No hay semana sin una polémica en el azaroso mundo del cómic y la de esta, hay que admitirlo, ha sido por todo lo alto. Durante los últimos años Marvel Comics ha hecho gala de una decidida apuesta por lo diferente como alternativa a una incesante sucesión de megaeventos, crossovers y sagas cataclísmicas solo aptas para iniciados y gente dispuesta a comprar tebeo tras tebeo de una docena de colecciones para seguir una trama que promete revolucionar para siempre el universo de los Vengadores y Spider-man para que, pocos meses después, todo vuelva a ser igual.
La apuesta de la Casa de las Ideas en paralelo parecía incluir una diversificación de los personajes y dar la alternativa a guionistas y dibujantes alternativos o con ganas de ofrecer un punto de vista distinto (que, curiosamente, en muchos casos era más fiel al espíritu Marvel original que muchos de los títulos que la editorial promociona con más celo).
Así, aunque es cierto que series como los Jóvenes Vengadores, supergrupo adolescente con un proto Capitán América negro y una pareja abiertamernte homosexual entre sus filas ya apuntaba aires de cambio allá por 2005, ha sido a lo largo de los últimos años cuando hemos visto cambios impensables no hace demasiado:
El multiculturalismo de Marvel: una cartografía
La adolescente musulmana de origen paquistaní Kamala Khan se convertía en la nueva Ms Marvel, heredando el título de la rubia y americanísima Carol Danvers. El Motorista Fantasma es ahora un joven latino, Robbie Reyes, que conduce un coche. Jane Foster, un personaje secundario de Thor desde los años sesenta aquejada de cáncer de pecho, se convertiría en portadora del martillo místico Mjolnir, pasando a ser la nueva Diosa del Trueno.
La nueva Iron Man es Riri Williams, una adolescente afroamericana de 15 años, la nueva Lobezno es Laura Kinney, la hija clonada de Logan, el nuevo Hulk es un chaval coreano y el afroamericano Sam Wilson, más conocido como el Halcón, sustituye a Steve Rogers como Capitán América. Silk, Spider-Woman y Spider-Gwen hacen que haya, efectivamente, más mujeres araña que hombres araña. La Capitana Marvel, Hulka, la Viuda Negra, la Bruja Escarlata, Elektra Patsy Walker, Gata Infernal, Moon Girl o la Chica Ardilla han tenido o tienen serie regular propia e incluso se formó Fuerza A, un grupo de Vengadores íntegramente compuesto por heroínas.
La polémica del mes: los "personajes diversos" no nos venden
Toda esa transformación, junto a los éxitos de la llamada Marvel indie de los últimos años, con títulos como Ojo de Halcón, Caballero Luna o la Visión (recientemente nominada en los Premios Hugo) parecían hablar de una editorial que buscaba abrir nuevas sendas y atraer a un nuevo público. Es por ello que han sorprendido, y mucho, las declaraciones del Editor en Jefe de Marvel Axel Alonso y del vicepresidente de Marketing de Marvel Comics David Gabriel durante el Marvel Retailer Summit, el encuentro de la compañía con 14 organizaciones de retailers, que incluyen a las 300 tiendas de cómics más importantes de Norteamérica.
Durante este, el primer evento de estas características que celebraba la editorial en los últimos 20 años, cuyo objetivo era explicar a las tiendas los pasos que pretende tomar Marvel para aumentar ventas Alonso y Gabriel hablaron de una vuelta a los personajes "de toda la vida" y un alejamiento de temas "políticos" y de los "cambios en personajes", sugiriendo que la apuesta por la diversidad no había sentado bien a las ventas de la empresa.
También aludieron a la falta de dibujantes estrella que estimulasen las ventas y se comprometieron a no que no habría megaeventos durante los próximos 18 meses. Ninguna de estas declaraciones habría salido a la luz probablemente si no fuese porque Marvel decidió permitir que el portal Icv2, especializado en noticias y análisis de lo que podríamos definir como empresas de ocio y entretenimiento, acudiese al Marvel Retailer Summit. Con la diversidad en el mundo del espectáculo como gran tema de los últimos tiempos en EE.UU, las declaraciones de dos de los mandamases de Marvel, que ya han intentado reconducir, no podían llegar en peor momento. Irónicamente, la polémica coincide con un especial de la prestigiosa revista Fortune en que se alaba la estrategia de diversificación.
Primero: ¿está vendiendo Marvel menos tebeos?
