China vive hoy en día lo que ellos llaman una crisis de masculinidad. El gobierno lleva años impulsando programas que combatan a esa hornada de niños mimados, en su mayoría varones, nacidos bajo las políticas de un solo hijo. Su objetivo es impulsar una idea más normativa de masculinidad, extendida también a la televisión pública, donde las orejas perforadas de las estrellas pop se pixelan con regularidad.
Estrategias insuficientes para las autoridades. De ahí que ahora vayan a lanzar un plan para la "prevención de la feminización en jóvenes varones". El objetivo: que los hijos de la nación dejen de ser unas nenazas, según su punto de vista.
El plan antifeminización. Hace unas semanas, un alto delegado del Comité chino, Si Zefu, afirmaba que las maestras y la cultura pop habían hecho a los niños "débiles, inferiores y tímidos". Ahora, el Ministerio de Educación se propone enfatizar el "espíritu del Yang", o atributos masculinos, contratando más instructores deportivos hombres y rediseñando las clases en las escuelas primarias y secundarias.
El plan, que tiene como objetivo "prevenir la feminización de los jóvenes varones", se publicó hace unas semanas aunque de momento no incluye unos objetivos concretos. No obstante, la idea de Si Zefu es revivir el espiritu y las ansias por convertirse en un "héroe de guerra". Culpa a la modernidad y las nuevas culturas provenientes de Occidente, advirtiendo que tal tendencia podría poner en peligro al pueblo chino.
El pecado de los videojuegos y la masturbación. Algunos miembros del gobierno como Si Zefu piensan que el ambiente del hogar es en parte culpable, ya que la mayoría de los niños chinos son criados por sus madres o abuelas. También culpan que el creciente atractivo de ciertas celebridades masculinas de grupos de música chinos de pop son el resultado de que ya no quieran inscribirse en el ejército. Se trata, al final, de chavales que han sido ridiculizados públicamente y a los que se les ha obligado a apuntarse a campamentos de entrenamiento para convertirse en "hombres de verdad".
En el pasado, los medios de comunicación estatales han llegado a culpar a los videojuegos, la masturbación y la falta de ejercicio por hacer que muchos jóvenes no sean aptos para el ejército. El año pasado, Xinhua, una agencia de noticias estatal, hablaba sobre el desequilibrio de género de los maestros de educación física y las dificultades para atraer a los hombres a una profesión mal remunerada, que actualmente está dominada por mujeres.
La protesta. Si bien algunos usuarios expresaron su apoyo a la propuesta en redes: "Es difícil imaginar que niños tan afeminados puedan defender su país cuando se avecina una invasión externa", la gran mayoría de generaciones jóvenes creen que se trata de una evidencia clara de discriminación sexual y perpetuación de los estereotipos de género.
"¿La feminización es ahora un término despectivo?" preguntaba un usuario de Weibo, la principal red social china. “Los niños también son humanos... siendo emocionales, tímidos o amables, estas son características humanas", explicaba otro. "¿De qué tienen miedo los hombres? ¿Ser iguales a las mujeres?" preguntaba otro usuario.
Hasta algunos medios de comunicación estatales parecían cuestionar la propuesta del ministerio. CCTV, la emisora estatal, escribía en su cuenta de Weibo: "La educación no se trata simplemente de cultivar 'hombres' y 'mujeres'. Es más importante desarrollar la voluntad de asumir la responsabilidad". También ofrecían su interpretación del Yang: "Los hombres muestran 'el espíritu del yang' en porte, espíritu y físico, que es una especie de belleza, pero 'el espíritu del yang' no significa simplemente 'comportamiento masculino'".
La educación. Aunque el nuevo plan del Ministerio de Educación no propone explícitamente un trato diferente para niños y niñas, algunos educadores como Liu Wenli, profesora de la Universidad Normal de Beijing y experta en salud y educación sexual, ven algunos peligros: "La sola referencia a la "feminización de los jóvenes varones" podría conducir a más acoso en los estudiantes debido a su expresión de género, identidad u orientación sexual”.
Es sabido que algunas escuelas secundarias chinas separan a los estudiantes en función de su capacidad física y otras les permiten elegir sus clases de deportes, aunque la mayoría de las clases de educación física en el nivel primario son mixtas. En su absoluta ignorancia, los funcionarios aún piensan cada vez más que las clases de musculación podrían ser una solución al problema de los “niños débiles”.
La masculinidad en decadencia. Desde hace años, científicos e investigadores vienen alertando sobre una crisis de la masculinidad ya que los roles masculinos tradicionales están dejando de ser útiles en el mundo actual. Lo hemos contado en Magnet. Esto tiene consecuencias: el sexismo y la homofobia son una respuesta directa a la percepción de una "masculinidad amenazada". De hecho, la evidencia antropológica señala que existe una tendencia histórica hacia la co-crianza y la implicación del hombre en la familia que ha ido desdibujando los roles tradicionales de hombre y mujer. Es decir, el feminismo y la "crisis de la masculinidad" son productos ambos de tendencias demográficas y socioeconómicas de fondo.
Crisis de identidad. El presidente Xi ha hablado en muchas ocasiones de sus esperanzas de que el país se convierta en una "superpotencia mundial del fútbol" para 2050. Pero los repetidos intentos de mejorar las habilidades de juego de China han fracasado y son motivo de burlas para muchos, como una tarea aparentemente imposible. El año pasado, los carteles de la banda de chicos chinos de pop S.K.Y. que publicitaban la Maratón de Hangzhou fueron retirados de las calles al decir algunos altos cargos que el pelo tintado y el maquillaje en hombres "no eran lo suficientemente masculinos" para representar el evento.
Quizás sea una prueba para decirle a una potencia mundial férrea que sus hijos no tienen ni idea de jugar al fútbol o coger un rifle, que sólo quieren bailar, cantar y hacerse un tatuaje si les viene en gana. Al final, se trata de encontrar el equilibrio del Ying y el Yang y reafirmarse como individuos, que es lo que los mismos censores predican. Quizás más que de una crisis de masculinidad, deberíamos estar hablando de una crisis de identidad.
Imagen: GTRES