"¿Pero es que nadie va a pensar en los adultos?". No, efectivamente, la frase viral de Los Simpsons no hablaba de adultos y sí de niños. Pero, por un momento, hemos pensado que quizás esto fue lo que le pasó por la cabeza a los creadores de Fliz: una peculiar bicicleta sin pedales.
Seguro que en los últimos años has visto cómo han proliferado las bicicletas sin pedales entre los más pequeños. La ventaja de estas particulares bicicletas es que está demostrado que los niños mejoran su estabilidad, pues tienen que cuidar el equilibrio mientras andan sobre la bici.
Una vez que son más mayores, es más sencillo que empiecen a montar en bicicleta dando pedales y necesitarán menos tiempo de adaptación, pues todo lo ganado en cuestiones de equilibrio no empezarán a aprenderlo de cero cuando les quitemos los ruedines.
La idea parece interesante para los más pequeños pero... ¿qué hay de los mayores? Lo cierto es que también hay algunos artilugios muy similares pero casi todas están enfocadas como modernos andadores. Con el objetivo de evitar situaciones embarazosas para personas mayores que empiezan a tener problemas de movilidad, hay empresas que también le han encontrado el atractivo a estas bicis sin pedales.
Y lo cierto es que la decisión parece acertada. Las imágenes nos muestran a personas mayores que utilizan la bicicleta como si fuera un andador, apoyando las manos sobre el manillar y con la ventaja de que tienen siempre muy cerca un sillín donde descansar. Lo que no tenemos tan claro es cómo sacarle el partido si eres una persona joven y saludable.
Una bicicleta sin pedales... ¡pero esto qué es!
Esto es los que parece que se preguntaron los creadores de Fliz. ¿Tendrá sentido una bicicleta sin pedales para adultos? Pues, por lo que vemos en las imágenes: parece que no.
En uno de los diseños más locos y extraños que hemos visto para una bicicleta, los creadores decidieron colocar el tubo del cuadro en la parte superior, de tal manera que sobrepasa por completo la espalda del... ¿ciclista? Éste está unido al cuadro por unos cinturones de cinco puntos para evitar que caiga al suelo. Y sobre sus hombros cae el chasis hasta la zona delantera, abriendo un espacio libre sobre el que dejar libre la cabeza.
Así, cuando el supuesto ciclista se desplaza andando puede hacerlo ligeramente encorvado pero si se avecina una cuesta, puede tomar impulso, poner los pies sobre el tubo posterior y dejarse llevar por la inercia propia del cuerpo. ¿Algún problema con lanzarse a altas velocidades en una posición de Superman? No hay problema, porque el artefacto también cuenta con frenos de disco.
El proyecto Fliz se quedó, aparentemente, en eso: un proyecto. No tenemos pruebas, peor tampoco dudas, de que el diseño, la idea y, prácticamente, todo el conjunto debió ser complicado de vender a los potenciales clientes. Si es que alguna vez hubo alguno.
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*Una versión anterior de este artículo se publicó en noviembre de 2022