El Galaxy Z Fold2 es una apuesta diferente. Lo es por su diseño, que sigue el camino que inició Samsung con el Galaxy Fold original, que fue el primer smartphone plegable de esta marca. Y, sobre todo, lo es por la experiencia que nos propone. Hemos tenido la oportunidad de probarlo en las oficinas que esta compañía tiene en la periferia de Madrid, y esta primera toma de contacto ha reafirmado lo que podíamos intuir analizando la información que teníamos: Samsung se ha esmerado para refinar todo lo que era susceptible de mejora en el primer Galaxy Fold.
Es evidente que un teléfono móvil que supera ligeramente los 2.000 euros no aspira a ser consumido de forma masiva, pero lo intrigante es saber si lo que nos propone está realmente en consonancia con su precio. Si aporta valor añadido a la experiencia que podemos disfrutar con algunos de los smartphones de gama alta con los que podemos hacernos por la mitad de lo que cuesta este Galaxy Z Fold2. O incluso por menos dinero. Esta es la pregunta a la que vamos a intentar dar respuesta a lo largo de este artículo como preludio del análisis en profundidad que publicaremos tan pronto como una de las primeras unidades de este ambicioso teléfono móvil caiga en nuestras manos.
Samsung Galaxy Z Fold2 5G: especificaciones técnicas
Antes de que indaguemos en la experiencia que nos propone este smartphone y descubramos si realmente aporta valor frente a los gama alta convencionales es interesante repasar sus especificaciones para identificar en qué medida se parece o no a estos últimos. La diferencia más evidente que coloca a este Galaxy Z Fold2 en otra liga son sus dos pantallas. Una de ellas, la interior, recurre a un panel Dynamic AMOLED flexible de 7,6 pulgadas y con resolución QXGA+ (2.208 x 1.766 puntos); y la otra, la pantalla exterior, apuesta por un panel Super AMOLED de 6,2 pulgadas que tiene una resolución de 2.260 x 816 puntos.
La diferencia más evidente que coloca a este Galaxy Z Fold2 en otra liga son sus dos pantallas: la Super AMOLED de 6,2 pulgadas externa y la Dynamic AMOLED 2X de 7,6 pulgadas interna
Su CPU es un microprocesador ARM de ocho núcleos fabricado con fotolitografía de 7 nm, tiene 12 GB de memoria principal y el almacenamiento secundario recurre a una unidad flash UFS 3.1 con una capacidad de 256 GB. En lo que se refiere a estos tres componentes no hay nada que coloque a este Galaxy Z Fold2 fuera del alcance de los recientes Galaxy S20 o Galaxy Note 20. Además, llega con Android 10 y One UI 2, que es la capa de software que Samsung coloca por encima del sistema operativo y con la que realmente interactuamos cuando llevamos a cabo cualquier tarea.
Por otro lado, su dotación de cámaras es similar a la que nos proponen otros teléfonos móviles de gama alta, aunque, como veremos más adelante, la presencia de las dos pantallas hace posibles modos de uso que no son viables en los smartphones convencionales. Este Fold2 apuesta por dos cámaras frontales equipadas con otros tantos sensores de 10 megapíxeles y ópticas con valor de apertura f/2.2, así como por las ya habituales tres cámaras traseras: una unidad principal con sensor de 12 megapíxeles y f/1.8, un gran angular de captador de 12 megapíxeles y valor de apertura f/2.2, y, por último, un teleobjetivo con sensor de 12 megapíxeles y apertura f/2.4.
Su dotación de cámaras es similar a la que nos proponen otros teléfonos móviles de gama alta, aunque la presencia de las dos pantallas hace posibles modos de uso que no son viables en los smartphones convencionales
Durante esta primera toma de contacto con este teléfono móvil los responsables de Samsung nos pidieron que no extrajésemos del Fold2 las fotografías que teníamos intención de tomar con sus cámaras, y también que no ejecutásemos en él pruebas de rendimiento. El smartphone que hemos podido utilizar no es una unidad final, y posiblemente su software tampoco lo es, por lo que las conclusiones a las que llegaríamos podrían no reflejar fielmente lo que nos propondrá este dispositivo cuando llegue a las tiendas el próximo 18 de septiembre. No obstante, esperamos poder analizar a fondo una unidad final lo antes posible, y en ese análisis exhaustivo tendréis a vuestra disposición toda esta información.
