Cuando en 1965, el ingeniero Juri Kato decidió ponerle Manpo-Kei al podómetro que estaba a punto de sacar al mercado no se imaginaba la que estaba a punto de liar. 'Manpo-Kei' significa literalmente '10.000 pasos' en japonés y, pese a que las razones detrás del nombre nunca han estado del todo claras, la cifra se convirtió rápidamente en uno de los mitos deportivos más populares del mundo moderno.
Y no precisamente para mal.
El número 10.000. Durante años, los 10.000 pasos se han convertido en un mito luminoso, una idea que "aún no siendo verdaderos, nos orientan correctamente". Porque, si nos vamos a los datos del Biobank de Reino Unido, descubrimos que aquellos que dan entre 4.000-4.500 pasos por día tienen un riesgo notablemente reducido de muerte por todas las causas y, específicamente, la enfermedad cardiovascular.
Aquellos que dan entre 9.000 y 10.500 pasos ese riesgo se ve reducido al máximo.
Cuando una herramienta útil se vuelve un problema. Como se han percatado muchos científicos, es que la persistencia del mito puede ser problemática cuando el objetivo de pasos no es realista. ¿Qué pasa con la gente mayor con problemas de movilidad? ¿Es todo o nada? ¿10.000 pasos o qué?
Apriori, no tendría por qué ser así. Los científicos están de acuerdo en que no existe una cifra perfecta y hay un componente individual. De hecho, el consenso actual insiste que la obsesión por los pasos es absurda: importa más la velocidad (o el tiempo de actividad) que el número de pasos.
Pero la gente, parecen decirnos los médicos y terapeutas, necesitan objetivos claros, mesurables y realistas.
Así que la pregunta sería, ¿cuál es el mínimo al que deberíamos aspirar? Y ahora tenemos una respuesta. Un equipo de la Universidad de Buffalo acaba de publicar un estudio muy interesante en JAMA Cardiology estudiando un caso concreto, las mujeres de más de 63 años.
Concretamente han seguido a 6.000 mujeres mayores de 63 años durante siete años. Lo que han descubierto es que aquellas mujeres que realizaban unos 70 minutos diarios de actividad no intensa veía como su riesgo de enfermedad cardiovascular caía un 12%. Aquellas que practicaban 30 minutos de ejercicio de moderado a vigoroso reducían el riesgo en un 16%.
La salud cardiovascular, traducida a pasos. De repente, los objetivos empezaban a ser más manejables y realistas porque esas mujeres solo necesitaban 3.600 pasos diarios para situarse en los niveles mínimos de actividad física. Y esto, como señalaban los investigadores, "es un objetivo razonable" para mujeres de más de 63 años.
Pero, más allá de todo esto, lo que sugiere el estudio es que "promover la actividad física regular y reducir el sedentarismo al mínimo en mujeres mayores" puede ser una herramienta muy útil para la prevención primaria de los problemas de corazón. Paso a paso, vamos redescubriendo algo que los médicos de familia llevan años diciendo: que el primer paso para una medicina mejor es, precisamente, desmedicalizar la vida.
Imagen | Janosh Lino
En Xataka | Los 10.000 pasos al día son un mito: cómo una campaña japonesa mal traducida conquistó el mundo
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