The hair of the dog. Esa es una de las primeras expresiones que uno aprende cuando está está estudiando idioms. Básicamente viene a decir que el mejor remedio para pasar una resaca es seguir bebiendo alcohol. Otras soluciones se basan en cantidades ingentes de ibuprofeno o una buena cena grasienta antes de ir a dormir. Llegados a este punto, todos los experimentos de campo que cada uno da por universalmente válidos tienen cabida en tan terribles horas.
Ante uno de los mayores enigmas de la historia, un ingeniero de Tesla decidió abandonar repentinamente su labor bajo el mando de Elon Musk y embarcarse en un ambicioso proyecto que podría marcar un hito: la cura de la resaca. El proyecto se ha vuelto tan serio que el 5 de julio su empresa Morning Recovery comenzará a vender el producto milagro. Y no lleva alcohol.
"Tus mañanas tras una noche bebiendo pueden ser duras. Las hemos experimentado y pasado días de arrepentimiento y dolores de cabeza. No estamos solos. Estados Unidos pierde en productividad alrededor de 170.000 millones de dólares al año debido a la bebida". Así se presenta la empresa que Sisun Lee ha creado para vender el milagro de Morning Recovery. Un pequeño frasco de cristal que afirma contener la cura para la resaca.
Pero, ¿por qué se produce? ¿Qué es? Algunas investigaciones apuntan hacia un reacción inflamatoria provocada por altos niveles de citocinas, que cuando operan en un cuerpo sano provocan náuseas, dolores de cabeza, cansancio general e incluso pérdidas de memoria. Otras investigaciones han descartado la deshidratación como el problema de la resaca, y se han centrado en el acetaldehído, un biproducto del metabolismo del alcohol.
Una idea made in Corea
La idea de Lee surgió hace un año tras un viaje de excesos etílicos a su país natal, Corea del Sur, donde sus amigos le proveyeron de todo tipo de bebidas populares que, efectivamente, mitigaron su resaca al día siguiente. Tras fracasar en el intento de importar esas bebidas a Estados Unidos y convertirse en proveedor, decidió hacer un all in, dejar su puesto de ingeniero en Tesla y montar su propia empresa.
A través de su experiencia en ingeniería, biotecnología y nanotecnología, Lee comenzó a investigar el trabajo del Doctor Jing Liang, investigador de la UCLA y sus compuestos a base de hierbas. ¿Qué lleva su milagro embotellado? Para empezar, se trata de un suplemento alimenticio con "beneficios funcionales", tal y como detallan.
El DHM, uno de los ingredientes principales, es un compuesto a base de hierbas llamada dihydromyricetina o Ampelospin que se puede encontrar en Cedrus deodara o en el árbol japonés Hovenia dulcis. Este compuesto, según Lee, ayuda al cuerpo a eliminar el exceso de ácido tóxico que se acumula cuando bebemos más alcohol del que nuestro hígado es capaz de procesar.
Lo cierto es que el uso de especies de Hovenia en la medicina tradicional china como una cura para la resaca ha llevado a investigar el potencial de acción de la dihidromiricetina para contrarrestar los efectos del alcohol en el cerebro.
Por supuesto, se necesitan muchos más ingredientes para que esto funcione, como vitamina B, cardo lechoso, electrolitos, taurina y extracto de higos chumbos. Pero en apariencia se desvela la fórmula secreta en la web (en apariencia). ¿Y a qué sabrá? De momento, lo van a lanzar con sabor melocotón.
¿Pero esto de verdad funciona?
Una vez que dio con la fórmula, Lee se fue dos semanas a Asia para probar si efectivamente el brebaje era efectivo. ¿Qué implicaba esto? Básicamente, emborracharse cada noche. Como no se trataba de un método saludable, buscó a más conejillos de indias que estuvieron dispuestos a ayudarle. Tras publicar su idea en Facebook, comenzó a viralizarse y llegó a posicionarse en el número dos en una web que ayuda a lanzar nuevos productos.
El éxito fue rotundo: la lista de espera para probar el producto creció en 30.000 personas y ahora espera poder obtener la aprobación de la FDA, la agencia del gobierno estadounidense responsable de la regulación de alimentos, medicamentos, cosméticos, aparatos médicos, productos biológicos y derivados sanguíneos.
Lo cierto es que el producto no especifica información sobre posibles efectos secundarios antes de comprarlo y no incluye estudio científico alguno que avale la eficacia del uso del DHM. Como bien especifican, la investigación en el campo de la resaca aún sigue su curso y no existe actualmente una cura "definitiva", quizá sí productos que la mitiguen o induzcan al efecto placebo.
Si te atreves a probarlo, puedes inscribirte en la lista de espera para recibir a partir del 5 de julio este milagro enfrascado, aunque los testimonios que incluye la web ya auguran buenos resultados (decir lo contrario sería sabotear el producto antes de ser lanzado, claro). Hay varios países, entre los que destacan Corea del Norte y Australia, y no digamos científicos, trabajando en este fenómeno. Si realmente hay cura, ¿provocará un aumento de la ingesta al desaparecer el factor resaca?