Un hombre de mediana edad toma el aire tranquilamente en un patio andaluz cualquiera. De repente, se levanta. Se encuentra mal. De fondo suena una alegre música reggae que acompasa el adormilado movimiento de nuestro protagonista: observa el infinito, el infinito le devuelve la mirada, se lleva las manos al cuello, apoya una rodilla en el suelo, se deja caer con parsimonia y finalmente yace inerte y en apariencia inconsciente tras una peripatética y fatídica actuación.
¿Cómo se llama la película?
"Una lección para que no la olvidéis nunca", el último y flamante cortodocumental emitido por Écija Televisión y escrito, dirigido y producido (o al menos eso deseamos creer) por la Trini, desde ya mito inolvidable de la cosmovisión televisiva hispanohablante. Un escueto vídeo de apenas dos minutos y quince segundos en el que la Trini tratará de mostrarnos cómo salvar la vida de un hombre atragantado al ritmo de 'La Macarena'. Un producto idiosincrásico de la televisión local.
El hallazgo ha enamorado a Internet en los términos típicamente virales: publicado por un usuario en Facebook, ha dado el rápido y connatural salto a YouTube para replicarse hasta el infinito en Twitter. Los motivos son más que suficientes: tras la escena descrita en el primer párrafo, Trini y su vecina Emilia se ponen manos a la obra. "A mi marido le acaba de dar un infarto, y para poder salvarle la vida hay que seguir los siguientes pasos", nos cuenta sonriente mirando a cámara.
Y allá vamos, se produce la magia: Trini inicia una maniobra de reanimación cardiovascular mientras Emilia comienza a teclear el número del 112 (en una interpretación que no cabe sino calificar de Emmy). Trini procede a entrelazar sus manos y comprimir el pecho de su marido con cuidado, "compresiones de unos cinco centímetros a unas 100 compresiones por minuto".
En ese momento, adelanta: "Y para ello, nos vamos a ayudar de 'La Macarena'". Trini se refiere a la canción, pero en un estudiadísimo giro de guión nuestra querida Emilia se dirige hacia una mesilla donde reposa una imagen de la auténtica Macarena, la santa de la que son devotos tantos sevillanos. Tras otro derroche interpretativo por parte de la vecina, accede a un radiocasete (impagale) y reproduce los compases de 'La Macarena' de Los del Río. Back to 1993.
Salvar de un infarto con 'La Macarena' es buena idea
¿Por qué? Y por qué no, se preguntarían los guionistas. Mientra Trini acompasa el masaje al ritmo bombástico de 'La Macarena' Emilia se pone a bailar la celebérrima coreografía. "El ritmo de 'La Macarena' es perfecto para hacer un correcto masaje", nos indican unos rótulos, momento en el que el espectador escapa al embrujo audiovisual del clip y recupera su noción de la realidad: se trata, en realidad, de un vídeo informativo-divulgativo. La realidad se había suspendido con éxito.
El corto se cierra con los servicios de emergencia salvando la vida del marido de Trini, incluyendo unos últimos consejos y despidiéndose de la audiencia mientras las dos heroínas de la historia continúan bailando 'La Macarena' de fondo. Producido realmente por la Asociación de Enfermeros Cardíacos de Écija, por el Área Sanitaria de Osuna y por el Hospital de Écija, el anuncio se emitió en la televisión local de la comarca hace cinco años, en 2013, aunque entonces pasara desapercibido.
Lo cierto es que el vídeo, pese al surrealismo, tenía su sentido: este mismo año se publicó un estudio realizado por el hospital Clínic de Barcelona en el que se evidenciaba cómo 'La Macarena' contribuía a mejorar la efectividad de los masajes cardíacos. Partiendo de un estudio de campo con 160 personas involucradas, los investigadores comprobaron que canciones como la de Los del Río o la de los Bee Gees poesían el ritmo adecuado para acompasar el ritmo de compresiones idóneas tras los primeros minutos del infarto. En cierto modo, la Trini fue una adelantada a su tiempo.
En su día, como se puede leer aquí, las asociaciones involucradas produjeron el artefacto audiovisual con la intención de educar mejor a la población adulta de la comarca (como casi todo el campo español, más envejecida que la media). El resultado pudo ser exitoso porque comunicó en el lenguaje habitual de las televisiones locales y comarcales: una mezcla de amateurismo, protagonismo intrínsecamente local, empatía y humor rudimentario (pero efectivo).
En cierto modo, es sintomático de las mil y una maravillas que guardan las televisiones locales, tanto en la producción de programas como de cortos publicitarios. La ausencia de recursos, la disociación total de las tendencias contemporáneas (fruto de su audiencia, más rural que urbana y también más envejecida), el carácter de servicio de los programas y su necesidad de explotar la proximidad con la audiencia (vecinos) las convierten en joyas televisivas, aún hoy únicas en su inocencia y bonhomía.
En el caso del vídeo de Trini y Emilia, su mérito es doble: convertir un asunto crítico (pero aburrido) para su audiencia en una joya memorable.