"Ya no vas a volver a mirar una lata de la misma manera". Eso fue lo que me dijeron cuando me pasaron un vídeo que se ha viralizado en los últimos días. En él, se analiza la cantidad de bacterias y hongos que hay en la superficie de las latas de refresco y es el complemento perfecto para todos esas "historias" sobre las condiciones insalubres y peligrosas en las que se almacenan.
La conclusión del vídeo, a priori, es para preocuparse: pareciera que las latas están llenas de microorganismos. Pero... ¿es verdad? ¿Debemos preocuparnos? ¿Qué sabemos sobre la peligrosidad de beber de una lata sin limpiarla antes?
El "experimento" del vídeo. En el vídeo, se ve cómo toman muestras de latas de refresco en cuatro condiciones: una lata sin limpiar; una limpiada con el jersey o la ropa; otra limpiada con papel y una última limpiada con alcohol y un paño. Esas muestras eran depositadas en placas de petri y cultivadas para ver si había (o no) algún tipo de microorganismo.
Los resultados mostraban que mientras que las muestras de las latas sin limpiar tenían bacterias y hongos; las latas limpiadas con papel y alcohol no tenían prácticamente ninguna. No sabemos muy bien de dónde es el vídeo, qué había pasado con esa lata (que estaba sin el paquete protector), ni si la fuente es fiable, pero el caso es llamativo y la pregunta inevitable... ¿corremos riesgo a la hora de beber de una lata?
¿Hay peligro real en una lata? En 2002, la OCU realizó una investigación en numerosos comercios y llegó a la conclusión de que "aunque la higiene era mejorable, ninguna de las latas presentó contaminaciones por fecales ni ningún otro organismo peligroso". Hablamos de latas de bebida, eso sí. Cosa distinta es otro tipo de productos (como los mojitos que se venden en algunas playas u otra comida callejera) que sí pueden presentar problemas serios.
Con las latas de los supermercados es difícil que ocurran ese tipo de cosas porque, aunque no suele ser conocido, España (y Europa) tienen una regulación bastante estricta que deja claro que "una vez llenadas y selladas, las latas pasarán un proceso de lavado industrial y una cobertura con un filme de plástico que las protegerá de la suciedad y posibles contaminaciones".
Es posible que, una vez en el comercio, las latas se conserven en condiciones poco higiénicas (algo que debería de ser controlado por los inspectores de sanidad), pero de entrada la legislación vigente establece ciertas ciertas garantías de higiene y seguridad alimentaria sobre este tipo de productos.
El mundo está lleno de bacterias. Hace unos años, un grupo de investigadores de la universidad de Queen Mary de Londres, analizaron más de 300 teléfonos móviles en 12 ciudades británicas. Sus conclusiones fueron que uno de cada se tenían bacterias de origen fecal como el E. Coli. Ni es algo especialmente grave, ni novedoso: es algo que nos recuerda que el mundo está lleno de microorganismos.
Es más, es un recordatorio que, en la inmensa mayoría de los casos, la principal causa de contaminación cruzada somos nosotros mismos.
Consejos para beber (sin correr riesgos). Sea como sea, hay algunos consejos que siempre ayudan a mejorar la seguridad de las latas de bebida. Cosas como lavar las latas (con agua y con jabón es suficiente), usar pajita o un vaso y evitar recipientes golpeados o en mal estado, son medidas sencillísimas que, en caso de dudas, pueden evitarnos un disgusto.
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