En Madrid la intensidad con la que se limpia cada barrio depende de un mapa de colores. Uno que ha generado polémica

  • La ciudad organiza la limpieza de las calzadas y aceras con un sistema de cuatro niveles

  • El modelo ha recibido ya críticas de quienes creen que favorece a las zonas más ricas de la ciudad

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Todos queremos que nuestro barrio esté limpio. Y es lógico. La gran (y espinosa) pregunta es… ¿Todos los barrios necesitan/merecen/reciben la misma atención? O planteado de otra forma, ¿Deben tener todas las calles la misma prioridad? Y si no es así, ¿Qué criterio seguir para decidirlo? No es una cuestión menor si tenemos en cuenta que por muy grande, rico y bien gestionado que esté un ayuntamiento sus recursos son limitados, incluidos los que presta al cuidado de las calles y aceras.

Para afrontar esa tarea Madrid ha creado un sistema con varios niveles e intensidades de limpieza, en función de la zona. Su Ayuntamiento incluso permite consultarlo en un mapa online. Para sorpresa de nadie, esa opción ha generado polémica por las diferencias entre barrios y sus posibles explicaciones.

Un mapa, varios niveles. Madrid ciudad mide 60.436 hectáreas. Para encargarse de la limpieza de sus calzadas y aceras el Ayuntamiento ha optado por un sistema de cuatro niveles de limpieza que se entienden mejor con ayuda de colores y un mapa que el propio Consistorio ofrece en su web. Básicamente cada vía tiene su color y cada color designa un grado distinto de cuidado.

El más intenso es el marrón y significa que en esas calles y aceras los servicios de limpieza se esmeran al máximo. En el polo puesto están el rojo y morado, que se corresponden con los niveles tres y cuatro y reflejan una intensidad menor.

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¿Tanta diferencia hay? Sí. Lo explica el propio Ayuntamiento. Para no meterse en detalles farragosos de cada uno de los cuatro niveles, podemos repasar qué servicio contempla el primero (marrón) y qué contempla el último (morado).

En las zonas con el nivel máximo los operarios trabajan con sus escobones cinco veces por semana, las mismas veces que se realizan baldeos, y se ofrece además un "barrio de mantenimiento" diario. Para garantizar que calzadas y aceras estarán impolutas el barrio manual y el baldeo se planifica además de tal forma que todos los días haya al menos uno. La situación es considerablemente distinta en el nivel cuatro (morado), con un barrio por semana y un baldeo una al mes.

Cuestión de colores (y grados). Obviamente entre uno y otro niveles hay un par de gados intermedios. En el segundo (azul) la escoba se pasa treces veces a la semana, los mismos que se baldean. Unos y otros se realizan en jornadas distintos. Dentro de la categoría existen diferentes lotes que se diferencian por la frecuencia de sus "barridos de mantenimiento": a diario en las calles de los lotes uno y dos; tres veces por semana en días no consecutivos en el resto de vías públicas. En el nivel tres (rojo) se barre días alternos y se baldea uno cada semana.

¿Y cómo se deciden los colores? La gran pregunta. No por los colores, claro, sino porque que figure en el mapa con uno u otro significa que la calzada por la que pasas a diario puede barrerse varias todos los días o solo una vez a la semana.

El Consistorio es claro al respecto. El nivel uno se lo asigna a las calles que concentran mayor nivel de actividad y que más lo necesitan. En sus propias palabras, se trata de vías públicas "con un uso intensivo que presentan mayor ensuciamiento y requieren más prestaciones". En el polo opuesto, el morado se asigna a aquellas calzadas y aceras "con menos nivel de ensuciamiento".

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La denuncia de Más Madrid. Hace no mucho el grupo Más Madrid, en la oposición municipal, sacó la lupa para examinar el sistema de mantenimiento de las calzadas y concluyó que algunos de los distritos más ricos de la ciudad son también los más limpios y entre los más pobres se encuentran los más sucios.

"Mirando el mapa podemos apreciar que las zonas con mayor intensidad de limpieza se encuentran, precisamente, en los barrios donde más apoyo tuvo el PP en 2019 (legislatura en la que se hicieron los pliegos) y que las calles con menor nivel de limpieza se corresponden también con las zonas donde menos votos recibió", deslizaba el partido en un informe recogido por Público.

"Prioriza los más ricos". Su concejal José Luis Nieto fue más allá y acusó al alcalde, José Luis Martínez-Almeida, apuntando a una relación directa: "Prioriza los distritos más ricos prestándoles más y mejores servicios de limpieza". En su opinión es necesario revisar el modelo porque "existe una enorme desigualdad entre distritos y entre los propios barrios", de forma especial si se toma como referencia la M-30 y las zonas situadas a ambos márgenes de la carretera.

Bajando al detalle. El análisis baja a casos concretos, como los poblados de Valverde y Mirasierra, esta última con chalets, grandes fincas y piscinas. A pesar de que la primera, Valverde, tiene "equipamientos como un colegio o pista de fútbol", el informe muestra que sale perdiendo en la comparativa. Su conclusión es clara: tres de los distritos más limpios son también los más ricos de la capital.

El País cita otro de sus ejemplos. Pese a ser el quinto barrio más poblado de Madrid, con 42.300 vecinos por kilómetro cuadrado, por el 75% de Berruguete pasa un camión de limpieza con agua a presión una vez a la semana. En Castillejo, con 29.000 habitantes por kilómetro cuadrado, la situación es distinta: el 65% de sus calles se limpian o baldean a diario. Siempre según los datos y comparativas recogidas en el informe divulgado hace unos meses por Más Madrid.

Colores… y porcentajes. Como habitualmente dice más un porcentaje que largas descripciones, el estudio aporta un dato extra del que se hizo eco en junio la cadena SER: una comparativa entre las superficie de cada distrito que disfrutan de las prestaciones del nivel uno de limpieza; es decir, exactamente qué porcentaje de cada barrio está silueteado en color marrón en el mapa municipal.

El análisis muestra diferencias notables. Por ejemplo, en el centro el 43% de la superficie es nivel uno. Los porcentajes son también significativos en Chamberí (32%), Retiro (29%), Salamanca (27%)o Tetúan (23%). En el polo opuesto, en Villaverde, San Blas-Canillejas, Hortaleza, Barajas y Villa de Vallecas los porcentajes se mueven en niveles bastante más bajos, del 4 o 3%.

La limpieza de la periferia. Más Madrid no es la única que ha mostrado su preocupación por cómo se gestiona la limpieza de las calzadas y aceras. En verano Facua alzó también la voz para exigir mejoras y advirtió de que en la periferia de la capital se aprecia un "clasismo medioambiental". "Facua lamenta que una vez más sean los distritos periféricos, los de renta más baja, los que menos se limpian, ya que apenas se destinan medios humanos y materiales", censura la asociación de consumidores tras examinar el contrato del Servicio de Limpieza.

¿Y en otras ciudades? Madrid no es la única que adapta el servicio a cada barrio. El Ayuntamiento de Barcelona reconoce también que la limpieza de los espacios públicos "se adecúa a la realidad de cada emplazamiento", teniendo en cuenta factores como el tráfico de vehículos, paso de personas, frecuencia de uso, actividad comercial o si se trata de zonas de ocio y recreo. "Las plazas y calles no tienen la misma intensidad de uso", argumentan desde la Ciudad Condal. No son los únicos casos de consistorios que informan en sus webs de que planifican la limpieza teniendo en cuenta las “necesidades” y “los usos” de cada barrio.

Imágenes | Daniel Lobo (Flickr)  y Ayuntamiento de Madrid

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