Definitivamente sí. Tomemos como ejemplo este informe sobre las ventas de comic books mensuales, comúnmente conocidos como "grapas", correspondiente al mes de noviembre del año pasado. En él se recoge, serie por serie, no solo la cifra de unidades vendidas del número correspondiente al mes, sino también el porcentaje de aumento o reducción de ventas con respecto al mes anterior y un histórico de cifras de los doce meses anteriores.
Las cifras son bien reveladoras y permiten marcar un patrón relativamente repetitivo. Los primeros números de series suelen contar con un fuerte arranque de ventas. Conviene recordar al lector no familiarizado con el mercado editorial norteamericano que Marvel tiende "reforzar" el lanzamiento de números uno con portadas alternativas que, en ocasiones las tiendas solo pueden obtener comprando una cantidad determinada de copias del cómic en cuestión.
Este tipo de estrategias enfocada hacia coleccionistas y especuladores hace que no solo los usuarios finales compren varias copias del mismo cómic sino que las propias tiendas realicen pedidos mayores de lo normal para poder hacerse con estas ediciones especiales. Recordemos que en EE.UU las librerías y tiendas de cómics no tienen posibilidad de realizar devoluciones de material no vendido a las distribuidoras.
Como se puede observar con un vistazo rápido, la dinámica es que los números uno u otros números en los que se arranca un nuevo arco argumental o se haya decidido por alguna razón realizar una edición con portadas alternativas suelen suponer un pico en ventas que remite el mes siguiente en cuanto se recupera la "normalidad".
Hay, evidentemente diferentes niveles de "descalabro". Así, la diferencia en ventas entre el número 1 y 2 de una serie puede descender entre un 45 y un 80%. Títulos tradicionalmente fuertes, como pueda ser la colección principal de Spider-man, Amazing Spider-Man, muestran "ondulaciones", con pequeñas caídas y subidas periódicas, pero son la excepción. La realidad es que, cada mes, Marvel vende menos grapas. No ocurre, por cierto, lo mismo con los tomos recopilatorios, que muestran unánimemente crecimiento.
Segundo: ¿es esto culpa de la diversidad?
La respuesta inicial sería que no. La realidad es que, como hemos visto más arriba, tanto los títulos "diversos" de Marvel como los que mantienen un perfil más clásico o los megaeventos como Civil War II mantienen un comportamiento similar, es decir, empiezan muy fuerte con el número uno y van perdiendo gas conforme se van añadiendo dígitos a la serie. Es tan cierto que los títulos "diversos" tienen unas ventas discretas como que títulos como la Chica Ardilla o Moon Girl y Dinosaurio Diabólico, dibujado por la española Natacha Bustos, probablemente llegan a un público bien diferente y más diverso del que lee Civil War o Secret Wars. Hitos como el regreso del Thor masculino, "el de toda la vida" tampoco parecen haber supuesto un vuelco en las ventas del personaje.
¿Y por qué venden cada vez menos los tebeos Marvel si sus personajes son cada vez más populares?
La pregunta del millón. La realidad es que, durante mucho tiempo, el cómic de superhéroes llevan tirando de los mismos lectores/coleccionistas desde hace casi cuarenta años. Tras estallar la gran burbuja especulativa de los años noventa, la era de los lanzamientos masivos y las portadas variantes de todo tipo, nada ha vuelto a ser lo mismo y las ventas de grapas han descendido progresivamente. Se ha hecho poco y mal por captar nuevos lectores, se ha tardado en ofrecer soluciones digitales para la era en la que vivimos y, además, han entrado en escena nuevos actores como Image, que se ha convertido en escudería de los títulos más frescos que se publican en EE.UU actualmente. Solo hace falta recordar que el tebeo de grapa más vendido en los últimos años es un número de The Walking Dead (aunque sí, el precio de 25 centavos ha ayudado definitivamente).
Por otra parte, un vistazo a los cómics más vendidos durante el pasado mes de febrero muestran como, obviando la franquicia comiquera Star Wars, adquirida por Marvel, Batman, Superman y demás personajes de DC copan el top de ventas de manera abrumadora, una tendencia que se viene repitiendo desde mediados de 2016. Otros factores, podrían incluir el decidido cambio en los modos de consumo del medio y del ocio en general: el tebeo de grapa cada vez pierde relevancia frente a los trade paperbacks, recopilatorios o novelas gráficas. Internet, los videojuegos y Youtube son una fuente de entretenimiento contra la que el cómic, a no ser que evolucione, no puede competir.
Pero para empezar, ¿por qué apostó Marvel por la diversidad?
