Un muerto y 115 infectados después, el brote de listeriosis detectado primero en Andalucía y extendido posteriormente al resto de la península es la peor crisis sanitaria vivida en España desde el aceite de colza. El proceso de identificación, activación del protocolo e información pública ha sido caótico de principio a fin, y aún hoy la incertidumbre emborrona el horizonte de sucesos. Lo peor del brote, causado por un lote de carne mechada infectada, no es lo que ya sabemos, sino todo lo que aún no sabemos sobre él. Ni ahora ni dentro de varios meses.
Plazos. La listeriosis es una enfermedad caprichosa para las autoridades sanitarias, como explican nuestros compañeros de Xataka. Reviste un carácter "leve" para la mayoría de la población, pero de altísimo riesgo para los grupos vulnerables (como bebés, embarazadas, ancianos y personas con sistemas inmunes débiles). Su tasa de mortalidad entre ellos alcanza el 30%. Sus efectos, además, se manifiestan con tardanza: entre una semana y dos meses tras haber contraído la infección. Es decir, vuela bajo el radar, es muy difícil de detectar y de prevenir.
Números. De ahí que a esta hora no sepamos con exactitud dónde fueron distribuidos todos los lotes infectados de "La Mechá", la marca comercial de carne mechada que comercializaba Magrudis, un consorcio alimenticio. Casi todos los hospitalizados residen en Andalucía, pero se sabe que la empresa ha distribuido productos sospechosos (más de 2.000, según sus propias cifras) a Extremadura, Madrid y Girona. Uno de los primeros casos se detectó en Gijón, durante las vacaciones de una pareja que había ingerido la carne en mal estado en Sevilla.
Es decir, nos espera un goteo de casos que se puede prolongar durante meses, y que pueden convertir la crisis en algo aún peor.
La gestión. Ya ha sucedido, de hecho. Los primeros casos sospechosos se registraron a finales de julio, en Pilas, San José de la Rinconada y Tomares. La Junta de Andalucía no comenzó a investigar con severidad el brote hasta principios de agosto. Desde el inicio de las pesquisas hasta la activación de la alerta sanitaria, el 15 de agosto, transcurrieron siete días. Un larguísimo periodo de tiempo que algunos expertos consultados por Directo al Paladar consideran inexplicable, y que la Junta atribuye a la inexactitud de las pruebas realizadas por el laboratorio de Sevilla.
Un error en las muestras impidió detectar con exactitud cuál era el origen del brote. Y sin información concreta, la Junta no se atrevió a iniciar el protocolo de emergencia. Resultado: semana larga en el que los lotes de "La Mechá" siguieron circulando por los bares y pudieron ser consumidos.
La tendencia. ¿Cuándo se habrá acotado el brote? Es imposible de saber. Lo cierto es que la listeriosis no es en absoluto extraña al día a día de los españoles. Entre 1997 y 2015, se produjeron 5.696 hospitalizaciones relacionadas, en una tendencia nítidamente al alza. ¿A qué se debe? En parte, al consumo cada vez más intenso de elaborados (como los embutidos o los productos precocinados); en parte a su capacidad para seguir reproduciéndose incluso cuando el alimento está dentro del frigorífico; y en parte a nuestra escasa concienciación como consumidores.
La listeriosis es una enfermedad infradiagnosticada en Europa. Casos como el de la carne mechada ilustran los riesgos.
El precedente. Treinta años después, el recuerdo del aceite de colza sigue muy presente entre la opinión pública española. La epidemia también surgió de una negligencia, cuando diversos comerciantes colocaron en el mercado aceite de colza sin colorante. El colorante, la "desnaturalización", era obligada por las autoridades para desincentivar su consumo entre humanos (por aquel entonces sólo se permitía en las Islas Canarias). La intoxicación afectó a más de 20.000 personas y causó la muerte de más de 1.100, extendiéndose por el noroeste peninsular y provocando un escándalo sanitario sin precedentes.
La España de hace treinta años no es la España de hoy, y los sistemas de prevención y control. La reminiscencia de un brote complejo, a escala nacional y difícil de gestionar sí.
Imagen: La Mechá/YouTube