El pasado 6 de octubre, el proyecto de Ley de Protección, Derechos y Bienestar de los Animales inició su tramitación parlamentaria, superando las enmiendas a la totalidad presentadas por PP, VOX y PNV. Sin embargo, el camino hasta su aprobación final se antoja más largo del esperado.
Los animalistas, en pie de guerra. La enmienda presentada por el PSOE en septiembre para excluir a los animales empleados para actividades específicas, como los de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, perros pastores y de caza, ha enfurecido a los colectivos animalistas que llevan semanas manifestándose contra esta exclusión y que este domingo se concentraron frente a las sedes del grupo socialista en algunas ciudades españolas como Barcelona, Madrid o Sevilla.
Los manifestantes reclamaron, concretamente, la exclusión de los perros de caza que plantea la enmienda al proyecto de ley. Con carteles que rezaban “mismo perro, misma ley”, los animalistas exigieron un trato igualitario para todos los perros empleados en actividades deportivas o cinegéticas. Según Anima Naturalis, las rehalas caninas utilizadas para cazar pueden reunir a decenas de perros “en las condiciones más precarias que se puedan imaginar”, por lo que exigen un control para estos canes similar al que tienen los domésticos.
Podemos y PACMA, críticos. La enmienda ha vuelto a generar fricciones en el gobierno de coalición. Podemos la consideró de “extrema gravedad” y exigió al PSOE que la retirara para conseguir el fin del maltrato y abandono de los animales, así como el “sacrificio cero”. Por otro lado, PACMA ha pedido una reunión con los portavoces del grupo socialista, Patxi López y Isaura Leal, para evitar una “discriminación negativa” hacia los perros de caza.
Animales de compañía, parte de la familia. La propuesta de Ley de Protección, Derechos y Bienestar eleva la categoría jurídica de las mascotas, que pasan de ser objetos a “seres vivos dotados de sensibilidad cuyos derechos deben protegerse”. El texto, además, obliga a aquellas personas que convivan con animales de compañía a mantenerlos integrados en el núcleo familiar, en los casos que sea posible, con buena salud e higiene.
Es importante señalar que la ley no utiliza el término mascota, sino animal de compañía que, según el texto, es aquel que, estando incluido en el listado positivo de animales de compañías, es mantenido por el ser humano sin fines de consumo, comerciales o lucrativos. En el caso de perros, gatos y hurones, “siempre serán considerados animales de compañía”.
España sigue la estela de otros países. Según el portal Animal Protection Index, España se encuentra en el nivel C en cuanto al tipo de protección legal que tienen los animales. Por delante se sitúan, con la categoría B, países como Austria, Dinamarca, Holanda o Reino Unido. Precisamente el parlamento británico aprobó, el pasado mes de abril, la Ley del Bienestar Animal (The Animal Welfare), mediante la cual los animales pasaban a ser seres “sintientes”. A la espera de lo que pueda suceder con la enmienda presentada por el PSOE, la lay de bienestar animal situaría a España entre los países más avanzados en esta materia.
Con vista al futuro. Por otro lado, la propuesta de ley del gobierno está en consonancia con lo establecido por la ONU en sus objetivos de desarrollo sostenible, entre los cuales se encuentra el número 15, que habla sobre la protección de la vida terrestre y los ecosistemas. En concreto plantea la necesidad de cuidar los bosques, combatir la desertificación y “detener la pérdida de biodiversidad”.
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