Aunque no sea evidente para todo el mundo, el mercado actual de televisores está viviendo el auge de dos tecnologías hermanas. Por una parte, Mini-LED, la última evolución del LED, que ofrece unos picos de brillo apabullantes; por otra, QLED, una tecnología más veterana y asentada en el mercado, basada en Quantum Dots, partículas microscópicas que emiten luz a diferentes colores según su tamaño y la luz LED las ilumina.
Durante años, la tecnología Mini-LED quedó recluida a los grandes murales, carteles de edificios y faldones promocionales. ¿Por qué? Porque era imposible fabricar LEDs más pequeños. Hemos tenido que esperar unos cuantos años para ver su despliegue a través de las soluciones Mini-LED.
El mercado de televisores está viviendo el auge de dos tecnologías hermanas: Mini-LED, que ofrece unos picos de brillo apabullantes, y QLED, basada en Quantum Dots
Y ha merecido la pena: con las nuevas técnicas, ya es posible dar ese paso. Y a mayor cantidad de LEDs, mayor control para regular la intensidad lumínica.
La tecnología QLED, por su parte, ha ido evolucionando desde los primeros paneles 1080p hasta los últimos, capaces de renderizar imágenes a 8K, adaptarse al entorno lumínico, usar la inteligencia artificial para mejorar la calidad de imagen de cualquier contenido y cuidar las gradaciones de luz y pureza del color.
Antes de abordar las ventajas de cada una y a la hora de anotar las semejanzas entre Mini-LED y QLED, hay que destacar que:
- Ambas usan una retroiluminación LED detrás de un panel LCD.
- Son capaces de llegar a resoluciones 8K.
- Emplean una capa de puntos cuánticos para mejorar el brillo y el color.
- Ofrecen una calidad de imagen superior a los LED/LCD convencionales.
- Son más económicas que la tecnología OLED.
Hisense posee paneles de vanguardia en ambas tecnologías, así que elegir es más fácil que nunca, solo es cuestión de saber responder a la pregunta clave: ¿qué uso le darás a tu nuevo televisor Hisense?
Pero vamos poco a poco.
Mini-LED, una mirada al futuro que parte de un pasado remoto
¿Y si te dijéramos que el Mini-LED, la tecnología más puntera del mercado, es la culminación de la evolución de los tubos de rayos catódicos desarrollados hace más de un siglo?
Cuando hablamos de televisores, la luz lo es todo. La luz, generada mediante excitación eléctrica, es la que da color a todo. No obstante, su exceso produce efectos halo, “sangrados de luz”, un descontrol que lava el color de las imágenes. Mientras, su falta provoca imágenes opacas, oscuras, sin brillo ni vida. La fórmula alquímica perseguida durante años reside en tener un control total de la luz, poder guiarla al antojo de los ingenieros.
La tecnología Mini-LED se basa en el mismo principio de panel retroiluminado del LCD. Con una salvedad: estos diodos LED son infinitamente más pequeños que los habituales, de 0,2 milímetros o menores, lo que permite insertar hasta 10.000 de ellos en un panel de 55"
Para ello se han utilizado filtros (IPS), láminas de cristales pulverizados (Nanocell), cristales de tamaño cuántico (QLED) y todo tipo de soluciones para optimizar el color resultante, recalibrar la intensidad y demás mejoras. Pero hasta ahora ninguna había podido, por puro imperativo tecnológico, algo tan ambicioso como el Mini-LED. Es decir, la capacidad de meter muchos más diodos LED en mucho menos espacio.
La tecnología Mini-LED, como su nombre indica, se basa en el mismo principio de panel retroiluminado del LCD. Con una salvedad: estos diodos LED son infinitamente más pequeños que los habituales, de 0,2 milímetros o menores, lo que permite insertar hasta 10.000 de ellos en un panel de 55 pulgadas.
¿Cuáles son entonces las ventajas asociadas a Mini-LED? Habría que empezar subrayando el mayor número de zonas de control, mayor contraste, más rango de color, negros muchísimos más precisos (borrando el efecto halo que a veces se produce al pasar de un color claro al negro), sin olvidar que es una tecnología que puede verse perfectamente en espacios luminosos.
