Hay dos maneras de tomarse los juegos. Una es dejándose llevar, disfrutando del momento y entreteniéndose al buscar las soluciones al reto. La otra es abandonar la dimensión infantil del asunto y centrarse puramente en los resultados. Aplicar la fría ciencia si es necesario, hackeando cualquier punto liberador y convirtiéndose en un pequeño robot a lo Sheldon Cooper.
Eso es lo que han hecho Ben Blatt (colaborador de Slate) y Randy Olson (Data Scientist aficionado a la visualización de datos) al intentar desvelar los misterios de Dónde está Wally, aquellas ilustraciones de agudeza visual creados por Martin Handford. Como si de dos personas con asperger se tratase, estos tipos han buscado los patrones conscientes o inconscientes que el autor había aplicado a sus viñetas para deshacernos de la dependencia de nuestra mirada de lince y delegar el trabajo de búsqueda en unas fórmulas matemáticas. Descubrir cuál es la manera más eficiente de buscar al señor de jersey de rayas.
El canon Wally: lo que aprendemos mirando los sitios que ha visitado
Poniéndose manos a la obra, la información en bruto que extrajo Blatt generó un mapa con las coordenadas de las 68 posiciones que ha ocupado Wally en las páginas de sus primeros siete volúmenes. Lo primero que descubrió es que al fijarse en la estimación de densidad del núcleo de la imagen, Wally era escurridizo en la esquina superior izquierda. A veces es lógico, ya que había dibujados unos sobres en los que Wally no podía estar paseando, pero después de que el artista prescindiera de los sobres tampoco solía aparecer por la esquina. Es mejor que de entrada no lo busques ahí.
Tampoco suele estar en los bordes y caras internas de cada página (en general, ya que hay excepciones), tal vez porque son zonas “demasiado obvias” para buscarlas con los ojos, el primer sitio donde niños y mayores buscarían al personaje. Esto es sólo una teoría, ya que a nivel proporcional, los bordes supondrían un 25% de las probabilidades de aparición si colocásemos a Wally de forma aleatoria. Y en la práctica, los libros de Handford sólo lo colocan en un 12% de las ocasiones.
Por último, tampoco se suele encontrar en la parte inferior derecha de la imagen. Tiene sentido: lo primero en lo que nos fijamos los lectores occidentales al pasar de página es en esa esquina que acabamos de mover.
Técnica computacional: cómo buscar a Wally como el mayor experto del mundo
Vale, ¿pero qué se puede hacer con esos datos? Randy Olson, yendo un paso más allá que el periodista de Slate, usó la programación para elaborar un patrón de búsqueda óptimo de Wally, lo que él considera “lo verdaderamente divertido” de su investigación. Es decir, aplicó la computación para que los ordenadores generasen el camino óptimo para que tus ojos recorran las páginas de Handford en busca del forofo rojiblanco.
Primero se encontró en problemas intentando aplicar la optimización combinatoria del modelo TSP, también conocido como Problema del viajante. Este modelo sirve para dar solución a la siguiente pregunta: “dada una lista de ciudades y las distancias entre cada par de ellas, ¿cuál es la ruta más corta posible que visita cada ciudad exactamente una vez y regresa a la ciudad origen?”.
Parecía la vía de exploración adecuada, pero resultó que la combinación de esas 68 posiciones de Wally generaban ~2.48 x 10^96 opciones posibles, y ni todos los ordenadores del mundo en miles de años podrían resolver la ecuación.
Así que al final eligió otro algoritmo genético que, aunque podía dar diferentes respuestas (al parecer esta fórmula puede generar una sucesión de variables estocásticas), era la forma más inteligente de hacer esa búsqueda.
Además de elaborar el recorrido visual óptimo que te ayudará a encontrar a Wally antes que nadie, Olson ha encontrado algunos aspectos interesantes en este juego que pueden servirte como trucos si no quieres aprenderte de memoria el difícil patrón algorítmico:
La parte inferior de la página izquierda es el mejor lugar para empezar a buscarle. Si no está ahí, lo más eficiente es buscarle directamente en el lado derecho.
Después, el mejor sitio para buscarle es en la parte superior de la página derecha. Es el rincón favorito para jugar al escondite de este británico.
Por último, si no está en esos espacios, es muy posible que esté justo en el cuadrante inferior derecho de la página derecha. El cuadrante inferior izquierdo de la página derecha es el sitio que menos le gusta al personaje.
Y por supuesto, si quieres seguir el recorrido completo, no tienes más que memorizar esa imagen de ahí arriba.
Resultados contrastados
Según el ingeniero, la fórmula le ha funcionado a él y a otros las mil maravillas, llevándole menos de 10 segundos de media por cada ilustración encontrar a Wally en su primer álbum. Eso sí, si te encuentras con un test que sólo ocupe una página en vez de dos, es mejor que no apliques estas normas a tu búsqueda.
Olson termina su experimento con un consejo que resume bastante bien todo el asunto: “No recomiendo usar realmente esta estrategia para los jugadores casuales de ¿Dónde está Wally?. Como con tantas cosas en la vida, lo importante es la aventura y no el destino”.
Y si a ti también te ha llegado a lo más hondo el trabajo de Randy Olson, puedes apoyarle en su Patreon, donde puedes ver algunos de sus otros proyectos.