Acaba de ser patentado en EE.UU. un dispositivo que según sus creadores es capaz de producir un orgasmo con tan sólo pulsar un botón. Este dispositivo podría llegar como un implante para mujeres que no puedan alcanzar el orgasmo, disfunción más común de lo que se cree según Julia Cole, terapista psicosexual.
Todo el sistema se controlaría mediante un mando inalámbrico y es capaz de ofrecer la misma sensación de placer de un orgasmo con tan sólo tocar "el botón del placer".
La compañía detrás de la patente de este dispositivo, MedTronic, ha comentado que esta patología está presente entre el 10% y el 15% de las mujeres y que una de entre cada dos o tres mujeres no está satisfecha con la frecuencia de sus orgasmos.
Este sistema llegaría como un implante que se realizaría vía operación para situarlo en una zona cercana a la parte inferior de la columna vertebral donde se situarán finalmente los electrodos que activarían la zona ofreciendo una sensación orgásmica.
De hecho, la paciente permanecería consciente para ayudar al cirujano a elegir la mejor posición para los electrodos.
El origen del placer orgásmico inducido
Este descubrimiento fue realizado por error por el cirujano Stuart Meloy en Piedmont Anesthesia and Pain Consultants de Winston-Salem (Carolina del Norte), cuando al estar situando los electrodos en un procedimiento habitual la mujer empezó a tener un orgasmo.
Tras ello comenzó un estudio junto con Medtronic, la compañía detrás de la patente, y han conseguido elaborar un generador de señal más pequeño que una cajetilla de cigarrillos que puede situarse bajo la piel del trasero del cual parten los electrodos que se sitúan cerca de la zona de la columna. Una vez instalado, tendrías acceso a un control remoto donde se situaría el botón del placer.
El doctor Meloy ha comentado que es un procedimiento tan invasivo como el de instalar un marcapasos, por lo que solo está recomendado para casos extremos. Como curiosidad, también ha comentado que habrá una limitación de número de usos.
Este sistema no ha sido probado en hombres, pero según Meloy, no debería haber ningún motivo que imposibilite el funcionamiento de manera equivalente.
Más información | NewScientist.
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