Ya lo he comentado, y seguro que lo estáis comprobando día a día en Xataka, pero vaya buena cosecha de terminales estamos teniendo en este 2015. Si el otro día nos asombrábamos de lo bien que le había salido a Samsung su Galaxy S6 Edge, ayer conocimos (o más bien "oficializamos") al LG G4.
Tanto la familia Galaxy S6 como el LG G4 son terminales gama alta completos, actuales y referencias de sus respectivas compañías, las cuales presentan sus credenciales para posicionarse como líderes bajo Android ... como mínimo. Pero la manera en que han planteado algunos aspectos como el acabado, la batería, la ampliación de memoria o el chip es bastante diferente. Veámoslas.
Batería grande y extraíble frente a integrada
¿Qué debemos valorar alrededor de la batería de un smartphone? Samsung decidió dar carpetazo a toda una historia de amor con la batería extraíble y con su S6 y el cambio a un diseño con acabado metálico y de cristal, dejaba este componente completamente integrado.
Con baterías externas como algo ya habitual en la ayuda a los smartphones en el día a día cuando les exprimimos lo máximo, esta decisión parece la más asumible de todas. Ya veremos si la longevidad que se le pueda dar a un gama alta como éste no le pasa factura en ese apartado. Si la batería es extraíble ese cambio con el que rejuvenecer a un smartphone es mucho más factible.
Por contra, LG ha tomado para su G4 la decisión de dejar la posibilidad de retirar la batería de su gama alta de este año y alcanzar los 3.000 mAh de capacidad, unos 500 mAh más que en el caso de Samsung. Aquí no ha dudado en sacrificar una posible reducción de peso y grosor para no dejar esa especificación coja sobre el papel. Luego tendrá que demostrar que la cantidad ha sido la adecuada.
En lo que sí que han coincidido tanto Samsung como LG ha sido en elegir integrar la carga inalámbrica y rápida de serie. Buena y cómoda idea.
Ranura microSD o diseño, ¿hay que elegir?
Si con las gamas media y de entrada la capacidad de memoria interna no suele ser una opción en muchos modelos, en la gama alta es uno de los apartados más a tener en cuenta. Quedarnos cortos puede suponen un dolor de cabeza continuo. Salvo que disponga de ranura microSD que nos salve en alguna situación.
Este año Samsung ha ¿sorprendido? dejando sin esta opción a quienes escojan su Galaxy S6, mientras que LG la ha mantenido en su nuevo flagship. De hecho solo da la opción de una capacidad interna, 32 GB, otra curiosidad que no veremos mucho en la gama alta de este 2015.
Aquí no hay que olvidar que esa ranura puede suponer un cuello de botella para el rendimiento, especialmente con la llegada de la nueva memoria interna USF 2.0 que estrena Samsung en el Galaxy S6.
Gracias a estos sacrificios, o con esa excusa, Samsung ha pasado de golpe del acabado más básico en la gama alta a uno de los más exquisitos, con cristal (curvado en el caso del S6 Edge) y metal. Se queda así el LG G4 como el único referente que mantiene un acabado que no es cristal o metal. Su novedad de este año es una carcasa de piel que le va a otorgar una gran personalidad.
La sensatez vista desde los extremos
¿Qué hizo a LG prescindir del Snapdragon 810 que montó en su LG G Flex 2 para su LG G4? Desde Qualcomm afirman que es una decisión de hace tiempo, pero sea como fuere, la elección parece acertada. Ya veremos si cumple como debería.
Hemos insistido mucho en que al ritmo actual, las renovaciones de procesador no se aprovechan en en día a día de los smartphones. Así que en LG no ha dudado en reducir ligeramente las prestaciones teóricas con el Snapdragon 808, más equilibrado, y evitar sorpresas.
Misma decisión pero en otro sentido tomó Samsung. Ellos también pasaron del 810 pero la solución no fue renunciar a la máxima potencia disponible sino que todo se quedara en casa gracias a sus propios procesadores Exynos.
¿Qué decisión en conjunto te parece más acertada? ¿Con qué terminal de estos dos te quedas ahora mismo?
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