Es más un objeto simbólico que útil, pero sirve a la NASA para demostrar que la impresión 3D también tiene su lugar en el espacio, y ellos lo hicieron primero. Tal y como suena, se han llevado una impresora 3D a la Estación Espacial Internacional, y la han hecho funcionar.
Alguno ya lo ve como un pequeño paso para el mundo de las impresoras 3D, pero uno muy grande para la humanidad, ya que con ella se empieza a evaluar las posibilidades de impresión en esas condiciones particulares, con la idea de crear objetos que en el futuro ayuden a realizar viajes más largos (sustitución de piezas, creación de nuevos elementos, etc).
Por cierto, lo que han impreso es una pequeña placa que identifica que una cosa está hecha en el espacio - Made in Space -. Lo han unido a la impresora - se llama Zero-G - que se encarga de dar forma a los primeros objetos creados en el espacio.
La NASA ya va recogiendo información sobre la experiencia, como que las partes se adhieren entre sí y a la bandeja de impresión con más fuerza de lo que esperaban, lógicamente el comportamiento debía ser diferente con otros parámetros de gravedad.
Lo siguiente que van a hacer es bajar muestras a la superficie - a comienzos de 2015 -, para compararlo con un elemento exactamente igual, creado en la tierra. Os dejo con el vídeo que ha preparado la agencia espacial para presentarnos el logro:
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