La Comisión Europea lleva meses preparando el que sería un golpe de efecto notable en la industria del automóvil. Usrula von der Leyen avisaba en septiembre de cómo se estaban investigando "los subsidios sobre los vehículos eléctricos procedentes de China". Europa, decía, estaba abierta a la competencia, pero esta no podía ser "una carrera haca un pozo". Las restricciones económicas a los coches eléctricos chinos parecían inevitables, y ahora están definitivamente a punto de llegar.
Aranceles a los coches eléctricos chinos. La Comisión Europea notificará hoy a los fabricantes de automóviles que aplicará provisionalmente aranceles adicionales a coches eléctricos importados de China a partir del mes que viene. Como indica la nota de prensa oficial de la CE, los aranceles individuales que se aplicarán a tres grandes fabricantes chinos serán:
- BYD: 17,4%;
- Geely: 20%; y
- SAIC: 38,1%.
Hay otros fabricantes de coches eléctricos chinos que han colaborado en la investigación y a los que se les aplicarán unos aranceles medios del 21%, mientras que aquellos fabricantes que no cooperaron estarán sujetos a aranceles "residuales" del 38,1%.
Francia y España a favor. Las nuevas tarifas han sido especialmente defendidas por Francia —que ya sacó de sus ayudas a esos modelos de VE chinos— y España, y permitirán ingresar miles de millones de euros gracias a las ventas de vehículos eléctricos chinos en Europa. Grandes grupos automovilísticos europeos como Stellantis llevan tiempo mostrando un fuerte rechazo a los coches eléctricos asiáticos, que consideran que no compiten en igualdad de condiciones. China exportó coches eléctricos a la UE por un valor de 10.000 millones de euros en 2023, y duplicó su cuota de mercado hasta el 8% según datos de la consultora Rhodium Group citados en Financial Times.
Alemania, en contra. El país germano, que batallaba con Francia por estos aranceles y que tiene en China un nicho de mercado muy importante para sus fabricantes, ha indicado que no aprobaba esta medida, posición que ha compartido con Suecia (la china Geely es propietaria de Volvo, por ejemplo) y Hungría.
Presiones para cancelar la investigación. Todos ellos temen las represalias chinas, y en Alemania están intentando presionar a Ursula von der Leyen, que busca ser reelegida como presidenta de la Comisión Europea, para que cancele la investigación antisubsidios. Países como Chequia o Eslovaquia podrían unirse a estos opositores, mientras que Italia, que exporta comida y artículos de lujo a China, también está preocupada por las medidas que puede tomar el país.
Beijing tomará represalias. China, el mayor exportador de automóviles del mundo, está intentando presionar en varios países de la UE para que se opongan a los aranceles, que además se sumaban al 10% que ya se había establecido en el pasado. Curiosamente, China aplica unos impuestos del 15% a los coches eléctricos europeos, más de lo que hasta ahora imponía la UE. El futuro del sector parecía estar en el gigante asiático, pero estos aranceles pueden frenar ese avance imparable de sus eléctricos.
Europa lo tendrá difícil en China. Según los fabricantes europeos, las consecuencias para sus ventas en China pueden ser drásticas. Temen que el gigante asiático pueda hasta bloquear su mercado. Las marcas europeas lograron un 6% de las ventas de coches eléctricos en China en 2022. Alemania, que exportó 216.299 coches a China en 2023, ya notó problemas: ese número representaba un 15% menos que el del año anterior.
EEUU es mucho más dura. La guerra comercial de EEUU con China también se deja notar en este ámbito. Mientras que en la Comisión Europea se esperaba aumentar los aranceles en un 35% aproximadamente, en Estados Unidos esos impuestos son del 100% para los vehículos eléctricos chinos. Elon Musk, por cierto, mostró su desacuerdo con los aranceles... porque no le quedaba otra.
Impacto en las importaciones. El Kiel Institute, una empresa de análisis de mercado, ha indicado en un estudio citado por FT que subir los aranceles un 20% a los coches eléctricos chinos tendrá un impacto claro en las importaciones: las reducirá un 25%.
Y sobre todo, coches más caros. En ese estudio estos analistas indicaban cómo "el descenso [de las importaciones] se compensaría en gran medida con un aumento de la producción dentro de la UE y un menor volumen de exportaciones de VE, lo que probablemente se traduciría en precios notablemente más altos para los consumidores finales". La norma Euro 7 también los encarecerá, y eso que al final los coches probablemente contaminarán lo mismo.
Cuotas de mercado. Mientras, en la Comisión Europea esperan que los coches eléctricos chinos mantenan cerca del 15% de cuota de mercado en la UE en 2025. Los precios, afirman, son un 20% que los de los modelos fabricados en la UE. Valdis Dombrovskis, comisionado de la UE, reconocía que estos vehículos son claves para la transición ecológica, pero destacaba hoy que "la competencia debe ser justa" y que no quieren cerrar el mercado europeo a los VE chinos.
China ayuda demasiado a sus fabricantes. Datos recolectados durante la investigación de la Comisión Europea revelan que los fabricantes chinos y sus proveedores reciben préstamos, subsidios, ayudas impositivas y terrenos muy baratos para poder crear sus instalaciones. El portagoz del ministro de asuntos exteriores chinos Lin Jian explicaba que esta investigación antisubsidios es "un ejemplo típico de proteccionismo".
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