Tesla ha ingresado, desde 2012, un total de 11.000 millones de dólares vendiendo créditos regulatorios a otros fabricantes. Estos créditos son una especie de "moneda verde": los fabricantes que superan los límites de emisiones permitidos deben comprarlos a empresas como Tesla, que al producir solo coches eléctricos genera un excedente.
Ese negocio está en riesgo tras la victoria electoral de Trump.
Por qué es importante. El 43% del beneficio neto de Tesla en los primeros tres trimestres de 2024 (a finales de este mes publicarán los datos del último trimestre) procede de la venta de estos créditos a otros fabricantes, según Axios.
La presumible relajación de las normas medioambientales bajo la nueva administración Trump puede hacer que la rentabilidad de Tesla sea sensiblemente inferior a la actual, ya que la venta de estos créditos es un ingreso limpio.
El contexto. Las normas medioambientales en las que se basan los créditos venían de la época de Obama, pero se mantuvieron con Trump pese a que algunas se relajaron, y con Biden fueron más allá revirtiendo algunos de los cambios de Trump. Los fabricantes de coches de combustión tuvieron que ir comprando cada vez más créditos a Tesla para evitar sanciones.
En solo dos años, este negocio se disparó:
- 2023: 1.800 millones de dólares facturados por Tesla.
- 2024: 2.100 millones en los primeros nueve meses.
Y los contratos firmados para los próximos años tienen valor de 4.700 millones.
Punto de inflexión. La transición hacia la recta final de la era Biden está siendo un momento crítico para Tesla. La empresa de Musk está sufriendo su primera caída interanual en ventas de coches, la amenaza de los coches chinos es más intensa que nunca y ahora ve amenazada su fuente más rentable de ingresos.
- La venta de créditos solo le supuso a Tesla el 1,8% de sus ingresos en 2023...
- ...pero el 20,1% del beneficio operativo.
Es una parte pequeña para el negocio pero extremadamente rentable. Y en 2024 (a falta del dato del último trimestre) esto fue a mucho más, según los informes trimestrales publicados por Tesla.
Entre líneas. Los fabricantes de coches de combustión, si anticipan los cambios en la regulación, pueden empezar a frenar sus compras de créditos y pasar a una estrategia algo más conservadora en la transición eléctrica.
Esto tendría implicaciones directas para la rentabilidad de Tesla, y es un escenario muy factible.
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