Hace unos meses se realizó una encuesta a 23.000 dueños de mascotas. Hubo datos curiosos: un cuarto de ellos reconoció tratar a su mascota como si fueran niños pequeños y un poco menos del 75% reconoció guardar fotos de ellas.
Pero quizá lo más llamativo es que la mitad reconocían dormir con sus mascotas. No se recuerda una división sociológica de este calado desde la tortilla de patatas. Así que nos hemos preguntado qué decía la ciencia sobre dormir con tu perro o tu gato.
¿De verdad la gente duerme con sus mascotas?
La verdad es que los investigadores del sueño no han prestado mucha atención al tema. Tenemos un montón de pseudo-teorías sobre 'dominancia' o 'alma perruna' que gozan de mucho éxito en los realities de televisión, pero la investigación en el 'colecho humano-animal' es un área relativamente olvidada.
Como hemos hablado en otras ocasiones, el sueño es un fenómeno más cultural de lo que parece y cambia mucho entre regiones y épocas (Blunden, Thompson y Dawson; Worthman y Melby; Munroe, Munroe y Whiting). De la misma forma en que hace relativamente poco que las sociedades occidentales separaron los lugares de descanso por edades (niños y adultos), hace solo relativamente un poco poco que se separaron de forma total los espacios entre humanos y animales. De hecho, hay muchas culturas en que se mantienen esas prácticas de convivencia de forma natural. Y los estudios más sólidos (Albert y Bulcroft; Westgarth y otros; Overgaauw) coinciden con la encuesta en que existe una división al 50% en colecho con perros y gatos - que son los acompañantes nocturnos más habituales (Albert y Bulcroft).
Las investigaciones son insistentes: alrededor de la mitad de los dueños de perros y gatos duermen con ellos.
En este sentido, tampoco se puede decir que los resultados de la encuesta sean sorprendentes. La investigación sostiene que los humanos siguen mostrando un fuerte apego hacia sus mascotas y a menudo son considerados miembros importantes de la familia (Archer). Como dice Smith, esto no es gratuito: los animales son una fuente de apoyo, cariño, confort, seguridad y estabilidad que puede llegar a tener importantes beneficios para la salud.
Es cierto que el tamaño de la mascota tiene mucho que ver y si miramos con más detalle (por ejemplo, en perros) vemos que el 76.85% de los Yorkshire Terriers o el 62.96% de Chihuahuas duermen con sus dueños frente al 18.18% de los San Bernardos o el 30.27% de los labradores. Aún y con todo, el porcentaje de los San Bernardos es un porcentaje muy alto. Además de eso que ya señaló Eckstein, otros factores que intervienen son el número de niños en la familia (más probabilidad donde no hay niños - Albert and Bulcroft) o el género (más probable con mujeres).
Algunos problemas de compartir cama con animales domésticos
Las investigaciones sugieren que hay algunos posibles problemas en compartir lecho con los animales.
Riesgos para la salud. Estos incluyen algunas respuestas inmunológicas, alergias, asma o neumonitis por hipersensibilidad; también se pueden producir mordeduras y arañazos a través de los que se puede contraer enfermedades infecciosas asociadas a los animales domésticos (Plaut, Zimmerman y Goldstein). Los más susceptibles a este tipo de problemas son los niños pequeños, las mujeres embarazadas y los pacientes inmunodeficientes (Smith). Sin embargo, los riesgos de salud en general son muy bajos; casi insignificantes si los animales reciben cuidados médicos y mantienen una higiene apropiada.
Problemas del sueño. En general, los principales problemas relacionados con la calidad del sueño involucran a compañeros (patadas, ronquidos, etc) y niños, pero las mascotas también tienen un papel importante. Sin ir más lejos, un estudio de la Clínica Mayo encontró que al cincuenta y tres por ciento de los dueños de mascotas que dormían con ellas tenía problemas derivados de ello. No obstante, es difícil saber el impacto real de estas interrupciones porque son interrupciones muy cortas que por sí mismas explican poco. Las interrupciones pueden estar relacionados con desajustes entre temperaturas entre los humanos y las mascotas; así como las diferencias en los ciclos de sueño y vigilia (Campbell y Tobler).
Problemas de conducta en los animales. Jagoe y Serpell encontraron que los perros a los que se les permite dormir con sus dueños pueden experimentar un aumento en la agresividad y problemas relacionados con la separación.
Efecto en las relaciones interpersonales. Por último, los animales pueden ser una importante fuente de conflicto y estrés en las relaciones de pareja. Llegando a generar problemas de intimidad (Jagoe y Serpell)
¿Debemos dormir con nuestras mascotas?
Smith y su equipo de investigación encontraron que dormir con animales domésticos en la cama tenía un pequeño impacto en la calidad del sueño en el tiempo necesario para conciliar el sueño o en la sensación de cansancio al despertar. No obstante, los autores sostienen que la práctica continuada del colecho con mascotas indica beneficios de apoyo social, interacción social y seguridad personal, a pesar de las desventajas.
En general, parece que la ciencia le da la razón al sentido común. Dormir acompañados de animales puede tener algunos problemas pero siempre relacionados con problemas previos a nivel sanitario y conductual. Y, por otro lado, si nuestra mascota está sana, tiene una higiene apropiada y una 'buena educación' no sólo no hay problemas, sino que puede tener efectos muy positivos.
Imágenes | Faith Goble, John Liu, Tony Alter, Jon-Eric Melsæter.