Samsung Galaxy Z Fold2 | |
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Dimensiones y peso | Abierto: 159,2 x 128,2 x 6,9-6 mm Plegado: 159,2 x 68 x 16,8-13,8 mm 282 gramos |
Pantalla | Principal: 7,6” QXGA+ Dynamic AMOLED 2X Infinity Flex (2.208 x 1.766 puntos) 120 Hz Externa: 6,2" Super AMOLED (2.260 x 816 puntos) |
Procesador | Octa-core 64 bits 7 nm |
RAM | 12 GB |
Almacenamiento | 256 GB UFS 3.1 |
Sistema operativo | Android 10 + One UI 2 |
Cámaras traseras | Gran angular: 12 MP (1,12 µm) f/2.2 Principal: 12 MP (1,8 µm) f/1.8, OIS, Dual Pixel Teleobjetivo: 12 MP (1 µm) f/2.4 |
Cámaras frontales | Interna: 10 MP (1,22 µm) f/2.2 Externa: 10 MP (1,22 µm) f/2.2 |
Conectividad | WiFi 802.11 a/b/g/n/ac/ax, UWB, LTE, 5G (Sub6, mmWave), Bluetooth 5.0 |
Batería | 4.500 mAh dual + carga rápida + inalámbrica |
Otros | Nano-SIM/eSIM, sonido estéreo, Wireless PowerShare |
Precio | 2.009 euros |
Samsung Galaxy Z Fold 2 5G<br>Mystic Bronze, 256GB
La bisagra es la protagonista en la experiencia que nos propone este móvil
La calidad de las pantallas de este smartphone es equiparable a la de los últimos Galaxy de gama alta que han llegado a las tiendas. Los paneles AMOLED que ha montado Samsung no son la referencia actual si nos ceñimos a su resolución porque hay otros teléfonos móviles con panel OLED que tienen una densidad de puntos por pulgada sensiblemente superior, pero si nos fijamos en su relación de contraste nativo y en la forma en que reproducen el color es muy difícil ponerles pegas. Las dos pantallas de este Fold2, y especialmente la interior, que como hemos visto tiene 7,6 pulgadas, están a la altura de lo que cabe esperar de un dispositivo tan ambicioso como este.
Como podéis ver en la siguiente fotografía, cuando desplegamos este smartphone para utilizar la pantalla interior a modo de tablet aparece un pequeño pliegue en su centro ocasionado por la presencia de la bisagra en el reverso del móvil. Lo curioso es que cuando nuestros ojos están colocados justo enfrente de la pantalla, que es lo habitual, esta pequeña arruga pasa casi inadvertida. No molesta lo más mínimo y apenas se percibe al tocarla. Para observarla con claridad es necesario mirar la pantalla desde una posición escorada, con un ángulo similar o más pronunciado que el que hemos utilizado para tomar esta fotografía.
La forma en que los ingenieros de Samsung han resuelto el reto que plantea la bisagra de este teléfono móvil es ingeniosa. Desde un punto de vista mecánico esta bisagra transmite solidez, una característica muy importante en un dispositivo destinado a ser manipulado casi de forma constante, y que va a ser plegado y desplegado miles de veces durante su vida útil (según Samsung puede ser plegada y desplegada sin fallos 200.000 veces). Pero esta no es la única cualidad de esta bisagra. Además, no tiene inercia.
Desde un punto de vista mecánico esta bisagra transmite solidez, una característica esencial en un dispositivo que va a ser plegado y desplegado miles de veces durante su vida útil
Esto quiere decir que podemos abrir este smartphone manteniendo la pantalla interior ligeramente plegada y en el ángulo que queramos. No hay un conjunto de posiciones prefijadas que la bisagra nos obligue a adoptar; podemos desplegarlo manteniendo el ángulo que queramos, y la bisagra lo mantendrá en esa posición. En mi opinión es un acierto que Samsung haya seguido este camino porque los usuarios agradecemos tener la mayor flexibilidad operativa posible.
En la siguiente fotografía de detalle podéis ver que el diseño de la bisagra permite que los extremos de las dos hojas del smartphone queden alineados. Además, su notable grosor refleja que está hecha para durar, algo que esperamos poder confirmar en nuestro futuro análisis en profundidad de este dispositivo. Pero todo esto tiene un precio: las dos hojas del smartphone no quedan completamente paralelas cuando está cerrado.