Mejores Mini-LED
Hisense ha llevado el Mini-LED al extremo mediante una nueva tecnología ULED X. En la cumbre se sitúa el UXKQ, disponible en 65 pulgadas y 85 pulgadas, una familia capaz de alcanzar los 2.500 nits de pico de brillo y más de 5.000 zonas de atenuación local. Además, aunque sea un panel 4K con refresco nativo de 120 Hz, puede trabajar a 144 Hz. Más de 20.000 Mini-LED convierten cualquier escena en un espectáculo.
Hisense ha llevado el Mini-LED al extremo mediante una nueva tecnología ULED X. En la cumbre se sitúa el UXKQ, disponible en 65 y 85", una familia capaz de alcanzar los 2.500 nits de pico de brillo y más de 5.000 zonas de atenuación local
Los fans de los videojuegos más punteros deberían echarle un ojo, porque este panel es capaz de alcanzar un nivel de negro de 0,1 nits, además de ser 100% compatible con la tecnología de refresco adaptativo FreeSync Premium de AMD. Por supuesto, tampoco faltan dos entradas HDMI 2.1, el nuevo estándar que lidia de maravilla con las tecnologías Dolby Vision, HDR10+, HDR10 y HLG.
Un escalón por debajo están los U8KQ, U7KQ y U6KQ. La serie U8KQ, disponible en 75, 65 y 55 pulgadas, alcanza picos de brillo de 1.500 nits.
El U7KQ posee un tiempo de respuesta bajísimo, de 6 ms, y puede alcanzar los 1000 nts y un contraste nativo de 5.000:1. Miles de leds vitaminados por un sistema operativo VIDAA 7, compatible con miles de apps y con todo el ecosistema de Apple AirPlay. Está disponible en cuatro tamaños: 100U7KQ, 75U7KQ, 65U7KQ y 55U7KQ.
Por lo demás, estos tres paneles son bastante similares a su hermano mayor, salvando la familia U6KQ, que opta por un Modo Juego Plus en vez de la evolucionada variante Pro, y por un panel de 60Hz. Es la apuesta más económica en la gama Mini-LED de Hisense, con 55 y 65 pulgadas.
QLED, otra audaz alternativa
QLED es la contracción de "Quantum Dot LED". Hablamos, en este caso, de paneles LED sobre la que se han pulverizado una especie de sales de tamaño cuántico. Como las sales de baño, por hacernos una idea. Estos minerales suelen ser seleniuro de cadmio, telururo de cadmio e incluso sulfuro de cinc.
QLED es la contracción de "Quantum Dot LED". Estos quantum dots logran que el panel de la tele obtenga una retroiluminación blanca uniforme, sin sangrados, sin halos, pero de alta luminancia, sin color lavado ni sombras raras
Al principio esta solución está líquida, después, a cierta temperatura, cristaliza, dando lugar a una serie de nanocristales capaces de producir reflexiones sobre la luz. Es decir, son fluorescentes, absorben y emiten luz a ciertas longitudes de onda concretas. En resumen, estos quantum dots logran que el panel de la tele obtenga una retroiluminación blanca uniforme, sin sangrados, sin halos, pero de alta luminancia, sin color lavado ni sombras raras.
A la hora de anotar sus ventajas, hay que decir que esta tecnología es capaz de "construir" los colores como si se estuviera viendo la vida real, ofreciendo una gama más amplia de colores vivos y precisos. A su vez, presume de picos de brillo mayores que los que brindan los televisores LCD y OLED, y de un mayor tiempo de vida útil.
Y en este particular, Hisense ha evolucionado su tecnología hasta producir algunos de los "DLED" (led directo) más avanzados del mercado. El E7KQ Pro, por ejemplo, disponible en modelos de 55, 65 y 75 pulgadas, cuenta con tecnología Quantum Dot, que cubre el 90% de la gama de colores DCI-P3 y es compatible con Dolby Vision IQ, HLG y HDR10+.
