Tenemos ya cierta edad como para no hacer el clásico chiste de “esto podría hacerlo mi hijo de cinco años”. Aun así, el arte moderno o conceptual sigue provocándonos cierto resquemor, puesto que para muchos de nosotros el criterio de los entendidos sobre cuáles de los artistas el momento son valiosos y cuáles son los perdedores del juego de las galerías, aunque, en apariencia, estética y conceptualmente sus obras estén próximas entre sí.
Pero el comediante Adam Conover ha querido hacer un video resumen de la información que no aparece contextualizada cuando vemos alguna noticia por la que un Jeff Koons o la última astracanada de ARCO ha sido vendida por equis incalculables euros. “Nos dicen que este tipo de arte es tan caro porque es el mejor del mundo, pero en realidad lo que tienes ante tus ojos es un enorme sistema de fijación de precios”.
Y parece que le ha dado en el corazón a muchos internautas. En dos días 50.000 personas han compartido el sketch a través de su publicación en CollegeHumor.
Aquí puedes verlo en el original, en inglés, con todo el carisma de un video tan informativo como entretenido.
Resumiendo, los argumentos del video son los siguientes:
1) Las grandes galerías ocultan precios para pedir distinto dinero según el comprador
Algo que funciona sobre todo en el sistema de descuentos. Por lo general, el precio es público pero está algo inflado. Después, dependiendo de si es un cliente amigo de la casa, un museo o un importante grupo coleccionista, el cobro final puede variar bastante.
2) Las galerías discriminan a los nuevos y desconocidos compradores
El caso de Daniel Radcliffe, aunque útil para hacer el vídeo más divertido metiendo a Harry Potter de por medio, puede que no sea el mejor ejemplo, ya que para entonces el actor era bastante rico y el artista además llamó a la galería para forzar la venta al enterarse del rechazo de la galería.
Sin embargo es básicamente cierto: el estatus, el poder y las conexiones de un vendedor pueden favorecer o perjudicar a la compra de una obra. Por ejemplo, si eres nuevo pueden creer que vas a ir corriendo a especular con tu nuevo y flamante Basquiat para venderlo por eBay, así que no te lo venden.
3) Las apuestas son una mentira, tienen a gente contratada para que puje falsamente
Sí, la práctica se llama “garantía de tercera parte” y no es ningún secreto. Un comprador privado advierte a la organización de la subasta de que quiere comprar una obra durante la apuesta y fija el límite de lo que está dispuesto a pagar. Entonces las organizaciones pueden contratar a alguien que, en base a eso, anime los precios. Si la obra se termina vendiendo por encima de la cantidad fijada por el comprador privado, al falso comprador se le da un porcentaje de la diferencia entre ese precio mínimo y el precio final de la puja.
También por esos mismos compradores privados es que los subastadores se inventan ofertas mirando a un punto fijo en ninguna parte: saben que la obra se venderá a alguien que no está en la sala por más dinero del que han ofrecido los asistentes.
4) Las casas de subasta son el lugar ideal para defraudadores y mafias que necesiten lavar dinero
Hay antecedentes de ambas prácticas, puntuales en cuanto a dinero negro y más habituales en lo de utilizar las donaciones como “ingeniería fiscal” o evasión de impuestos. Por supuesto, el Estado intenta aumentar el escrutinio lo máximo posible (es casi imposible que un coleccionista pueda decidir el propio precio de las obras que dona, como cuentan en el video), pero eso no quita que sea una práctica real.
5) Los cuadros de un artista callejero pueden ser tan estupendos como el de una galería
Con el relativismo artístico hemos topado. Si a ti te gusta más la ilustración de un conocido tuyo que otras obras expuestas en enormes salas medio vacías nadie puede detenerte. El problema de esto es la foto finish de Conover: el 1% no se pasa, como cuentan, el día en el entorno de las galerías trapicheando millones con cuatro artistas consagrados haciendo de pretexto. Es más, seguro que a este entramado le encantaría tener más oportunidades de especular con nuevos y talentosos artistas (si hay más arte, más oportunidades para la circulación de capital).
¿Por qué al final sólo se dejan llevar por la corriente y los nombres conocidos? Según algunos entendidos, simple comodidad, pereza por parte de los compradores en la búsqueda de nuevos talentos y miedo de los curadores y galeristas de invertir en nuevos artistas que aún no está probado que vayan a suscitar las ventas de los tratantes.
Total, que al final un poco de engaño sí que hay este sistema, como bien sabía nuestro amigo el gañán.
De todas formas, los videos de Adam Ruins Everything sí que han nacido para conquistar las redes, y es más que probable que ya hayan empezado a aparecer en tu Facebook. Aquí van algunos de los que, desde diversas cuentas piratas, me han llegado a mí:
El individuo alfa es una falacia, aún peor si la usamos entre humanos
El azúcar es el culpable de que hayamos criminalizado la grasa durante décadas
Las prostitutas del Oeste prácticamente cimentaron la creación de estas ciudades