El pasado viernes, la policía londinense anunció que comenzaría a utilizar un sistema de reconocimiento facial para mejorar la identificación de los delincuentes peligrosos. Y, aunque subrayan que su intención es mejorar las dinámicas de trabajo, una parte de la sociedad civil ve en esta decisión una vulneración de la privacidad de los ciudadanos.
Nueva medida. Londres se convierte en la primera ciudad europea en implantar cámaras de videovigilancia con reconocimiento facial. Esta nueva tecnología de origen japonés tiene la capacidad de detectar las medidas de las facciones de la cara de cada individuo, lo que permitirá a la policía registrar en tiempo real la identidad de cada uno de los sospechosos fichados previamente. La idea es que estas cámaras estén ubicadas en lugares donde la policía considera más probable localizar a delincuentes peligrosos.
¿A qué se debe? Según ha informado la policía metropolitana en este comunicado, se ha detectado un aumento de la delincuencia que requiere perfeccionar las labores de vigilancia e identificación. Además, han asegurado que esta nueva tecnología no solo les ayudará a dinamizar su trabajo, sino también a abordar delitos graves como la explotación infantil o aquellos donde entren en juego armas de fuego. Igualmente, les permitirá prestar atención al incremento de otro tipo de delitos, como los perpetrados con arma blanca que han aumentado en 2019.
Respuesta civil y judicial dividida. Por un lado, la parte de la ciudadanía representada por asociaciones como Big Brother Watch considera que esta medida vulnera las libertades civiles al expandir el estado de vigilancia. Esta misma preocupación es la que ha expresado el departamento de privacidad del gobierno a través de un informe, donde no comparte el uso de esta tecnología en las calles. Sin embargo, el pasado 2019, un juzgado británico falló a favor del reconocimiento facial, afirmando que no existía violación de la privacidad ni de los derechos humanos.
Influencia china. En 2017, la potencia asiática contaba con 170 millones de cámaras de seguridad a lo largo del país, un número al que este 2020 quieren sumar otros 400 millones más. Pero lo que caracteriza al sistema de inteligencia artificial chino no solo es la cantidad, sino su propio alcance cualitativo. Las cámaras son capaces de localizar a una persona concreta en tan solo siete minutos, evidenciando la rapidez con la que pueden estimar la edad, la raza o el género de cada uno de los ciudadanos registrados por las cámaras.
San Francisco las prohíbe. La ciudad perteneciente al estado de California se plantó ante la irrupción de esta tecnología en sus calles. A pesar de que el reconocimiento facial desarrollado para Londres también está presente en países como Georgia y en ciudades indias como Surat, San Francisco ha decidido prohibir el uso en su ámbito geográfico tanto a empresas como a organismos gubernamentales. Así, la justificación "apoyamos a la Policía, pero no un estado policial" se extendió también a otras ciudades californianas como Oakland o Berkeley.
Imagen: Kevin Baquerizo/Unsplash