Que el crecimiento de Xiaomi estaba siendo espectacular era algo que ya sabíamos de manos de analistas como Counterpoint o Canalys, que han ofrecido informes en los que la compañía salía ya como primer fabricante de móviles del mundo y de España.
Ahora es la propia compañía la que ha anunciado a los inversores un crecimiento espectacular en ingresos y beneficios en su segundo trimestre fiscal del año 2021. Uno tan grande que tenemos que ir a 2018, cuando se encontraba en plena expansión internacional, para encontrar cifras similares.
Ahora, la situación se ha estabilizado y ya están en la mayoría de mercados en que pretendían desembarcar, pero eso no ha hecho que la cosa se ralentice en este año aún marcado por el COVID. Los ingresos han creciendo un 64% sobre el mismo período del año anterior, y el beneficio neto ajustado un 87,4%. Pueden parecer cifras corrientes para una compañía que aún está madurando, pero en muchos trimestres de años anteriores ni se ha llegado al 20%.
Xiaomi no se conforma y está haciendo lo que Samsung, Apple y Huawei hicieron antes: invertir más y más en I+D
Detrás del crecimiento hay muchos factores de cada división. En smartphones, por ejemplo, crecen en todos los segmentos, y no solamente en los de entrada, pese a que desde el año pasado han subido precios. En conjunto ingresa un 86,8% más que el año pasado con sus ventas de smartphones. Pero lo mismo ocurre en su ecosistema conectado y en servicios de Internet, que fuera de China han crecido en ingresos un 96,8%.
Es una gran cifra muy importante, pero sobre todo si tenemos en cuenta que servicios de Internet es, de largo, su área más rentable, pues le da un 74,1% de margen bruto, frente a un 11,8% de smartphones. Así se entiende el énfasis que la compañía lleva poniendo fuera de los móviles un buen tiempo.
En sus comunicados a inversores, Xiaomi hace muchas menciones a cómo sus productos innovan, y aunque esto es subjetivo, lo que sí podemos medir es qué está haciendo la compañía por mejorar de forma interna para hacer que el crecimiento, en lo que depende de sus productos, no decaiga o incluso crezca. Es decir, ver cuánto está invirtiendo en investigación y desarrollo (I+D).
Esto es clave para cualquier gran tecnológica, y crecer exponencialmente ahí es una de las variables que explica cómo, en pocos años, empresas como Samsung y Apple, y sobre todo Huawei, han cambiado tanto, pasando la última de una oferta muy genérica en telefonía a una verdaderamente premium. Esto es lo mismo que quizá persigue Xiaomi para alejarse de marca que aún tiene cierta etiqueta de copiadora en cuando a tendencias.
En el segundo gráfico podemos ver cómo han crecido los ingresos de Xiaomi desde 2017, junto a las cifras anuales de gasto en investigación y desarrollo. En la tercera fila (% de I+D sobre ingresos) podemos ver que la compañía no solamente está gastando más en investigar, sino que cada año que pasa, aumenta su ritmo de inversión y va gastando un poco más de lo que ingresa, sumando más de un punto porcentual desde 2017, y en total, casi triplicando la inversión total de un año a otro.
Las cifras en dólares siguen muy lejos de las de Apple, Samsung o Huawei, que son empresas y conglomerados mucho más grandes, con más músculo y que requieren de inversión en investigación en muchas más áreas, como por ejemplo componentes más allá del producto en sí, pero la tendencia es similar a la que han seguido estas empresas.
En dólares, las cifras de Xiaomi en I+D (cerca de 1.500 millones) son las de Apple de hace más de una década, pero lo relevante es el crecimiento anual de la inversión. Y, en ese sentido, Lei Jun, CEO de Xiaomi, afirmó que invertirían entre un 30% y 40% más en 2021 que en 2020. Unos porcentajes que, mirando la primera tabla y comparando los dos trimestres que llevamos de año respecto a los mismos de 2020, ya se han superado con creces.
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