU_Commission found out about #copyright infringement but ‘forgot’ to tell us https://t.co/Sxshdxy3KZ pic.twitter.com/Vk4Q74k1Hv
— Julia Reda (@Senficon) September 20, 2017
Por si fuera poco, la Organización por los Derechos Digitales Europeos ha insinuado algo bastante inquietante con respecto a esta historia. La primera vez que se supo algo sobre los resultados de este trabajo fue en un paper de 2016 del economista jefe de la Comisión Europea, donde se daban datos sobre el efecto negativo de las descargas en los resultados de cuentas de las majors de Hollywood para reafirmar la tesis de la amenaza de los servicios P2P y similares de su texto. Por si había dudas, el paper ni siquiera revelaba el origen de esa información: el estudio de Ecory.
Como han expresado algunas organizaciones, este es un ejemplo claro de “sesgo de publicación” ejercido por los economistas europeos, con la gravedad además de que se difunden esos datos concretos de una publicación opaca al público que sólo ahora, gracias a la solicitud de Julia Reda, podemos leer al completo y no a través de la interpretación conveniente de la Comisión.