La marcha de Taylor Swift en Spotify y la consiguiente retirada de su catálogo ha traído mucha cola. La artista ya avisó a finales de octubre que no quería que 1989, su último disco, viera la luz en la plataforma de música de la compañía sueca. Así fue, y de hecho decidió llevarse todo. Todo esto viene motivado porque no era rentable para ella, a lo que ayer el CEO de Spotify sacó pecho en el blog diciendo que no era así.
Desde 2008, tal y como explicaron ayer, Spotify ha dado 2 mil millones de dólares a los artistas que tienen su catálogo en este servicio. Una cantidad que nos puede parecer muy grande en conjunto pero que como reparto individual a muchos artistas les parece poco. Para Daniel Ek, CEO de la compañía, esta opción es mejor que las descargas pero en un largo artículo defendiendo su modelo de negocio dejó caer algo relevante: lo peor que les puede pasar no era perder a Taylor Swift precisamente.
La competencia es la principal amenaza
A lo largo del artículo, Ek menciona que las tres vías principales para escuchar música a día de hoy son la radio, las descargas (a las que él denomina piratería) y YouTube. En ningún momento menciona a las plataformas de streaming, en su conjunto, como una de forma primordial de consumo.
Si nos fijamos en el dinero que ha dado YouTube (en su conjunto) a los creadores de contenido desde 2007 observamos que la cifra se queda en 1.000 millones de dólares. Es decir, la mitad. Puede sonar a poco, especialmente si tenemos en cuenta que en esa cantidad se reparte el dinero para todos, no solo para músicos, pero hay que tener en cuenta una serie de consideraciones.
Primero, YouTube (y Google por extensión) nunca ha hecho un gran esfuerzo por crear una plataforma de música basada en su servicio de streaming de vídeo. Sí, hay canales especializados como Vevo, también se pueden crear listas de reproducción de vídeos y se ha hecho un trabajo muy férreo para proteger los derechos de propiedad intelectual cuando se han usado canciones sin autorización de los artistas.
Sin embargo, la realidad es que escuchar música por Spotify es mucho más cómodo que hacerlo en YouTube. Es un servicio ideado para tal propósito y desde su nacimiento ha crecido y evolucionado mucho. A pesar de todo eso, y con el poco esfuerzo que ha hecho Google para optimizar la reproducción de música en esta plataforma, es una de las principales formas que tenemos para escuchar álbumes o temas sueltos.
Es decir, sin hacer un esfuerzo por optimizar la escucha de música, sin mimar a los artistas en exceso con retribuciones más altas (como Spotify) y compitiendo con más tipos de contenido, YouTube ha repartido la mitad de dinero y se ha convertido en un sitio de referencia. Todo un logro si tenemos en cuenta que no se han metido en serio.
Spotify está haciendo grandes esfuerzos para contentar a los artistas pero la competencia cada vez es más feroz.
Es cierto que Google está intentando por su cuenta fomentar la reproducción de música en streaming con Play Music y aunque en Mountain View no dan cifras de suscriptores y de descargas, hace poco confirmaron que están creciendo en reproducciones, ventas y beneficios para los artistas. De momento nos tenemos que consolar con un vago "cientos de millones a la industria musical".
Ayer en Financial Times se rumoreaba que YouTube podría lanzar en breve una plataforma orientada a la reproducción de música y apoyada por varios sellos independientes. De momento no hay confirmación oficial de que vaya a ser así pero sea como sea, el principal problema que tiene Spotify a día de hoy es la competencia.
A Google hay que sumarle Apple, que tras la compra de Beats es de esperar que los de Cupertino sean capaces de relanzar su faceta musical y potenciar la reproducción de música en streaming. De hecho Spotify en su día ya superó a iTunes a la hora de repartir beneficios a los artistas en Europa por lo que es de esperar que intenten darle la vuelta a la situación y seguir creciendo en una faceta que llevan muchos años trabajando (la venta de música en digital) ofreciendo nuevas soluciones.
Spotify no lo está haciendo mal, de sus cincuenta millones de usuarios activos, el 25% utilizan una suscripción de pago. Es decir, 12,5 millones de cuenta pagando de media (según Ek) 120 dólares al año por lo que se están ingresando 1.500 millones anuales (aproximadamente) con las cuentas Premium. De nuevo: recordemos que a pesar de que la cifra es abultada, ellos mismos no se consideran una de las principales opciones a la hora de escuchar música a día de hoy.
Volviendo a Taylor Swift. ¿Realmente ganaba poco? Según la artista sí, según Spotify estaba recibiendo unos 6 millones de dólares anuales por las reproducciones que estaba teniendo. La cifra es considerable pero su nuevo disco ya ha conseguido el doble de beneficios en poco menos de un mes.
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