Huawei ya era un gigante en su tierra natal hace años. El fabricante chino ha ido ganándole terreno a todos sus rivales y se ha convertido en uno de los referentes en todo el mundo en telefonía móvil, un segmento ultracompetitivo que no obstante ha visto como esta firma le iba robando la cartera a empresas como Samsung o Apple, pero también a competidores directos como Xiaomi.
Es desde hace tiempo referencia absoluta en el mercado, y aunque su protagonismo inicial se reservaba para China, hace años que la inversión en marketing y en I+D han dado sus frutos. La presentación del Huawei P8 del año pasado y la del reciente Huawei P9: esta empresa está en el mejor momento de forma de su historia.
Más de 100 millones de móviles en 2015
No muchos fabricantes pueden presumir de las cifras de Huawei, que vendió 108 millones de smartphones en 2015, lo que supuso un crecimiento del 44% con respecto al año anterior. No fue la única cifra sobresaliente de este fabricante, cuyos ingresos crecieron aún más: lo hicieron casi un 70% a más de 20.000 millones de dólares, demostrando que la expansión global le ha sentado realmente muy bien.
Durante años Xiaomi atraía el interés de todos: la fantástica relación precio/prestaciones en sus terminales ha sido reclamo de una compañía que sigue sin dar el salto al mercado internacional. Sin embargo Huawei ha seguido una línea mucho más consistente en esa expansión internacional, pero no ha descuidado el mercado chino, en el que es también protagonista absoluto. De hecho a finales del año pasado Canalys revelaba que Huawei ya era el mayor fabricante de China por delante de Xiaomi.
En el segundo trimestre de 2015 Huawei se convirtió en el tercer fabricante de smartphones más importante de todo el mundo tras Samsung y Apple. Las principales consultoras confirmaban el crecimiento explosivo de una empresa que había invertido mucho en esa apuesta internacional: cerca de la mitad de sus dispositivos se venden fuera de China.
No solo eso: en el tercer trimestre ese crecimiento fue especialmente destacable en Europa, donde la firma se convirtió en la segunda más importante en el mercado Android en Europa. Huawei logró superar así a HTC, Motorola y Sony y quedaba solo por detrás de Samsung según los datos de Kantar World Panel, que destacaba como ese fabricante había escalado cuatro puestos en doce meses.
La otra (gran) Huawei
Aunque la mayoría de nuestros lectores conocen a la firma por sus smartphones, la empresa se creó con otra orientación: la de suministrar equipos de telecomunicaciones a todo tipo de compañías y organismos. En The Economist publicaban hace años un perfil de una empresa que fue fundada por Ren Zhengfei en 1987 al más puro estilo startup americana.
Zhengfei había trabajado como ingeniero -sin graduación militar- en el Ejército Popular de Liberación, pero una enorme reducción de plantilla hizo que dejara aquello en 1983 y se decidiera a crear su propia empresa. Lo hizo en 1987 tras mudarse a Shenzhen, que ya por entonces bullía con la actividad del sector de la fabricación de componentes electrónicos. Rompió la hucha, sacó sus 21.000 yuanes (unos 5.000 dólares de la época) y fundó Huawei Technologies Co. Ltd.
Aunque los primeros años fueron muy duros, la empresa consiguió un lucrativo contrato para proporcionar una centralita telefónica -la C&C08 superaba a todo lo que había en China en la época-, y eso significó su despegue definitivo en los 90. Como explicaban en The Economist, la estrategia de expansión fue peculiar: en lugar de tratar de atacar mercados demasiado competitivos, se centró en áreas periféricas con menor resistencia a nuevos actores. Logró ir conquistando uno por uno, lo que fue haciendo que este fabricante fuese cobrando mayor relevancia y conquistando a su vez territorios a los que en principio no podría haber accedido.
La empresa logró entrar así en mercados dominados por competidores tradicionalmente muy fuertes como Cisco Systems, Nokia Siemens Networks, Alcatel-Lucent y, por supuesto, el protagonista absoluto, Ericsson. La evolución de Huawei en el sector ha sido brutal y los equipos de telecomunicaciones siguen siendo su principal fuente de ingresos. Al ritmo que avanza el segmento móvil, no obstante, eso podría cambiar en el futuro próximo.
Una expansión silenciosa pero notable
Como afirmaba Ryan Reith, analista de IDC, la estrategia de Huawei ha sido importante mercados de gran crecimiento en Latinoamérica y Oriente Medio, pero también "en áreas más maduras pero que son importantes en cuanto a visibilidad (Europa Occidental, Australia, Estados Unidos). Tienen un gran diseño de producto, pero son inversiones como estas las que ayudan a dirigir esa visibilidad y consiguen que en último término el canal quiera vender sus productos".
