No sabemos cómo serán los coches del futuro, pero los nuevos modelos ya nos adelantan estas cuatro características

¿Cómo serán los coches del futuro? Esta pregunta ha bullido en las mentes de diseñadores y conductores desde prácticamente la creación del primer automóvil. Si bien los primeros estudios aerodinámicos nos llevan a comienzos del siglo XX, no fue hasta los años 50 cuando las posibilidades de la tecnología empezaron a deslumbrar al público en forma de concept cars, vehículos one-off (muchas veces ni siquiera provistos con un motor) con las que los fabricantes quiere mostrar su particular visión del mañana.

Sin embargo, del concept al hecho hay un trecho. Muchas veces, la reducción de costes o las simples leyes de la física se encargan de bajar a tierra ideas que se dirían propias de cabezas en las nubes, engendrando productos mucho más convencionales. Intentar ver en estos coches un atisbo del mañana es muy complicado, pero el Kia EV3 ofrece un singular vistazo al futuro a través de unos planteamientos estilísticos, mecánicos y de uso que no son los habituales.

Un diseño que transmite la esencia del coche

El aficionado al motor que haya prestado atención a las corrientes estéticas de los últimos años se habrá dado cuenta de que atravesamos una época de transición. De repente, poner dos colas de escape a un motor de un litro o un difusor trasero a un subcompacto empieza a estar mal visto. También se está abandonando un surfacing (el tratamiento volumétrico de las superficies) inconexo y que desdibuja los trazos generales, devolviéndonos a una era en la que el diseño obedece al propósito del coche. A veces, en exceso.

En el caso del EV3, Kia ha querido equilibrar sentido y sentimiento bajo la filosofía de diseño "Opposites United", que se inspira en los valores divergentes de la naturaleza y la modernidad para ofrecer un conjunto armonioso. Así, no se trata solo de poner un alerón a un crossover para imprimirle una imagen deportiva, sino de hacerlo dotándolo de un claro propósito aerodinámico y de eficiencia de consumo. El resultado es más atractivo y natural al intuirse que ese elemento tiene una función concreta, que no está ahí solo por aparentar.

Esta visión del diseño no es en cualquier caso estrictamente utilitaria. El diseño Tiger Face de Kia, que combina las luces de iluminación diurna Star Map con unos focos lineales, da mayor carisma a un frontal que, de otra forma, sería excesivamente minimalista. Todo ello mientras que el ocultamiento de piezas tradicionalmente externas o protuberantes, como los tiradores de las puertas, ayudan a mejorar la aerodinámica de un coche diseñado bajo principios de eficiencia, sí, pero también de estilo.

Un raro equilibrio, el de funcionalidad y diseño, que muchos más fabricantes querrán seguir en los próximos años tras más de una década de funcionalidad extrema y concesiones desmedidas a la estética. Será difícil que logren como el EV3.

Eléctricos no solo para callejear por la ciudad

El segundo gran cambio que adelanta el Kia EV3 es tal vez el mayor de todos: el lanzamiento de los primeros eléctricos generalistas que no suponen un problema fuera de la ciudad. Y es que son muchos los coches a baterías que declaran autonomías extraordinarias, en un principio lo suficientemente amplias como para acometer desplazamientos de larga distancia, pero a la hora de la verdad, ese tipo de viajes solo estaban limitados a coches de gama muy alta. Hasta ahora.

Con una autonomía estimada de hasta 600 km en ciclo WLTP, el Kia EV3 Long Range se convierte en uno de los escasísimos, casi pioneros, coches eléctricos generalistas que miran más allá de los confines estrictamente urbanos. Esta variante se dota con una batería de 81,4 kWh apta para mucho más que realizar los desplazamientos cotidianos o al centro comercial de la periferia, pero sin perder un carácter muy citadino, gracias a una longitud de 4,3 metros, que facilita el aparcamiento.

Con una respuesta briosa gracias a su motor de 150 kW (acelera de 0 a 100 km/h en 7,5 segundos y alcanza los 170 km/h), el Kia EV3 se beneficia en todas sus variantes de un sistema de carga muy rápido. Porque de poco serviría tener una gran capacidad si cada vez que hay que repostar en ruta (una incidencia poco frecuente gracias a su elevada autonomía) hay que perder una tarde.

