Cada vez es más frecuente que los gamers apuesten por un ordenador portátil a la hora de adquirir una nueva estación de combate. Gracias a su diseño compacto y su movilidad, el portátil parece ser el instrumento perfecto de todo jugador.
Sin embargo, los problemas pueden comenzar a aparecer tras unas horas seguidas funcionando. El sobrecalentamiento de este tipo de computadoras sigue siendo más frecuente que en equipos de sobremesa. Nos vemos de frente con el talón de Aquiles de los portátiles gaming: el sistema de refrigeración.. Y es que el usuario que adquiere un portátil busca disfrutar de todo lo bueno de un sobremesa en un equipo compacto sin perder rendimiento.
Las marcas se encuentran ante portátiles que tienen las mismas capacidades y especificaciones que los ordenadores de sobremesa. Sobre todo desde que llegaron las tarjetas GTX de la familia 1000. Entonces se les plantea un reto: cómo enfriar lo mismo en menos espacio. Deben conseguir introducir grandes caloductos y disipar el calor de componentes cada vez más capaces. Algo que, a priori, no parece sencillo.
Aun así, siempre hay quien consigue superar los retos. MSI lleva mucho tiempo destacando tanto por calidad de sus equipos como de sus sistemas de refrigeración. Y, como tal, han sabido dar con la solución y solventar este importante problema.
La importancia de la refrigeración en un equipo
La refrigeración es la eterna ignorada hasta que empiezan los problemas. Cuando nuestro portátil quema más que una cerilla y el sonido que emite no nos deja escuchar ni las notificaciones de Avast, tenemos un problema.
Una buena refrigeración es, ante todo, sinónimo de un buen diseño. Demuestra que el fabricante ha sabido crear un producto capaz de ofrecer potencia en todo momento. MSI ha sido siempre un referente en cuanto a muchas cosas, pero, sobre todo, en cuanto a refrigeración.
MSI incorpora en sus portátiles su propia tecnología, conocida como Cooler Boost. Este mecanismo refrigera de forma independiente tanto el procesador como la gráfica. Gracias a Cooler Boost consiguen extraer el calor de cada uno de los componentes evitando que se quede dentro del equipo produciendo una pérdida de eficiencia. Y todo esto con un nivel de ruido muy bajo.
Si nuestro equipo no cuenta con una buena refrigeración, habrá que hacerle frente al famoso throttling. Los componentes de nuestro ordenador tienen mecanismos de protección que se activan al alcanzar temperaturas elevadas. El throttling hace referencia a la disminución del rendimiento que el procesador y la tarjeta gráfica llevan a cabo para bajar la temperatura.
Y ojo con el overcloking. Esta práctica, con la que hacemos que nuestro equipo funcione a una mayor velocidad, necesita un mayor consumo de luz y por tanto produce mucho más calor sobre los componentes. Un riesgo para nuestro ordenador si no estamos preparados.
La solución de MSI
A través de la tecnología Cooler Boost, MSI ha conseguido hacerle frente a todos estos factores de riesgo para nuestro equipo. Este mecanismo de refrigeración se implementó por primera vez en 2009 y desde entonces ha seguido evolucionando.
Hay muchos elementos que influyen en el diseño del sistema de refrigeración de un equipo. El espacio disponible, las exigencias del hardware y la distribución de los componentes son factores determinantes a la hora de idear uno de estos mecanismos. Debido a ello, el sistema de refrigeración será muy distinto dependiendo del tipo de portátil ante el que nos encontremos.
Los portátiles GL, GP, GE, GT 72VR Y 62 VR están equipados con dos grandes ventiladores que se ocupan de refrigerar de forma independiente la gráfica y el procesador. Además, incorporan entre 6 y 7 headbands, un componente que facilita la salida del calor. Este sistema es conocido como Cooler Boost 4, un eficaz método de disipación del calor.
Se cae en el error de pensar que un portátil de gama media estará equipado con una refrigeración mediocre, pero esto no es así. Cada vez es más frecuente que las marcas pongan todo su empeño en mantener la eficiencia de sus equipos por encima de todo.
En los últimos años, MSI se ha centrado en ofrecer los mejores portátiles incluso en la gama de entrada con equipos de buena calidad/precio. Nos referimos, por ejemplo, al GE63 y 73 VR. En ellos nos encontramos con el Cooler Boost 5, un sistema de refrigeración dotado de dos grandes ventiladores que gestionan de forma muy eficiente la temperatura que produce la GTX 1070, una gráfica de alta gama.
¿Qué pasa con los equipos de mayor tamaño? Un mayor volumen exige (y permite) incorporar tecnologías más potentes. La serie de portátiles GT está pensada para los usuarios más exigentes. Incorpora la mejor refrigeración posible unida a la posibilidad de incorporar numerosos discos duros y una buena combinación de tarjetas gráficas (como una GTX 1080 o un SLI de GTX 1070).
En el caso de este tipo de equipos el concepto sigue siendo igual: refrigerar cada parte de forma independiente.
Un buen ejemplo de esto último es el MSI GT 75 VR. Este equipo posee dos grandes ventiladores de 29 aspas apoyados por 10 heatpipes/caloductos (o 12 en su versión de doble gráfica). Así, la tecnología Cooler Boost Titan genera un flujo de aire un 30% mayor que la generación anterior capaz de manejar la temperatura producida por las potentes tarjetas gráficas que incorpora.
Una vez llegados hasta aquí, ¿cómo es posible lograr los mismos resultados en los equipos más ligeros? Los portátiles de la serie GS (Gaming Slim) están equipados con un chasis tan fino que la refrigeración supone un reto aún mayor. Esta serie incorpora el sistema Cooler Boost Trinity; tres ventiladores de 41 aspas cada uno instalados en los principales focos de calor.
Esta estratégica distribución permite refrigerar independientemente los componentes más exigentes: la tarjeta gráfica y el procesador. Así, se consigue evitar problemas de rendimiento en un equipo delgado y potente que no se recalienta.
Atención especial para cada componente
Además de fijarse en la tarjeta y en el procesador, hay otros componentes que se consideran focos de calor y por ello requieren de una atención especial. En los últimos años se ha popularizado el uso de los SSDs, discos que destacan por su rapidez pero sufren latencias en sus prestaciones con los excesos de temperatura. MSI implementa un aislante térmico muy delgado, garantizando protección sin sacrificar especificaciones.
Dentro de los sistemas de refrigeración encontramos distintas tecnologías. MSI apuesta por la refrigeración a través de ventiladores y caloductos en sus portátiles. Una opción muy inteligente, pues aunque otros métodos como la refrigeración líquida son más efectivos, incluirlos en un portátil puede suponer un engorro debido al espacio que requieren.
Este sistema, mucho más sencillo, suele componerse de un bloque de metal conductor térmico que aleja el calor a través de caloductos y lo disipa con los ventiladores, dedicados por un lado a introducir aire frío y por otro a mover el aire caliente por el bloque de refrigeración.
Es por eso por lo que MSI ha querido conjugar ventiladores y heatpipes consiguiendo enfriar los componentes en el menor espacio posible. Así, el jugador goza de un equipo funcionando a pleno rendimiento y en el que el peso o el volumen no se ven afectados por los sistemas de refrigeración.
Está claro que la refrigeración continuará mejorando a medida que lo hagan los portátiles, y seguro que tecnologías como Cooler Boost mejorarán con ellos.
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