El grosor del móvil cuando está plegado es de 16,8 mm en la zona más cercana a la bisagra y de 13,8 mm en el extremo opuesto
En el extremo de cada hoja más cercano a la bisagra queda un pequeño hueco que las mantiene ligeramente separadas, provocando que el grosor del móvil cuando está plegado sea de 16,8 mm en esta zona y de 13,8 mm en el extremo opuesto. No me parece nada grave en absoluto, pero desde un punto de vista estrictamente estético preferiría que al cerrar el móvil no quedase ningún hueco entre ambas hojas.
La fuerza que tenemos que ejercer para desplegar este Fold2 me parece la idónea. No es lo suficientemente liviana para que se abra solo si, por ejemplo, lo metemos en una mochila o un bolso junto a otros objetos, y tampoco nos exige un esfuerzo más allá de lo razonable. Su resistencia es la adecuada para ayudarnos a desplegarlo del todo o mantenerlo semiabierto en modo atril o en cualquiera de las otras modalidades de uso en las que vamos a indagar un poco más adelante.
Como podéis ver en las fotografías, la unidad que hemos utilizado para preparar este artículo es de un color rosado suave bastante bonito. Samsung lo llama Mystic Bronze, pero también está disponible en un tono negro muy elegante y más sobrio al que han bautizado como Mystic Black. Curiosamente, a pesar de su acabado semibrillante y de la gran superficie que ocupan las pantallas este móvil se mantiene razonablemente limpio, lo que refleja que Samsung le ha aplicado un tratamiento oleófugo que consigue evitar con bastante eficacia que se acumule sobre su superficie la grasilla de nuestra piel.
La siguiente fotografía de detalle revela algo que posiblemente no gustará a algunos usuarios: el módulo que recoge las cámaras traseras sobresale varios milímetros de la caja del smartphone. De hecho, es muy parecido si nos ceñimos a su volumen al que incorpora el inmediato predecesor en el tiempo de este Fold2, el Galaxy Note 20 Ultra que analizamos hace solo unos días. El grosor del módulo de las cámaras provoca que cuando desplegamos el móvil completamente y lo colocamos sobre una mesa quede ligeramente inclinado (podéis apreciarlo con claridad en una de las fotografías que publicamos encima de estas líneas).
Múltiples modos de uso que solo son posibles con dos pantallas y una bisagra
La presencia de la bisagra y las dos pantallas permite a este smartphone poner a nuestro alcance varios modos de uso diferentes que pretenden resolver escenarios de uso también distintos. Si queremos utilizarlo, por ejemplo, para reproducir un vídeo en la pantalla externa podemos colocarlo tal y como lo hemos puesto en la siguiente fotografía. La ausencia de inercia en la bisagra nos permite ajustar la inclinación de la pantalla con total libertad, y se agradece.
Otra opción es la modalidad atril, en la que la pantalla externa queda soportada por la otra hoja del teléfono móvil, que actúa como base. Tanto esta modalidad de uso como la que hemos repasado en el párrafo anterior nos permiten disfrutar algunos contenidos sin necesidad de tener el móvil en la mano y con la ventaja añadida de poder ajustar la inclinación de la pantalla con total libertad. No obstante, como es lógico, también hay otros modos de uso en los que el protagonismo recae sobre la pantalla principal de 7,6 pulgadas.
El siguiente modo es, como veremos más adelante, el que más valor añadido aporta a este dispositivo si lo comparamos con un smartphone convencional. Y es que si lo desplegamos del todo conseguiremos que este teléfono móvil se transforme en un tablet en toda regla. Como he mencionado unos párrafos más arriba, la calidad de la pantalla principal de 7,6 pulgadas es muy alta, lo que unido a la forma en que ha sido implementado el software One UI 2 por Samsung consigue que nuestra experiencia al utilizar la multitarea y las apps optimizadas sea muy convincente. Indagaremos en estas prestaciones del Fold2 en las siguientes secciones del artículo.
