El coronavirus ha herido gravemente a las aerolíneas de todo el planeta. En España no iba a ocurrir lo contrario, y una de las más afectadas es Air Europa, con una flota de 66 aviones, 3.000 trabajadores, una facturación anual de 2.100 millones de euros y una cuota en nuestro país inferior al 5% de los viajes. Es decir, una empresa muy importante pero no estratégica.
Air Europa es, a su vez, parte del grupo Globalia, que también dirige hoteles como Be Live Hoteles y Melody Maker y la agencia de viajes Halcón Viajes. Globalia había firmado que Air Europa sería adquirida por IAG (Iberia) en noviembre de 2019 en una operación que sería ejecutada en la segunda mitad de 2020, un suceso que, como nos podemos imaginar, se paralizó en cuanto cayó de pleno la crisis sanitaria.
El rescate a una empresa ruinosa
Lo que está indignando ahora a economistas y empresas del sector es lo siguiente: Europa permitió que el gobierno español accediese a un nuevo fondo de 10.000 millones de euros que, a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que está adscrita a Hacienda, pueda entrar de forma "transitoria" en el capital de compañías privadas con unas medidas ultra específicas y pensadas para servir de mero rescate transitorio en lo que dure la pandemia (nos da una pista de la dureza de las condiciones que sólo otra empresa española aparte de Globalia, a pesar de que muchas necesitan el dinero con urgencia, ha pedido acceder a estos fondos).
El plan indica que hay carta blanca para que el SEPI y Hacienda decidan a quién quieren salvar siempre y cuando las “ayudas individuales” no superen los 250 millones de euros, momento en el que la compañía tendría que presentar un plan de salida de la crisis "creíble" y más importante aún, Bruselas puede entrar a pedir una notificación separada para analizar el rescate.
Ya antes de lo sucedido se consideraba que Air Europa había dado el “pelotazo” con su venta de 1.000 millones a Iberia, más teniendo en cuenta la estructura empresarial, que ya contaba con un préstamo de 140 millones de euros del ICO y sus beneficios eran muy exiguos. Lo que nos encontramos ahora es que en noviembre de 2020 la empresa suma 600 millones de euros y unos resultados operativos negativos (como muchas otras aerolíneas, claro está).
Pues bien, el SEPI ha garantizado que Air Europa recibirá una inyección total por valor de 475 millones de euros y no tendrá que rendir cuentas a Bruselas. ¿Cómo puede ser eso? Porque no es una única “ayuda individual”, sino dos, un préstamo participativo de 240 millones y otro ordinario de 235 millones. Hacienda ya ha notificado ni tienen información del “planning” de viabilidad de la empresa ni se le espera.
¿De qué hablamos cuando hablamos de salvar Air Europa?
De salvar a IAG. El colchón financiero del Gobierno garantiza que Iberia termine comprando como había prometido a Air Europa, aunque sea a un euro, como ocurrió recientemente con el Santander y el Banco Popular, pero llevándose toda su deuda. Lo que ocurre es que, al haber puesto esa cantidad de dinero ahora existe la posibilidad de que el Gobierno se convierta en el socio mayoritario de Air Europa y tomar dentro de ella decisiones más políticas (vetar un ERE) que económicas, lo que perjudicaría a la supervivencia a largo plazo y no interesa a los altos mandos de IAG.
El temor es ahora que el rescate se convierta en la nacionalización de las pérdidas y Air Europa quiebre de todas formas. Ello podría no suceder porque a su vez IAG puede necesitar ser rescatada, y, según los entendidos, ser el hub de Barajas (para lo que necesitaban los aviones y las licencias en ese aeropuerto de Air Europa) facilitaría la aquí sí condición de ser una empresa “estratégica” que merece ser salvada.