Si el negocio de las baterías para coches eléctricos fuese una tarta habría un puñado de comensales poniéndose las botas y no dejando otra cosa que migas para el resto. Es más, si bajásemos al detalle veríamos que tres de ellos acaparan dos tercios de todo el pastel. El dato resulta curioso ya de por sí, pero deja otra lectura aún más interesante, sobre todo si queremos entender qué está ocurriendo en la gran mesa de la movilidad eléctrica: esos invitados con tan buen saque vienen de Asia.
Vale, lo de las porciones de tarta tal vez sea una metáfora un tanto manida; pero ayuda a entender qué ocurre en un sector particularmente concentrado. Veamos ahora qué dicen las cifras.
Cuando las cifras hablan por sí solas. Los datos recabados por SNE Research no dejan mucho margen para la interpretación: el negocio de las baterías para vehículos eléctricos lo abandera con claridad un reducido, selecto y bien identificado club de firmas. Sus tablas muestran que en 2021 hubo una decena de proveedores que produjo el 92,8% de un elemento clave para la industria.
El dato muestra un nivel de concentración notable en la industria que que vuelve a repetirse en el balance publicado por el mismo observatorio con datos del primer semestre de 2022 atendiendo a MWh, pero se puede ir incluso un poco más allá. Dentro de ese “Top 10” se puede identificar con claridad un grupo más exclusivo, una suerte de “Top 3”, que aglutina a su vez el 64%.
Hablemos de nombres. A la cabeza de ese listado destaca con claridad la empresa china Contemporary Amperex Technology (CATL), que aglutinaría, conforme a los datos de SNE sobre volumen de ventas de baterías del primer semestre del año, el 39%. El año pasado fue líder, también, aunque con un porcentaje menor. La firma, con sede en Ningde, se fundó en 2011, ha contado con el respaldo de Pekín y destaca por su capacidad de producción. Su peso en el sector le ha valido, entre otras cosas, figurar en la lista de las cien compañías más influyentes elaborado por Time.
Destacan en especial sus nuevas baterías de iones de sodio y en su interesante cartera de clientes figuran grupos relevantes de dentro y fuera del gigante asiático, como Honda, BMW, Tesla, Toyota, Volkswagen, BAIC Motor, GAC Group o Xiamen King Long, entre otros muchos.
¿Y más allá de CATL? Pues más allá del gigante chino encontramos en segunda posición a la surcoreana LG Energy Solutions, con un 14% en la primera mitad del año, y el fabricante chino respaldado por Warren Buffet BYD, que ocupa el tercero peldaño con una cuota del 11%.
Eso al menos es lo que muestra la tabla publicada hace solo unos días por la consultoría SNE Research. Sus últimos datos del primer semestre de 2022 difieren algo de la fotografía general del año pasado o el informe de agosto, en el que CATL figuraba con el 34,8% y Panasonic ocupaba el cuarto lugar con un 9,6%, por ejemplo; pero arrojan una fotografía general que se mantiene en lo básico. El “Top 10” lo completan Panasonic, SDI, SK On, Guoxuan, CALB, EVE y SVOLT. Entre las diez suman plantas en diferentes puntos del globo y una amplia cartera de clientes.
Un fenómeno que se lee también en el mapa. Así es, los datos de SNE no muestran solo que el negocio esté concentrado a nivel corporativo en unas cuantas empresas. Las cifras reflejan que esa aglutinación tiene también una lectura a nivel territorial. Las firmas que encabezan el listado de SNE se reparten por Asia, con un peso indiscutible China y presencia de Corea del Sur y Japón.
El año pasado los principales fabricantes asiáticos aglutinaban ya el 92,8% de la producción de baterías para vehículos eléctricos. Su otra interpretación, claro está, es falta de representación de firmas de otros puntos del globo, incluida Europa. Para solucionar esa carencia, recuerda Expansión, hay compañías que aspiran a montar fábricas de células en la CE con una capacidad anual de aproximadamente 700 GWh. Volkswagen ya ha iniciado en Alemania la construcción de la gigafactoría de su nueva división, PowerCo, que prevé montar otra en Sagunto.
Un mercado en crecimiento. SNE refleja otro dato relevante: el aumento de ventas de vehículos eléctricos a lo largo de la primera mitad de 2022. A pesar de los retos que afronta el sector por los costes energéticos y la escasez de materiales, el organismo ha registrado un incremento notable de ventas, del 65%, en comparación con el mismo período de 2021. Si bien por fabricantes destaca Tesla, el chino BYD ha logrado un crecimiento notable, reforzándose en el mercado chino.
El dato muestra que China es mucho más que una pieza clave de la industria; lo es también del mercado. Los datos desgranados por Bloomberg inidcan que en julio se vendieron en el gigante asiático 486.000 vehículos de bajas emisiones, lo que incluye eléctricos, híbridos enchufables y de pila de combustible. El aumento, que supera las expectativas, responde en gran medida a la política aplicada por las autoridades y apunta a un récord de ventas para este mismo ejercicio.
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