Marvel tiene una cantera impresionante de personajes que, cada cierto tiempo, debe "sacar a pasear", y más pensando en que pueden ser puestos en valor de cara a un salto al audiovisual. Por otra parte, Marvel nunca ha tenido problema en arriesgar con personajes en horas bajas para ver si suena la flauta y pegan el pelotazo o en apuntarse a "modas". Personajes como Dazzler, nacida en plena época de fervor por la música disco, Luke Cage, que intentaba sacar partido del auge del género blaxploitation o Puño de Hierro, del éxito masivo del cine de artes marciales, dejan bastante claro que la Casa de las Ideas siempre ha intentado poner un ojo en lo que ocurría en la calle y llevarlo a las páginas de sus cómics.
Por convicción o como estrategia de marketing, la editorial del Capitán América y los X-Men cuenta con una larga tradición de pequeñas revoluciones. Por ejemplo, el mutante de Alpha Flight Estrella del Norte fue el primer superhéroe abiertamente gay en salir del armario en un cómic Marvel, allá por 1992 y la presidencia de Barack Obama en 2008 dio lugar a la creación de Miles Morales, el Spider-man afroamericano del universo Ultimate.
Otro factor muy importante en las decisiones creativas en Marvel reside en el papel de los editores, responsables de todo lo referente a las distintas familias de títulos dentro de Marvel. Por ejemplo, Sana Amarat está detrás de la nueva Ms. Marvel junto con Steve Whacker, el gran responsable de gran parte de los hits de la "Marvel Indie", como el Ojo de Halcón de Matt Fraction y el David Aja o el Daredevil del guionista Mark Waid y dibujantes como Javier Rodríguez o Chris Samnee que ha dejado su cargo para trabajar en el departamento de animación de la casa.
¿Y entonces por qué dijo esto Axel Alonso?
Hay que entender el contexto: Axel Alonso dice todo esto en un encuentro ante representantes retailers (es decir, dueños de tiendas de cómics) de EE.UU y Canadá. Estas tiendas son el reducto del comprador Marvel de toda la vida, es decir: hombre, generalmente blanco y de mediana edad, que lleva comprando, leyendo y coleccionando tebeos de superhéroes desde su infancia. Un colectivo inevitablemente decreciente cada año. Un terreno poco atractivo para nuevos lectores, que suelen decantarse más por compra online o tomos recopilatorios comprados (que también están disponibles en librerías generalistas y grandes superficies) en vez de tebeos de grapa.
En el fondo, parece que Axel Alonso intentaba que los retailers escuchasen lo que quieren oír, ya que muchos son partidarios de que "Marvel sea la de toda la vida", un back to basics. El que lo dijese delante de un medio de comunicación es, desde luego, una tremenda torpeza.
Para terminar: ¿Es cierto que ya no hay dibujantes estrella?
Es inevitable que los grandes dibujantes de los setenta, ochenta y noventa, por edad, por desgana o porque el público demanda otro tipo de estilos más modernos, han ido desvaneciéndose. Que estrellas como John Byrne o George Pérez hace muchos años que no están at the top of their game y difícilmente pueden aguantar el ritmo y publicar un cómic de 24 páginas al mes no es ningún secreto. Otros como Jim Lee o Todd McFarlane hace años que han decidido convertirse en gestores, marvelitas de toda la vida como John Romita Jr. se han pasado a la competencia y los hay, claro que van por libre.
La realidad es que, desde el éxodo de dibujantes estrella a Image durante los noventa, Marvel ha mantenido una política que propicia la movilidad de artistas entre colecciones y les resta protagonismo. Las grandes sagas clásicas de Marvel siempre han contado con equipos creativos longevos y Marvel se ha encargado de impulsar unas rotaciones salvajes.
Además, las condiciones que ofrece Marvel propician que tanto guionistas como dibujantes prefieran, en cuanto despuntan, probar suerte con proyectos propios en Image antes de "regalar" ideas o nuevos personajes a una editorial tradicionalmente muy reacia a pagar royalties o ceder parte de la propiedad de los mismos.
Es cierto, igualmente, que la globalización ha ayudado a que exista una oferta inmensa de dibujantes disponibles y con ganas de triunfar en alguna de las grandes editoriales al precio que sea y eso permite que, por una parte, las tarifas que se pagan por página sean cada vez más bajas (algunos dibujantes consultados aseguran que editoriales más pequeñas que Marvel pagan bastante más por página dibujada) y la búsqueda del próximo talento hot haga que, salvo contadas excepciones, haya un enorme trasiego de dibujantes en las colecciones.