Es un momento formidable para la programación, pero más aún para el software viral y cuqui. Así lo atestiguan aplicaciones como Prisma, que ha poblado durante unos días los muros de Instagram, o los efectos de Snapchat, sin los cuales hay personas que, a día de hoy, no podrían sobrevivir. Dentro de estos nuevos juguetes informáticos está Bass Shapes, un visualizador de sonido creado para amenizar tus escuchas en Pandora o Spotify.
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Bass Shapes es una aplicación (de momento sólo disponible para Mac) de lo más sencilla pero muy ingeniosa. Según Nick Haderman, el investigador y creador del proyecto, no se ha explorado lo suficiente la fusión de sonido con una estética acuarelada y en 3D. ¿Echabas de menos los visualizadores de Windows Media Player? Pues aquí tienes la versión equivalente y moderna de aquello. La aplicación, por cierto, es gratuita y puedes bajártela aquí.
La imagen del visualizador se centra en una bola de acuarela que se entretiene a lo largo de una línea de acuarela fuera de control. Y aunque pudiera parecer que los dibujos han sido ideados previamente este programa sólo funciona con el tiempo real. Así, dependiendo de la velocidad de la canción las líneas irán más o menos rápidas, las líneas podrán ser más caóticas y tendrán elementos concretos y vinculados al tipo de sonido que produce la canción.
Lejos del software: los otros caminos de la visualización del sonido
Precisamente, el juego entre la imagen y lo visual se viene dando desde los años 20, con la llegada del cine sonoro a nuestros días. Algunos de los mayores golpes creativos que han intentado aunar estos recursos son el trabajo Audio-Vision, del cineasta y colaborador con la Cahiers du Cinema Michel Chion, o Berberian Sound Studio, de Peter Strickland, un particular homenaje ocular al sonido de las películas giallo.
También la conocida Fantasía de Disney, que hacía que la idea de la película fuese esencialmente la música, poniendo la imagen al servicio de la melodía y no al revés, como pasa casi siempre que tenemos el sentido de la vista de por medio.
Aunque tal vez a quien mejor deberíamos preguntar por los trasvases entre el ojo y el oído es a los sinestésicos. Gente que puede, literalmente, ver sonidos. El director Terri Timely intentó mostrárnoslo de forma bastante simbólica y enrevesada en su corto con el mismo título que esta particularidad mental.