Esos excelentes datos se han ido consolidando en los últimos trimestres: CounterPoint Research publicaba el pasado mes de octubre un informe en el que revelaba cómo de los 12 fabricantes de smartphones más importantes de todo el mundo, nueve eran chinos y juntos eran responsables de uno de cada tres móviles que se usan en nuestro planeta.
En International Business Times explicaban como fabricantes chinos como Xiaomi, Huawei o ZTE han tenido una ayuda importante: las subvenciones del gobierno chino, que están destinadas a impulsar la industria tecnológica nativa y que plantean una duda importante: ¿podrán esas empresas mantener esos buenos comportamientos si desaparecen esas ayudas?
Esa expansión ha tenido un gran éxito en Europa, pero en EE.UU. las cosas han sido más difíciles. Varios organismos de inteligencia de ese país dejaron claro que la empresa no era del todo fiable porque no se podía confiar "en que estuviera libre de la influencia de un país extranjero". Aquí las tensiones entre China y Estados Unidos son evidentes, y ya han provocado que en el pasado otras empresas -Google y Apple sufrieron vetos importantes en China- hayan tenido problemas en territorio chino.
Lo cierto es que esa pregunta no tendrá respuesta a corto plazo, y mientras eso no suceda lo que está claro es que Huawei está sacando un gran partido de ese buen estado de salud. No en vano se convirtió en partner de excepción de Google a la hora de desarrollar y fabricar el Nexus 6P, el terminal tope de gama de la familia oficial de disposiivos móviles de Google.
En esa estrategia hay otro ingrediente esencial: su segunda marca, Honor, con terminales destacables como el reciente Honor 5X que han aprovechado el éxito de la filosofía de la venta online que ha explotado en otros fabricantes chinos, y ha permitido que el número de unidades y de ingresos se vean incrementados de forma notable.
De hecho ya se indicó que esta marca había vendido 20 millones de terminales en la primera mitad de 2015 (Huawei vendió 48,2 millones en total en ese periodo), y este año se prevé que el crecimiento sea explosivo en países como India, donde se esperan crecimientos del 300%.
La apuesta por componentes propias y alianzas da frutos
No muchos fabricantes pueden presumir de fabricar sus propios procesadores móviles. Samsung y Apple han sido protagonistas tradicionales en este terreno, pero el resto de fabricantes han tenido que depender de empresas especializadas como Qualcomm o MediaTek.
Aquí es donde Huawei también quiso hacer una inversión muy relevante en I+D. La empresa lleva tiempo presumiendo de ofrecer sus propios procesadores en muchos de sus terminales -y cada vez más-, fabricados por HiSilicon, la que se ha convertido en una de las firmas chinas más importantes en diseño de circuitos integrados.
Esta subsidiaria de Huawei le ha comprado a ARM Holdings licencias diversas para poder fabricar diseñar y fabricar sus propios procesadores basados en diseños de ARM, y eso ha permitido que poco a poco asistamos a desarrollos cada vez más relevantes. Los últimos Kirin 955 de los Huawei P9 combinan cuatro ARM Cortex-A57 a 1,8 GHz y cuatro ARM Cortex-A72 a 2,5 GHz, además de combinarlos con una GPU Mali-T880 MP4 a 900 MHz.
Eso, por supuesto, le da una ventaja competitiva a Huawei, que aun sin tener los micros más potentes del mercado -los Exynos 8890, los Snapdragon 820 y los Apple A9 le superan en diversos apartados- sí que destaca por favorecer la eficiencia energética. Eso permite aumentar la autonomía de la batería, un apartado que Huawei cuida con otros elementos de su filosofía de diseño y que también es un aspecto muy tenido en cuenta por los usuarios.
Esa integración de componentes propios no solo abarata costes: también evita posibles litigios por violación de patentes. Esa es otra de las claves de una expansión internacional que podría llevarle a alcanzar los 130 millones de unidades vendidas este año. Al menos ese es el objetivo de una empresa que no quiere dejar de crecer, y que de hecho sigue reforzando su estrategia con alianzas destacables.
Ocurrió el año pasado con el citado caso de Google, que según se rumorea mantendrá esa alianza para alguno de los Nexus que la empresa lanzará este año con Android N, pero hay más socios relevantes. La última en sumarse a esa estrategia ha sido Leica, la prestigiosa firma de fotografía digital que ha colaborado con lentes y software en el nuevo Huawei P9 y que según responsables de esas empresas contribuirá al desarrollo de cámaras en futuros dispositivos de la firma. El futuro pinta realmente bien para Huawei.
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