La tarjeta SIM o Subscriber Identity Module es una vieja conocida de la telefonía móvil. Se trata de una pequeña tarjeta de plástico con un chip que almacena de manera segura el número de teléfono y las claves de acceso de un usuario concreto en una operadora de telefonía.
Concebidas en los años 70, la tecnología de las tarjetas inteligentes o Smart Card tuvo distintos usos hasta que, a principios de los 90, se incorporaron como elemento de identificación obligatorio de los usuarios en las redes de telefonía GSM.
El chip de una SIM tiene ocho contactos eléctricos que le permiten interactuar con el móvil en el que está insertada. Con el tiempo, además de los datos de autenticación del usuario en la red, las tarjetas SIM han ido ampliando su capacidad de los 16KB originales para almacenar más información entre la que se incluyen datos de conexión a internet o una agenda simple.
Aunque hace tiempo que su sistema criptográfico y de seguridad fue superado, el uso de las SIM es generalizado tanto en redes GSM como CDMA, aunque en estas últimas el formato es ligeramente distinto y se denomina R-UIM. Más que por seguridad, la SIM ofrece la comodidad de almacenar los datos del usuario en un medio físico que puede ser trasladado fácilmente de un teléfono móvil compatible a otro.
La tarjeta menguante
En origen, la SIM era del tamaño de una tarjeta de crédito. Para poder insertarla en un teléfono móvil se creó el estandar MiniSIM o GSM SIM mediante un troquel de 15×25 milímetros. Este estandar es el común que conocemos hoy como SIM, aunque en realidad no fue el primero.
En 2003, el ETSI (European Telecommunications Standard Institute) desarrolló la Mini-UICC, más conocida como MicroSIM. El objetivo de la MicroSIM era ampliar la memoria y mejorar la seguridad del sistema. También se recortó aún más el soporte de plástico hasta dejarlo en prácticamente el tamaño del conector, 12×15 milímetros.
Con este cambio, el ETSI pretendía crear un formato más apropiado para dispositivos muy pequeños. La GSMA, sin embargo, no apoyó la MicroSIM y el formato quedó en segundo plano hasta que Apple decidió incorporarlo en su iPad. La popularidad de este dispositivo impulsó el formato MicroSIM. Ahora ya puede verse en smartphones de otras compañías y es ofrecido como opción por casi todas las operadoras.
Hacia un nuevo estandar
La miniaturización de los componentes de los smartphones está llevando a los fabricantes a desarrollar nuevas propuestas de formato para ganar espacio dentro de los terminales. La última de estas propuestas es la NanoSIM, que aún no ha sido aprobada por la ETSI.
Al cierre de este artículo, hay tres propuestas sobre la mesa para suceder a la MicroSIM y convertirse en nuevo estandar de la industria. La primera propuesta es de Apple y prácticamente consiste en eliminar por completo el plástico de la MicroSIM. En su favor tiene que es retrocompatible con los anteriores estándares mediante un sistema de adaptadores. En contra tiene que necesita de bandejas para insertarse en el terminal al carecer de superficie de sujección.
Los otros dos estándares pertenecen a Nokia y RIM, y son versiones no compatibles con las actuales SIM pero tecnológicamente muy avanzadas y similares en forma a las tarjetas MicroSD.
La ETSI ha propuesto la votación acerca del nuevo estandar debido a las recientes acusaciones cruzadas entre los distintos candidatos. A día de hoy, parece que la opción de Nokia es la favorita de la industria, con apoyos de Motorola e incluso de la propia RIM.
Más información | ETSI
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