"Hay razones del corazón que la razón no entiende" decía Blaise Pascal y, si nos vamos a la embriología, lo cierto es que tiene bastante razón. Los diminutos corazones de los embriones humanos hacen cosas que noa cabamos de entender, pero estamos en ello.
Sin ir más lejos, esta semana es que un laboratorio de Viena ha utilizado estas células para crear miles de estructuras diminutas con forma de corazón. Corazones, denominado "cardioides", que tienen el tamaño de una semilla de sésamo y, lo que es más importante, laten.
¿Dónde estás corazón?
A diferencia de otros enfoques sobre "cardoides" (que utilizan andamios moleculares para conformarlos), los investigadores aplicaron a las células madre las sustancias químicas que desempeñan un papel importante en el desarrollo del corazón en el proceso de gestación humana. La estructura resultante no es idéntica a un corazón, pero son muy interesante porque la mayoría de ellos adquieren forma de ventrículo izquierdo.
Y funcionan como un ventrículo izquierdo. Porque como señalaba Nora Papai, bióloga del Instituto de Biología Molecular de la Academia Austriaca de Ciencias y coautora del estudio, "ver que las células cambian de forma [mientras crecen] es realmente increíble, pero cuando las ves realmente hacer algo es otro nivel [...] Comienzan a temblar en torno al día cinco y dos días después ya tienen un agradable ritmo de batida".
No le falta razón.
Este tipo de trabajos son cruciales para entender bien el desarrollo del corazón y para el resto de órganos. Al fin y al cabo, hoy por hoy sigue siendo muy difícil poder analizar estas fases embrionarias porque, como señalaba Sasha Mendjan, coordinadora del estudio, "las mujeres ni siquiera saben que están embarazadas en esa etapa”. Así que más allá del GIF que hay sobre estas líneas, la noticia es realmente buena. Damos pasas en la buena dirección.
Imagen | Robina Weermeijer
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