La propagación mundial del coronavirus ha provocado que numerosos eventos públicos hayan sido cancelados. El primero y más célebre, el Carnaval de Venecia. La epidemia ha extremado las medidas en todos los países. ¿En todos? No. En España el gobierno ha tomado un curso de acción distinto. Dos acontecimientos multitudinarios, Fallas y Semana Santa, siguen en pie entre mensajes de calma y advertencias.
En Valencia. Miles de personas tomaron las calles de Valencia durante el pasado fin de semana con motivo del inicio de las Fallas. La primera mascletà, la Crida y la primera despertà se desarrollaron como estaba previsto, sin que el ayuntamiento anunciara restricciones. El alcalde Joan Ribò fue claro al respecto: "A día de hoy, las medidas necesarias son cero". Y añadió:
Los datos que hay son muy claros, el coronavirus es una enfermedad mucho menos importante de lo que es una gripe que pasamos todos los años y algunos nos vacunamos. Los datos de muertes no son en absoluto comparables. Yo quiero que la gente esté muy tranquila.
Es un argumento muy compartido durante los últimos días. Y no es cierto.
¿Cancelaciones? El Ministerio de Sanidad las ha descartado: "De momento no tenemos información que nos indique que tengamos que suspender fallas, pero si es necesario hacerlo, se hará". Pese a todo, sí ha habido un evento cancelado a causa del coronavirus. Una falla había contratado a una orquesta musical italiana para tocar el domingo por la mañana. Los veinticinco músicos anularon el viaje.
En Valencia ciudad hay 11 afectados por el coronavirus.
Semana Santa. Similares actitudes podemos encontrar en el resto de España a mes y medio de la Semana Santa. El presidente de Andalucía, Juanma Moreno, sólo ha mostrado inquietud por el efecto que la epidemia pueda tener en "el turismo", pero ha descartado cualquier suspensión. En Italia la situación es dramática, con hasta un 40% de cancelaciones en Venecia, espejo en el que se mira la industria española con preocupación.
En Canarias, por ejemplo, las cancelaciones son ya numerosas. Se teme por el impacto económico, pero no se entrevén riesgos de salud pública.
Besamanos. Y en este contexto, las cofradías sevillanas y onubenses han comenzado a celebrar sus tradicionales besamanos. Sin medidas preventivas. Miles de fieles han pasado por las capillas besando las tallas sacras, lo que ha causado una mezcla de estupor y comedia en las redes sociales. En especial por las palabras de un cofrade: "La Virgen tiene las manos inmaculadas, está exenta de virus".
La Inmaculada Concepción es uno de los dogmas más férreamente defendidos por las cofradías. La frase refleja la extraordinaria importancia de los festejos populares en Semana Santa, y de lo improbable de su cancelación si la situación no empeora a corto plazo.
Otros países. En Suiza, las autoridades han cancelado cualquier evento público que aspirara a reunir a más de 1.000 personas. Eso ha provocado la suspensión del Salón del Automóvil de Ginebra, una de las ferias más importantes del continente. Francia ha tomado una decisión similar, aumentando el umbral a 5.000 personas. Italia ha suspendido todos los espectáculos deportivos en Lombardía, Emilia-Romagna y Veneto.
Contraste. Son medidas drásticas, que contrastan con la aparente pasividad de las autoridades españolas en festividades capaces de reunir a decenas de miles de personas en las calles, como Fallas o Semana Santa. España ya ha sufrido la cancelación de un gran evento, el Mobile World Congress, pero uno privado y víctima de la decisión de las marcas, no del gobierno.
El goteo de eventos cancelados, desde el Tour de Emiratos hasta la F8 de Facebook, pasando por la primera prueba del Mundial de Moto GP, es constante. Los festejos populares españoles siguen en pie.
Imagen: Antonio Calanni/AP