La gasolina ha caído tanto que (casi) confirma un secreto a voces: habrá cambios en la subvención

La gasolina ha caído tanto que (casi) confirma un secreto a voces: habrá cambios en la subvención
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Quedan 17 días de subvención a la gasolina y el diésel en nuestro país. Y todo indica que la ayuda gubernamental de 20 céntimos para la compra de combustibles fósiles no se mantendrá una vez superado el 31 de diciembre. Mucho tiene que ver el precio actual de estos bienes y las últimas medidas que se han ido tomando por el camino.

Hoy. 14 de diciembre de 2022. El precio de la gasolina marca de media 1,606 €/l. El diésel se sitúa en 1,673 €/l. A estas cifras, medias sacadas de dieselogasolina.com, quienes rastrean el mercado a diario, hay que restar los 20 céntimos que el Estado y las estaciones de servicio bonifican.

A principios de este mes de diciembre, la gasolina 95 ya se encontraba a precios similares, aunque todavía se acercaba a los 1,70 €/l. El diésel, también ha experimentado una caída parecida, pero en este caso la rebaja sí ha sido de, al menos, 10 céntimos/litro, pues a principios de mes se situaba en 1,77 €/l.

Un 24%. Si echamos la vista atrás utilizando los boletines europeos que se publican cada jueves y recogen los precios medios de los combustibles de cada país, observaremos que la primera semana de enero de este 2022 se pagaba la gasolina a 1,479 €/l, mientras que el diésel se pagaba a 1,347 €/l.

A dos semanas de cerrar el mes, el encarecimiento de la gasolina ha sido de un 8,58%, mientras que el diésel ha alcanzado el 24%. Cada depósito de gasolina de 50 litros se ha encarecido en unos 6,5 euros, mientras que ahora cuesta unos 16,5 euros más hacer lo propio con el diésel.

Máximos históricos. Pero entrado enero, los precios de ambos combustibles se dispararon. Y aunque tanto el diésel como la gasolina han reducido sus costes para el consumidor final, el 2022 será recordado como una pesadilla en la que llegamos a ver al diésel a precios de 2,106 €/l y a la gasolina a 2,152 €/l.

En abril, el boletín europeo ya recogía que la gasolina costaba al conductor una media de 1,813 €/l y que el diésel ascendía hasta 1,847 €/l. Es decir, justo antes de que entrara en vigor la ayuda gubernamental, cada depósito de 50 litros se había encarecido en 16 euros si hablamos de la gasolina y de 25 euros si nos fijamos en el diésel.

La subvención. Ese mismo 1 de abril, la subvención al diésel y la gasolina con 20 céntimos/litro de ayuda empezó a funcionar. El alivio suponía una rebaja de 10 euros al precio del depósito sobre el coste anunciado en las estaciones de servicio. Pese a ello, no impidió que el precio de ambos combustibles siguiera subiendo y que se alcanzaran los máximos históricos ya descritos.

Tanto fue el incremento que el Gobierno dejó entrever que la culpa era de las petroleras y que empezaban a plantearse su retirada. En junio, sin embargo, se anunció su vigencia hasta el próximo 31 de diciembre, aunque algunas voces del Gobierno ya apuntaban a que quizás debía priorizarse la ayuda para las rentas más bajas.

¿Y el 1 de enero? A 17 días de terminar el año, todavía no hay nada asegurado en relación a la subvención a la gasolina y el diésel. De momento, el Gobierno no se ha posicionado con claridad, aunque sí ha lanzado algunos globos sonda, confirmando que "habrá cambios" y que la subvención fue una más de las "medidas de choque" frente a una inflación disparada.

Entre los posibles cambios, es de esperar que las rentas más bajas se beneficien de alguna manera de la subvención y ya se empieza a hablar de un bono con una cantidad fija a gastar en combustible, como ya sucede en Francia. Del mismo modo, se esperan nuevas ayudas para los transportistas, un colectivo que protagonizó una gran huelga en el mes de marzo y que intentó replicar, sin éxito, en noviembre.

Cambios en la estrategia. El Gobierno tiene motivos más que evidentes para limitar la ayuda a las compra de combustible. El más evidente es que los precios han caído significativamente y ya se encuentran casi 20 céntimos/litro por debajo de las cifras que se registraban en abril.

En segundo lugar, la ayuda a la compra de combustibles ha confirmado que las rentas altas son las que más se han beneficiado de esta ayuda, justo quienes menos la necesitan y que, incluso, las rentas bajas han tenido que renunciar a llenar el depósito en el peor de los casos. Además, esta decisión ha sido calificada como antiecológica.

El tercer motivo es que se ha experimentado un cambio en la forma de actuar del Ejecutivo. El tren, más limpio que el coche privado, también se ha subvencionado, con éxito en las grandes ciudades, y se mantendrá en los próximos meses, ya entrado 2023. Lo mismo sucede con algunos autobuses, que pasarán a ser gratuitos.

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