Huyó de la policía subido a un ciclomotor dando esquinazo a los agentes en una zona peatonal de difícil acceso. Con estos datos, uno piensa que o bien el conductor era especialmente habilidoso o, por el contrario, los agentes de la ley no lo eran tanto. Pero como en casi todo en esta vida. Ni una cosa ni la otra. El truco, nunca mejor dicho, estaba en la moto.
Es a la conclusión evidente que llegó el año pasado la Policía de Poio (Pontevedra) después de detener a un conductor que se les había escapado diez días antes. El detenido había sido perseguido por los agentes gallegos después de observar que éste circulaba de forma temeraria. Sin embargo, al intentar darle el alto, el piloto consiguió escapara una velocidad extraordinariamente rápida.
La historia ilustra un fenómeno común y a menudo silencioso en España: los ciclomotores trucados.
Un ciclomotor a casi 145 km/h
No es de extrañar que los agentes perdieran el rastro del motorista. Porque lo que tenía entre manos era mucho más de lo que aparentaba. A simple vista, una Derbi Variant camino de los cuarenta años en su haber. En el fondo, toda una motocicleta capaz de alcanzar 144,6 km/h.
Pasados unos días del incidente, los agentes volvieron a encontrarse con el supuesto ciclomotor aparcado en la acera. Reconocido este, el vehículo fue requisado y sometido a una inspección de la ITV en la que saltaron todas las alarmas. La Derbi Variant había sido modificada y había pasado de ciclomotor a motocicleta con picos de velocidad muy por encima de lo permitido, tanto para un ciclomotor como para cualquier vehículo.
El piloto había llevado a cabo una serie de modificaciones "rectificando su cilindro de 49 a 74 centímetros cúbicos, culata, piñón y hasta su placa magnética por un rotor. Pero los cambios no solo afectaron a su mecánica, también al escape o a su alumbrado", como señalaban desde Motorpasión Moto.
Entre unos datos y otros, el conductor ha sido finalmente acusado de conducción temeraria, con la fuga incluida del primer día, y de no contar con seguro en el vehículo pues, evidentemente, el que tenía no se ajustaba a las características técnicas del ciclomotor modificado.
Hay que recordar que un ciclomotor no puede tener más de 50 centímetros cúbicos y no puede superar los 45 km/h. Es decir, con las modificaciones realizadas, el motorista casi había triplicado la velocidad máxima permitida y, además, había conseguido alcanzar unas prestaciones propias de una motocicleta de entre 250 y 300 centímetros cúbicos.
Imagen | Policía Local Poio
*Una versión anterior de este artículo se publicó en octubre de 2022