La última modalidad de uso del Fold2 que vamos a explorar es algo así como un modo atril invertido en el que queda expuesta la pantalla principal. Puede parecer relativamente poco útil, pero no lo es. Es un modo práctico porque nos permite, entre otras opciones, colocar un contenido en la porción superior de esta pantalla y otro en la inferior, la que actúa como base. Podemos, por ejemplo, reproducir un vídeo en la mitad superior y tener los controles de reproducción siempre disponibles en la mitad inferior. Más adelante veremos cómo funciona esta modalidad de uso en la práctica.
Así se implementa una multitarea más flexible y ambiciosa
La forma en que Samsung ha resuelto la interfaz que nos permite actuar sobre la multitarea en este smartphone es ingeniosa. Y, sobre todo, funciona, y lo hace bien. En la pantalla externa podemos abrir y manipular dos aplicaciones simultáneamente. Nada nuevo hasta aquí. Sin embargo, en la pantalla principal podemos abrir hasta tres aplicaciones al mismo tiempo, o bien dos ventanas de la misma aplicación, pero ajustando la porción de la pantalla que queremos dedicar a cada una de ellas con mucha flexibilidad. Para indicar al sistema operativo que queremos trabajar con dos o tres apps a la vez podemos desplegar el panel Edge, ese menú lateral tan característico en los smartphones de Samsung. En él residen las opciones que necesitamos.
Si os fijáis en los iconos de la fotografía anterior veréis que algunos de ellos muestran grupos de apps prefijados. Hay uno que permite ejecutar simultáneamente YouTube y Gmail; otro Google Chrome, Gmail y YouTube; otro acceder a los mensajes y lanzar Google Chrome... Las posibilidades son ilimitadas por una razón: podemos crear perfiles para multitarea utilizando la herramienta App Pair que nos permiten no solo vincular apps, sino también guardar cuál es su distribución en la pantalla y qué porción de esta queremos asignar a cada una de ellas. Para lanzar uno de estos perfiles lo único que tenemos que hacer es tocar sobre el icono apropiado del panel Edge.
Aquí va otra de las funcionalidades asociadas a la multitarea que Samsung ha resuelto de una forma ingeniosa: el arrastre de contenido. Trasladar un archivo entre dos apps cualesquiera que se están ejecutando en primer plano es tan sencillo como tocarlo y arrastrarlo desde la app de origen para soltarlo en la app de destino. En la siguiente fotografía podéis ver cómo estamos arrastrando una imagen desde la galería al cuerpo de un mensaje de correo electrónico con el propósito de enviarla como un archivo adjunto. Podemos trasladar cualquier contenido de una app a otra siempre que la destinataria sea capaz de procesarlo.
Las apps optimizadas marcan la diferencia en la experiencia que nos propone este móvil
Hay algo importante que hemos pasado por alto y en lo que nos viene bien indagar justo ahora: ¿cómo ha resuelto Samsung la continuidad entre las dos pantallas? ¿Qué sucede si, por ejemplo, estamos ejecutando Google Maps en la pantalla principal y cerramos el smartphone de golpe? Podría interesarnos que la app siga mostrándonos su contenido en la pantalla exterior para, por ejemplo, conseguir que el Fold2 actúe como un navegador mientras conducimos.
Para resolver esta función Samsung ha implementado una herramienta que nos permite indicar qué apps queremos que pasen de la pantalla principal a la externa cuando cerramos el teléfono. Aquellas que no aparezcan habilitadas en este listado no serán trasladadas a la pantalla frontal, por lo que los usuarios tenemos en nuestras manos la posibilidad de personalizar el comportamiento del Fold2.
La siguiente fotografía muestra justo lo que os prometí unos párrafos más arriba: cómo funciona la ejecución de una app en el modo atril invertido. Como podéis ver, en la mitad superior de la pantalla se está reproduciendo un vídeo, mientras que en la mitad inferior residen los controles que nos permiten actuar sobre la reproducción. Esta es solo una opción, pero esta modalidad de uso encaja con un abanico amplio de apps con las que podemos interactuar de esta forma tan práctica. Para utilizarla lo único que tenemos que hacer es lanzar la app y plegar el teléfono tal y como aparece en la fotografía. El sistema operativo automáticamente dividirá la pantalla en dos segmentos sin necesidad de que hagamos nada más.
