Todo el que esté vacunado contra la COVID-19, tenga una prueba negativa o se haya recuperado recientemente de la enfermedad podría circular libremente por todo el territorio de la Unión Europea gracias al nuevo pasaporte de vacunación que quiere implementarse.
El llamado Certificado Verde Digital de Vacunación (CVD) entraría en vigor en junio, a tiempo para la temporada turística, cuando supere el visto bueno de los gobiernos y del Parlamento Europeo, y tras haber superado ya la aprobación de la Comisión Europea.
Claves Certificado Digital Verde
Los gobiernos de Bahréin e Israel ya han alcanzado un acuerdo sobre el reconocimiento de los programas de vacunación de ambos países y de los denominados pasaportes verdes, que certifican que las personas están vacunadas, dadas sus altos porcentajes de vacunación.
Por su parte, Francia ha sido el primer país de la UE en lanzar su coronavirus travel pass, siguiendo las recomendaciones de la Comisión Europea. Dinamarca ha lanzado un coronapas para permitir a los ciudadanos acceder a negocios no esenciales como peluquerías y salones de belleza. Parece, pues, que cada vez estamos más encaminados a usar algún tipo de criba que nos permita identificar a personas inmunizadas de las que aún no lo están y que así puedan ir reactivándose diversas parcelas de la actividad económica.
De igual modo, a pesar de que todavía no hay nada seguro dada la dura oposición por parte algunos estados miembros por temor a que sean discriminatorios con sus ciudadanos (como los jóvenes que no son un grupo prioritario para la inoculación), si finalmente el CVD se hiciera realidad, constaría de los siguientes elementos clave.
- Se distribuiría de forma gratuita a fin de evitar la discriminación lo máximo posible por el nivel de renta.
- Se fija que tendría una vigencia de 12 meses, pues se desconoce cuánto dura la inmunidad adquirida por las vacunas contra el coronavirus.
- Las vacunas aprobadas para el certificado incluirían las de Pfizer-BioNTech, Moderna, Oxford-AstraZeneca y Johnson & Johnson, pero no la rusa Sputnik V ni las chinas Sinovac y Sinopharm.
- Estaría disponible para todos los ciudadanos de la UE (y aún deben estudiarse los países europeos que no formen parte de la UE).
- El pasaporte se generará en forma de certificado unipersonal, tanto en papel como en formato digital. Ambos formatos incluirán un código QR para garantizar su autenticidad.
- La información contenida en el certificado confirmaría la vacunación o haber dado negativo en COVID-19 (en una PCR o una prueba de flujo lateral) o haberse recuperación reciente de la infección (en los últimos 180 días).
- Sólo contendría información esencial, protegiéndose así los datos personales. Las autoridades europeas sostienen que la información estará limitada a lo esencial como nombre, fecha de nacimiento, fecha de expedición y datos relevantes relacionado con la vacuna, la prueba o la recuperación. Así que se tendrían en cuenta los criterios antes diseñados de privacidad por defecto y desde el diseño para cumplir el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD).
- Estará impreso en el idioma o idiomas oficiales del estado emisor y en inglés.
- La UE lo estaría considerando que se lleve a cabo a través de la Red Europea de Sanidad Electrónica, pero no sabemos realmente cuán avanzado está el proyecto.
El certificado debería ser emitido a todos los ciudadanos de la UE y los miembros de sus familias, independientemente de su nacionalidad, y también sería distribuido a extranjeros que residen en la UE y a los visitantes que tengan permiso de viajar a otros estados miembros. Además, la estrategia también intentaría incluir a Noruega, Islandia y Suiza, países que no se encuentran dentro de la UE pero donde también sería válido el documento.
Islandia ha señalado igualmente está dispuesta a abrir sus fronteras a los visitantes que hayan sido vacunados, sin la necesidad de someterlos a pruebas no cuarentenas. Por su lado, Reino Unido, que este año ha dejado formalmente de ser parte de la UE, está estudiando la idea de un pasaporte de vacunas.
Incluso si se aprobara el CVD, los 27 países que componen la UE han pactado reservarse la posibilidad de imponer restricciones y cuarentenas a todos los viajeros, incluso a los que lleguen provistos de un documento que acredite haber recibido la pauta completa.
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