Concretamente, la tecnología de baterías utilizada por Kia permite pasar del 10 al 80% en prácticamente media hora, y eso usando el modelo Long Range (81,4 kWh), de mayor capacidad que el estándar (58,3 kWh).

Más allá de los sistemas ADAS: tecnologías que cambiarán la manera de conducir

Un aspecto que va ganando cada vez más peso es la incorporación de tecnología. Con la introducción de los sistemas ADAS, obligatorios en la Unión Europea por imperativo legal, funciones como el Asistente de Velocidad Inteligente, el Detector de Somnolencia, la Alerta de Tráfico Cruzado, la Alerta de Cambio Involuntario de Carril, el Sistema de Frenado de Emergencia y la preinstalación para arranque con alcoholímetros forman parte del equipamiento estándar de todos los coches de nueva homologación. ¿Qué viene después?

La integración de todo este elenco de tecnologías podría hacer suponer que vendrá un parón en el desarrollo de nuevos elementos de seguridad y asistencia. O, en todo caso, un mayor esfuerzo por limitarse a refinarlos. A juzgar por lo que se está viendo, no es una visión desacertada, pero Kia no quiere quedarse ahí, y con el EV3, avanza algunas novedades que tener en cuenta.

Una de las más interesantes es el Control eléctrico de vectorización dinámica de par (eDTVC), que regula la transferencia de la fuerza del motor para que la aceleración sea suave y estable. Esto es necesario en el caso de los coches eléctricos, que no desarrollan su par en forma de curva, sino que lo aportan de forma explosiva, pudiendo llevar en caso de mal uso a un consumo excesivo e incluso acelerones potencialmente inseguros.

Al eDTVC se suman otras características innovadoras, como un HUD que evita depender de la instrumentación exhibida por la consola central, en ocasiones excesivamente tentadora para muchos diseñadores. Gracias a sus 12 pulgadas, muestra toda la información necesaria sobre una superficie de 12 pulgadas situada encima del salpicadero, reduciendo así las distracciones.

Finalmente, la integración de un paquete de baterías y un motor eléctrico de última generación permite sacar un mayor partido a la tecnología de frenado regenerativo i-Pedal 3.0, que hace posible la conducción con un único pedal ajustando la retención de la frenada para mejorar el confort de viaje y el ahorro, así como la carga desde el vehículo (V2L), que hace posible alimentar ordenadores, herramientas, frigoríficos y pequeños electrodomésticos desde el propio coche, evitando una toma de corriente al uso.

El coche ya no es una simple máquina, sino un dispositivo de uso personal

El último gran desafío que anticipa Kia con el EV3 es el cambio de concepto del automóvil. Y no estamos hablando de la transición del motor térmico al eléctrico o la fusión de segmentos antiguamente antagónicos, como la idea del SUV ágil para callejear. El próximo gran cambio es la transformación del coche en un vehículo definido por el software, capaz de brindar una experiencia personalizada sin necesidad de pasar por el taller.

Parte de este esfuerzo por crear un coche al gusto de cada conductor depende de la integración de aplicaciones y servicios que no siempre se llevan bien con los centros multimedia tradicionales.

Para evitar las limitaciones de estas pequeñas pantallas, Kia ha pensado a lo grande, integrando una única pantalla de casi 30 pulgadas seccionada entre la antigua cúpula de instrumentos (de 12,3 pulgadas), el control de climatización (5 pulgadas) y el centro multimedia (12,3 pulgadas).

Esta enorme pantalla evita uno de los grandes problemas de muchos coches modernos: la necesidad de desplazarse por múltiples menús para acceder a parámetros aparentemente sencillos, dando acceso a toda una nueva plataforma automovilística (ACP) basada en el sistema operativo webOS de LG. Este software es plenamente personalizable con plantillas preinstaladas y en el futuro descargables desde la Kia Connect Store, e incorporará próximamente en Europa un asistente de IA por voz que evita la manipulación táctil de los menús. Si queremos bajar el aire acondicionado, cambiar la ruta o reproducir nuestra lista favorita de Spotify, tan solo tendremos que pedírselo.

Todas estas funciones se añaden a otras como la entrada al coche sin llave, utilizando el teléfono móvil, y la carga inalámbrica para smartphones, mostrando la realidad cambiante de un coche que ya no supone el centro inamovible de la vida del conductor, sino un elemento más que orbita en torno a sus necesidades.

Fotos | Kia