La continuidad entre las pantallas no funciona solo desde la unidad principal hacia la pantalla frontal; también lo hace en sentido inverso. Cuando estamos utilizando una app en la pantalla exterior y desplegamos el Fold2 pasa automáticamente a la pantalla principal y queda ajustada para aprovechar su tamaño. Aunque esta estrategia funciona con todas las apps hay varias herramientas que han sido optimizadas expresamente para sacar el máximo partido a este teléfono cuando lo utilizamos en modo tablet: las apps de Microsoft, y también las de la propia Samsung.
En la fotografía que publicamos encima de estas líneas podéis ver lo mucho que se parece la interfaz de la versión de Microsoft Word que se ejecuta en el Fold2 a la que podemos utilizar en un ordenador. Con las demás apps de esta compañía sucede exactamente lo mismo: han sido optimizadas para sacar partido a las dimensiones y la resolución de la pantalla principal de este teléfono móvil. No obstante, si preferimos sacrificar una parte del contenido que vemos en la pantalla con el propósito de verlo todo con un tamaño mayor que facilite la lectura lo único que tenemos que hacer es predefinir el comportamiento de cada app desde Ajustes.
Las posibilidades que pone en nuestras manos el Fold2 cuando lo utilizamos para tomar fotografías o grabar vídeos son amplísimas. Os las explicaremos con todo detalle cuando tengamos la ocasión de analizar este smartphone a fondo, pero por el momento podemos adelantaros cómo funcionan dos prestaciones muy originales que sin duda marcan la diferencia. Una de ellas es la vista previa dual, una función que permite a la persona que está siendo fotografiada ver cómo va a quedar su retrato mientras el fotógrafo está ajustando el encuadro y los parámetros de exposición desde la pantalla principal. Podéis ver esta prestación en acción en la fotografía que publicamos debajo de estas líneas.
La vista previa dual y el encuadre automático son dos prestaciones muy originales implementadas en el Fold2 que están asociadas a la toma de fotografías y la grabación de vídeo
La segunda prestación que nos ha llamado la atención está asociada a la grabación de vídeo, y se llama encuadre automático. Es bastante sorprendente, pero funciona justo como podemos intuir: identifica dónde está la persona que estamos grabando y la mantiene enfocada y dentro del encuadre aunque se esté moviendo permanentemente. Si por la razón que sea entran más personas en el plano, o la primera persona se aleja o se acerca a la posición desde la que estamos grabando, el teléfono actúa automáticamente sobre el zoom para corregir el encuadre. Cuando lo estaba probando me di cuenta de que, aunque funciona muy bien, la transición entre longitudes focales es un poco abrupta, pero no debemos olvidar que esta unidad del Fold2 no es final, por lo que es probable que Samsung refine esta prestación en la versión final de este smartphone.
Refina la propuesta del primer Galaxy Fold, y le ha salido bien
Las primeras sensaciones que nos ha transmitido este smartphone son muy positivas, a falta, por supuesto, de que podamos probarlo con más profundidad y en nuestras propias instalaciones. Es un producto aspiracional bien acabado, con un diseño refinado y equipado con dos pantallas de muy buena calidad que rezuma el aroma a dispositivo exclusivo del que claramente quiere apropiarse un teléfono móvil que cuesta algo más de 2.000 euros. Sin embargo, su principal baza, en mi opinión, no reside en ninguna de las cualidades que acabo de mencionar.
Es un producto aspiracional bien acabado, con un diseño refinado y equipado con dos pantallas de muy buena calidad que rezuma un aroma a dispositivo exclusivo
Lo que hace al Galaxy Z Fold2 5G atractivo es que realmente aporta valor añadido a la experiencia que nos proponen los smartphones de gama alta convencionales. Va un paso más allá. La forma en que Samsung ha implementado el control de la multitarea es un punto muy claro a su favor. También suman la posibilidad de tener a nuestra disposición varios modos de uso que persiguen resolver escenarios diferentes y las opciones de personalización que introduce su software para ayudarnos a sacar partido a las dos pantallas. Y, por supuesto, no me olvido de su bisagra, un componente crítico que no es fácil resolver correctamente. Samsung parece haber salido airosa de este reto. ¿Próxima parada? Nuestro análisis en profundidad, que, sin duda, nos permitirá poner bajo nuestra lupa este teléfono móvil.
Samsung Galaxy Z Fold 2 5G<br>Mystic Bronze, 256GB
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