El coche eléctrico tiene un problema: es caro. De momento, y hasta que la producción y la compra del mismo garanticen una reducción en los costes y, por tanto, en su precio de venta al público, el coche eléctrico es caro. Al menos en su compra, luego habría que echar cuentas de cuánto dinero puedes ahorrar recargando el vehículo en casa.
Pero a la hora de adquirir el vehículo, el alto precio del coche eléctrico sigue siendo una barrera infranqueable para muchos. Uno de los motivos de este alto coste está en su batería. Aunque el coche eléctrico es más sencillo de producir, se calcula que el 40% del coste total del mismo se lo come la batería.
Además, el encarecimiento en los precios de las materias primas, especialmente del litio, está poniendo en peligro que la reducción de costes y precio se vea reflejada en un futuro cercano. Hasta entonces, VinFast ha propuesto una solución en Estados Unidos: suscribirse a su batería.
Págame y circula lo que quieras
El anuncio ha llegado con el lanzamiento en Estados Unidos de dos nuevos modelos eléctricos. VinFast es un fabricante vietnamita que ha lanzado al mercado estadounidense sus dos SUV eléctricos, el VF 8 y el VF 9. Ambos modelos cuentan con potencias superiores a los 400 CV y autonomías que van desde los 470 hasta casi los 600 kilómetros.
El precio de lanzamiento de los nuevos VF 8 y VF 9 parte de los 55.500 euros para el primero de ellos y de 60.500 euros para el segundo, de mayor tamaño. Pero lo sorprendente aquí está en una suscripción a su batería. Por una cantidad mensual, VinFast se hace cargo de una garantía completa siempre que se esté pagando, incluida una sustitución de la misma si llegara a ser necesario.
Concretamente, VinFast ofrece dos planes de suscripción. El primero de ellos, denominado Flexible, está pensado para quienes recorran mensualmente 310 millas (casi 500 kilómetros) o menos y tiene un precio de 35 dólares para el VF 8 y de 44 dólares para el VF 9. Superado este límite, la milla (1.609 metros) se pagará a 0,11 dólares para el SUV más pequeño y de 0,15 dólares para el de mayor tamaño. Es decir, por cada 100 kilómetros que se recorran de más se tendrán que pagar 6,84 dólares y 9,32 dólares extra, respectivamente.
La opción Fija, de tarifa plana, permite circular sin limitación de kilómetros siempre que se pague 110 dólares en el caso del VF 8 y de 160 dólares en el caso del VF 9. En este caso, especifican que, de acogerse a esta opción en el momento de la reserva, el precio se mantendrá de por vida y se extenderá al siguiente comprador en caso de que el conductor venda su vehículo posteriormente.
No es la primera vez
Aunque esta decisión de VinFast pueda sorprender, no es el primer fabricante que toma medidas parecidas. Durante los primeros años del ZOE, Renault ofrecía a los conductores un servicio de alquiler de batería que abarataba el precio del vehículo. Por una cantidad mensual, la firma se hacía cargo de cualquier defecto que pudiera aparecer y la sustituían sin gasto añadido si la capacidad de la misma se situaba por debajo del 75%.
Sin embargo, Renault optó por otra estrategia hace ya casi 10 años. Por contrato, la compañía se guardaba la posibilidad de capar la carga de la batería si el propietario no pagaba la suscripción mensual. Algo así como un DRM que dejaba inutilizado el coche si no se cumplían las obligaciones contractuales.
Este sistema tiene su sentido en un mercado joven donde muchos todavía dudan de los fallos que puede esconder la batería de un coche eléctrico. Con el pago de una suscripción mensual, se guardan las espaldas y saben que, de ser necesario, al fabricante no le quedará más remedio que sustituir este componente tan caro.
Pese a todo, los fabricantes están optando por ofrecer amplias garantías (de unos ocho años de duración) para las baterías del coche eléctrico. El problema es que, pasado este tiempo, la degradación de la misma puede obligar a que el propietario tenga que cambiarla para seguir sacando provecho a su automóvil. Hace un año, sustituir las baterías de un Tesla Model 3 tenía un coste total de 16.000 dólares.
Paga y olvídate
Las baterías no es el único componente de un coche en el que las suscripciones están ganando terreno. El peso del software cada vez será mayor y los fabricantes ya tienen claro que cobrar por estos servicios es una importante vía de ingresos en el futuro.
Tesla, por ejemplo, cobra una cantidad mensual de entre 199 y 298 dólares para aquellos que quieren recibir lo último de sus sistema de conducción semiautónoma, el FSD. Mercedes libera el giro trasero de hasta 10 grados en las ruedas traseras de su Mercedes EQS SUV si se paga la última actualización. De no ser así, el eje trasero sólo es capaz alcanzar los 4,5 grados de giro.
Pero, además, las fórmulas de alquiler a largo plazo también están creciendo en el automóvil. La mayor parte de las marcas ya ofrecen alquileres al final de los cuales puedes desembolsar una cantidad final y hacerte con el coche o, al contrario, devolverlo a coste cero. una variante de esta fórmula podría seguirla VinFast pues, aunque no han ofrecido más detalles, señalan que a partir de 2023, el 50% de la propiedad de la batería le corresponde al conductor y el otro 50% al fabricante.
También el leasing y el renting han ganado presencia en los últimos años en nuestro país. Estas fórmulas de pago permiten disfrutar de un vehículo (seguro y mantenimiento incluido) con el pago de una tarifa plana aunque también tiene limitaciones de kilometraje. En España, el renting ya está presente en el 23,46% de las operaciones. Y aunque las empresas protagonizan el grueso de estos alquileres a largo plazo, esta opción también crece entre los particulares.
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