La sequía y reducción del consumo de agua en Cataluña ya tiene una consecuencia: se construyen menos piscinas

  • La patronal calcula que este año construirá 1.600, un 80% menos que durante los últimos años

  • En Palafrugell el ayuntamiento ha optado por suspender las licencias de obra un año

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La escasez de lluvias que arrastra Cataluña se está cobrando una víctima importante: las piscinas. En plena sequía y con restricciones importantes en el consumo de agua, la región ha experimentado un bajón considerable en el número de nuevas construcciones. Lo asegura la propia patronal del sector, que calcula que este año levantará 1.600. Pueden parecer muchas, sobre todo teniendo en cuenta el contexto, pero suponen un 80% menos que las instaladas en un año normal.

En la provincia de Girona incluso hay algún ayuntamiento que ha decidido suspender la concesión de licencias para nuevas piscinas durante un año.

2024 no será el año de los chapuzones caseros.

Menos (muchas menos) piscinas. El dato parte de la patronal nacional del sector, que como tal es parte interesada, pero aporta un indicador valioso de cómo está afectando la escasez de agua a su negocio. Este año calcula que se construirán en Cataluña unas 1.600 piscinas. Pueden parecer muchas en un contexto de sequía y restricciones para su ahorro, pero en realidad queda muy por debajo del volumen de actividad que suelen tener. En concreto, hablan de un 80% menos que los años anteriores, cuando lo normal era que construyesen cerca de 9.000 piscinas.

Los datos los acaba de divulgar 3Cat y los avanzó hace semanas El País, al que la Asociación Española de Profesionales del Sector Piscinas (Asofap) adelantaba ya sus previsiones de construir un 82% menos de estructuras en Cataluña. En toda la comunidad hay 195.900 piscinas, incluidas 1.800 que están cubiertas. Al menos en 2023 a la cabeza en el ranking regional de localidades con piscinas se situaba San Cugat del Vallès, con 4.900, seguido de Lliça d´Amunt y Lloret de Mar.

Sin nuevas licencias. Que haya una alerta por sequía y la propia patronal del sector anticipe un bajón de actividad, no ha impedido a quienes desean una piscina acudir a sus ayuntamientos y solicitar la licencia correspondiente. En Barcelona se registraron 68 en 2023, según El País, que precisa también que en Matadepera, en la comarca del Vallés Occidental, llevan más de una veintena en lo que va de año.

Cuando los proyectos cumplen la normativa del sector, a los organismos municipales no les queda otra que concederles licencia. No importa que cuando la piscina esté concluida no pueda llenarse, advertencia que algunos consistorios ya se plantean dejar por escrito en la licencia. Con ese telón de fondo, en Palafrugell se plantearon en febrero una medida extraordinaria que explica también el bajón de nuevas construcciones detectados por la patronal de las piscinas.

Doce meses de suspensión. Hace ya un mes su ayuntamiento aprobó en el pleno municipal suspender de forma temporal la concesión de licencias para la construcción de piscinas. La medida afecta también a los trabajos para ampliar o rehabilitar estanques que ya existen o que hayan quedado sin uso con los años. Su aplicación se limitará a un año y llegó acompañada además de sanciones a 11 vecinos que ya tenían piscina y las llenaron pese a la emergencia por sequía.

A quien no ha gustado la decisión de Palafrugell es a la propia Asofap, que a principios de marzo lanzó un comunicado cargando contra la suspensión de licencias de obra para construir piscinas. En su comunicado no cita a la localidad gerundense y habla en plural, de "municipio", pero es categórica. En su opinión, la medida, que afecta directamente a su negocio, resulta "desproporcionada".

Señales que vienen de atrás. No es la primera vez que los negocios dedicados a la construcción de piscinas advierten de una caída de la carga de trabajo. En agosto Diari Més se hacía eco ya de las quejas de empresas que detectaban un pinchazo en la demanda debido precisamente a la escasez de agua. "Hemos perdido trabajos de obra nueva por la sequía", comentaba el gerente de una compañía especializada en piscinas, spas y jardinería. "Hay gente que ha dado marcha atrás en la contratación de trabajos por la conciencia por la sequía", corroboraba otra profesional.

e Mapa de la Agència catalana de l´Agua con los diferentes niveles: azul (normalidad), verde (prealerta), amarillo (alerta), naranja (excepcionalidad), rosado (prealerta), rojo (emergencia) y marrón (emergencia II).

La sequía manda. La causa del desplome en las previsiones de actividad de Asofap y medidas como la que ha adoptado Palafrugell es simple: la sequía que sacude Cataluña y ha llevado a la Generalitat a mantener el nivel de emergencia a pesar de las lluvias de los últimos días, que han dado un ligero alivio a los embalses de sus cuencas internas. "Sigue siendo intensa y debemos mantener los esfuerzos por superarla”, recalcaba hace poco la vicepresidenta del Govern, Laura Vilagrà. La web de la Generalitat concreta que zonas están afectadas y su categoría.

Entre las medidas aplicadas para controlar la sequía y ahorrar agua, el Gobierno catalán prevé la prohibición de llenar piscinas de agua dulce. Las excepciones que contempla se limitan a las cubiertas del censo deportivo de la propia Generalitat, las que se utilizan para el entrenamiento de deportistas federados, aquellas destinadas a uso terapéutico y las que se rellenan con agua del mar.

Imágenes | Point3D Commercial Imaging Ltd. (Unsplash) y Agència Catalana de l`Agua

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