Aunque la pantalla cuenta con una frecuencia de actualización nativa de 120 Hz, gracias a su modo Game Mode Pro la incrementa a 144 Hz. Tampoco va corto de puertos: HDMI 2.1 (2) para conectar videoconsolas, USB 2.0, puertos de audio y USB 3.0, para los fans de los NAS. La apuesta se remata con un sistema de sonido de 50 W y 2.1 canales con subwoofer compatible con Dolby Atmos.
Y algo más modesto encontramos el A7KQ, el equivalente al Hisense U6KQ en QLED. Hablamos de un televisor de calidad-precio insuperable, que saca el máximo partido a su plataforma smartTV VIDAA U y que está disponible con cinco tamaños de pantalla (desde 43 a 75 pulgadas).
Compatible con HDR10, Modo Juego Plus, VRR y una entrada eARC, goza de algunas ventajas adicionales sobre otros televisores de este rango, como su versatilidad con aplicaciones —por supuesto, es compatible con las mejores de las últimas producciones que podemos ver en Netflix, HBO MAX, Disney+ y Prime Video—.
En cuanto a conectividad tampoco anda escasa: tres puertos HDMI, dos USB 3.0 y salida S/PDIF. En cuanto a la conectividad inalámbrica tampoco anda corto: WiFi ac, Bluetooth 4.2 —frente al modelo anteriormente citado, que recurre al estándar Bluetooth 5.1— y total combatividad con Apple AirPlay.
El catálogo de series QLED de Hisense se completa con los cinco modelos de la familia E7KQ y los dos de la A5KQ.
OLED, la otra solución para los más exigentes
Las pantallas OLED (Organic Light-Emitting Diode o diodo de emisor de luz orgánico) toman un camino alternativo al LCD. Su tecnología es totalmente distinta, ya que hablamos de paneles que contienen películas orgánicas de carbono fijadas entre dos conductores. De esta manera, cuando es necesario iluminar, los píxeles se encienden. Y cuando hay que mostrar algo oscuro, los píxeles se apagan. De aquí se concluye que el OLED es el único capaz de ofrecer un negro puro.
Evidentemente, la tecnología OLED también ha ido evolucionando y mejorando. En las primeras iteraciones, el carbono se iba degradando hasta dejar sombras, marcas de uso, estelas que eran irrecuperables. Hoy día esto, se resuelve con sistemas de recalibrado que el propio televisor ejecuta, restaurando los LEDs orgánicos para evitar el denominado “quemado de imagen”.
También se ha criticado que el OLED, aunque requiere de un menor gasto energético, nunca logra la intensidad del brillo que es capaz de conseguir un panel QLED o Mini-LED. Esto también se ha solventado con paneles alternativos que concentran y, en la práctica, multiplican la intensidad lumínica. Es decir, aunque estos paneles son capaces de emitir su propia luz, se recurre a cristales que sirvan de prisma para incrementar el pico de brillo, dotando a las imágenes de una viveza increíble.
En general, se suelen recomendar los paneles OLED para habitaciones con poca luz, para cinéfilos y usuarios de videojuegos de última generación, al poder brindar 120 Hz de tasa de refresco. ¿Otras ventajas con las que se asocia esta tecnología? Al margen de ser la que ofrece mayor contraste del mercado, hay que apuntar negros más profundos y realistas, y la posibilidad de crear los dispositivos más finos del mercado, al no llevar capas de Quantum Dots ni LCD.
Los paneles QLED y Mini-LED, por otro lado, son perfectos para salas más iluminadas, para usuarios más centrados en los deportes, la TDT, pero también para cinéfilos que quieren disfrutar de la máxima calidad sin pagar el extra que se le presupone al OLED.
Pero si algo deja claro el portafolio de televisores Hisense para 2023 es que todos ellos están vestidos y equipados hasta los dientes con las últimas innovaciones del mercado. Algo que los posiciona directamente en la vanguardia tecnológica.
Imágenes | Hisense