La vida moderna nos está quitando el sueño. Y no lo digo yo, lo dicen las estadísticas: uno de cada tres norteamericanos adultos no duermen lo suficiente y eso, más allá de los problemas médicos serios que lleva emparejados, genera problemas emocionales y cognitivos que vamos arrastrando durante todo el día.
Otra característica de la vida moderna es que donde hay un problema, allí hay una empresa que quiere solucionarlo. O, en este caso y según Crunchbase, 30 en el último año. La más curiosa es Sana Health que promete ayudarnos a dormir con unas gafas inteligentes. Echémosles un vistazo.
¿Unas gafas para dormir?
Las Sana Sleep, que así se llama el dispositivo, son unas gafas acolchadas que a simple vista parecen una versión ligera y 'de andar por casa' de unas gafas de VR. Según explican la propia compañía, las gafas usan estimulación visual y auditiva para inducir el sueño y van acompañadas por un sensor que monitoriza la frecuencia cardiaca y adapta la estimulación a ella.
Se trata, pues, de un "antifaz inteligente" que nació con el objetivo de buscar una solución al dolor crónico y los problemas de sueño: el propio CEO de la compañía tiene enormes problemas de sueño desde 1992, cuando un accidente en Yemen le dejó grandes secuelas neurológicas. Pero rápidamente se dieron cuenta de "todo el mundo quería dormir mejor y ellos podían hacerlo posible".
¿Funcionan? Lo cierto es que es un misterio. Hay que reconocerle a Sana Health que están llevando a cabo algunos estudios preliminares que tienen buena pinta. Además, han formado parte de proyectos como Solar Impulse y están trabajando con deportistas de élite para explorar las posibilidades del dispositivo. Es decir, el marketing bien, pero los datos aún son insuficientes.
La ciencia detrás de las gafas
En principio, la música de los que dice Sana Health no es disparatada: muchos investigadores han apostado por este tipo de tecnologías. Por ejemplo, Hsin-Yi Tang, profesora asistente de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Washington ha estado investigando cómo la estimulación audiovisual puede ser una estrategia terapéutica en casos de insomnio y dolor crónico (los mismos casos a los que se orientaba originalmente Sana Health).
Lo que no está tan claro es la letra. Los resultados son interesantes, sí; pero las muestras son pequeñas y existen dudas más que justificadas sobre si el efecto está producido por la estimulación o por el entrenamiento que requiere aprender a usar ese tipo de dispositivos como herramientas de relajación.
El problema suele ser que la mayor parte de dispositivos ven el sueño como una forma de desconectar con la realidad. Pero no es cierto: mientras dormimos estamos profundamente conectados con todo lo que nos rodea. Solo que de otra forma. No me extrañaría nada que en el futuro tengamos dispositivos que nos ayuden a conciliar el sueño, pero parece que aún queda mucho trabajo.
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