Carlos Tavares arremetió contra China. Luego sacó a Stellantis de China. Luego arremetió contra las políticas europeas. Luego compró el 21% de la empresa china Leapmotor. Y ahora espera vender sus coches eléctricos chinos en Europa "con un gran margen (de beneficios)".
Si hay un CEO combativo en sus declaraciones, que siempre se moja y que no tiene problemas en recalcar que su objetivo es sacar el máximo beneficio al coste que sea, ese es Carlos Tavares, quien dirige Stellantis.
Su última entrevista a Der Spiegel es el mejor ejemplo de ello.
El margen de beneficios, por encima de todo y de todos
Si algo ha dejado claro siempre Carlos Tavares en sus declaraciones es que tratará de sacarle el mayor rendimiento posible a sus empresas. El camino que tendrá que tomar para conseguirlo, le da igual, siempre que sus coches se vendan con el mayor rendimiento posible.
Por el camino ha entrado en declaraciones cruzadas con el Gobierno francés, por elegir a España para producir algunos de sus superventas por el simple hecho de que le salía más barato. Su resumen es corto, rápido y directo: Europa no puede fabricar los coches que quiere comprar.
En los últimos meses, Stellantis ha apostado por el despido de 2.000 empleados italianos. Cerrar una fábrica de Jeep en Estados Unidos y librar un durísimo tira y afloja con el Gobierno canadiense por una fábrica de baterías (y sus puestos de trabajo).
Los resultados económicos, eso sí, le avalan. En el primer semestre de 2023, la compañía ha conseguido un beneficio neto de 10.918 millones de euros y una facturación de 98.368 millones de euros. Un 12% más de facturación y un aumento del 37% si hablamos de los beneficios.
Por si fuera poco, Carlos Tavares ha conseguido unos márgenes de beneficios netos del 14,4% que son la envidia de gran parte de la industria. Para que nos hagamos una mejor idea, Volkswagen aspira a conseguir, al menos, un 6% de margen de beneficios con sus coches eléctricos de menor tamaño.
Su receta: deslocalizar. En la entrevista a Der Spiegel, Tavares asegura que para competir con los fabricantes chinos que llegan a Europa tendrán que "comprar muchos componentes en Europa del Este, Marruecos o Asia". Y es que, define la entrada de esto fabricantes como "la competencia más dura que hemos visto en la historia de la industria".
Sobre estos mismos planes y fórmula de negocio, el propio Tavares aseguraba en noviembre de 2022 que "Europa es incapaz de fabricar vehículos eléctricos asequibles. Así que la gran oportunidad para la India sería poder vender coches compactos EV a un precio asequible, protegiendo la rentabilidad", dejando la puerta abierta a un asentamiento de Stellantis en el país. Igual que planean otras marcas como Tesla o Volkswagen.
Si no puedes con China, únete a ella
Lo que Carlos Tavares ha criticado en numerosas ocasiones a los políticos europeos es que, a su juicio, los fabricantes chinos no juegan con las mismas reglas que los europeos. Y algo de caso le han terminado por hacer, pues Europa estudia implantar aranceles a las compañías que producen allí sus vehículos
Cuando los fabricantes europeos quisieron entrar a competir en el país, se encontraron con la obligación de asociarse con los fabricantes locales. Un buen ejemplo del resultado es el MG4 Electric que produce una compañía de SAIC, conglomerado con el que se asoció Volkswagen.
Stellantis ha comprado el 21% de Leapmotor y controlará por completo sus ventas fuera de China
Stellantis se asoció con GAC pero la colaboración no terminó bien. De hecho, terminó tan mal que acabó con la salida de Stellantis del mercado chino. Pero aquel movimiento, que era contraintuitivo porque abandonaba un mercado enorme escondía un paso que se terminaría por definir poco después. Stellantis compró el 21% de Leapmotor, un peso que le permite tener dos asientos en la junta de accionistas.
Con el movimiento, Tavares asegura en Der Spiegel que "solo me aseguro de que Stellantis está en el lado ganador de la apertura china en Europa y no en el perdedor”. Porque con el acuerdo, Stellantis tendrá acceso a la tecnología de Leapmotor y todo lo que la compañía venda fuera de China será bajo el control de Stellantis. Así, asegura que venderá estos vehículos "con una enorme ventaja de costes", al tiempo que ofrece sus propios vehículos a un precio más bajo, como el Citroën ë-C3, que ya se ha anunciado como un coche eléctrico que estará por debajo de los 20.000 euros.
Tavares ha defendido el movimiento de Stellantis asegurando que "nuestro socio es actualmente una de las pocas empresas emergentes que logra alcanzar ambos objetivos, es decir, aumentar las ventas y la rentabilidad". Esto es clave pues algunos expertos, de los que se hacen eco medios como Reuters, apuntan a que algunas empresas chinas están operando claramente por debajo de sus márgenes de beneficio y que si siguen quemando dinero está en entredicho su viabilidad.
El CEO de Stellantis reforzó su posición en el diario alemán señalando que "los fabricantes incurren en costes elevados", haciendo indispensables asociaciones como la que ha emprendido con Leapmotor o con CATL, empresa que suministrará baterías LFP a sus modelos. "Necesitamos baterías LFP y las tendremos porque ofrecen una posición competitiva a nivel de costes para fabricar automóviles asequibles para las clases medias", aseguraba hace solo unos meses.
Esto último es la gran crítica que Tavares lleva tiempo haciendo a Europa. Aunque sus declaraciones en este sentido se repiten en el tiempo, en Der Spiegel también aprovechó la ocasión para mandar un recado a la Unión Europea, de la que asegura que la prohibición de vender coches con motores de combustión en 2035 está movida por un "dogmatismo sin control de la realidad", pues el coche eléctrico es algo que "solo algunos clientes pueden permitirse".
Foto | Stellantis
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